Por Miguel Ángel Ocaña Reyes/Puerto Vallarta

En 2017, hace apenas cinco años, la colonia Emiliano Zapata empezó con un proceso de gentrificación y modificación del paisaje urbano que ha derivado en una zona comercial y de condominios, dejando atrás la identidad de una comunidad vallartense, que con la redensificación generó una nueva problemática, que si bien en su momento pudo prevenirse, fue más importante para los desarrolladores y los mismos colonos, construir sin considerar las consecuencias que hoy en día viven.

Insuficiencia de drenaje, escurrimientos de condominios que no cuentan con pozos de absorción, basura a todas horas, malos olores, apropiación de banquetas y áreas públicas, indigencia, mendicidad, comercio ambulante y contaminación visual, son solo algunos de los problemas que ahí se viven, y que marcan el inicio de la decadencia de una colonia que tuvo un momento de esplendor, y que debido a la permisividad de un Gobierno Municipal y la omisión de los colonos, pero sobre todo a la voracidad de desarrolladores que obran con una mentalidad extractiva pensando en el beneficio particular de unos cuantos, sacrificando así el interés de la comunidad.

Un panorama similar se puede observar en la colonia Versalles, donde un grupo de empresarios, propietarios de terrenos o fincas y desarrolladores, abogan por saturar de comercios, particularmente restaurantes, mismos que poco a poco intentan apropiarse del espacio público, incluyendo banquetas y vialidades, atentando contra el derecho a circular libremente de los ciudadanos por las aceras.

En esta colonia, la problemática es la misma que en la Emiliano Zapata, drenaje insuficiente y falta de agua, agravándose este último debido a la  desecación de los mantos freáticos que los constructores de torres realizan sistemáticamente sin tomar en cuenta que el fenómeno de la intrusión salina a la larga provocará graves problemas afectando a toda la colonia y sus habitantes, cuestión aparte es la pérdida de espacios públicos, falta de estacionamientos, y para empeorar todo, la llegada de vendedores ambulantes y puestos semifijos, en resumen, todo un cochinero

Todos son aspectos que no preocupan a desarrolladores ni comerciantes, los primeros porque su único fin es vender sin importar los problemas que generan a los compradores; y por otra parte, quienes sólo ven el interés inmediato de generar ingresos en sus negocios sin importarles el bienestar de los vecinos, atentando así contra la calidad de vida de cada uno de los colonos.

Y es que desarrolladores y restauranteros parecen discretas mafias que se valen de conocidos, influencias y hasta de proyectos con supuestos enfoque culturales y de fines altruistas, para apropiarse del espacio público por la avaricia de obtener más ingresos pasando por encima de los derechos de los ciudadanos, bajo el argumento de acelerar la reactivación económica, obviamente, de la propia y no la de los vecinos.

Lo que sucede en la colonia Versalles es lo mismo que ocurrió en la Emiliano Zapata, y ante tal lección, las autoridades no hacen lo necesario para evitar que en dicha zona se generen los problemas que ya se sabe que ocurrirán, y para lo cual tienen tiempo de sobra para evitarlos o solucionarlos, sino por el contrario, hay otras colonias donde esta misma tendencia amenaza, como en la 5 de Diciembre, y otras a los que los desarrolladores ya tienen en la mira.

Cabe destacar que la Junta Vecinal de la Colonia Versalles en representación de los colonos ha manifestado su descontento a las autoridades a través de diversos escritos, en los que dejan de manifiesto que el Gobierno Municipal minimiza la participación vecinal al permitir toda una serie de irregularidades como las arriba mencionadas, para lo cual exigen una respuesta eficaz y efectiva en la que se respeten los derechos ciudadanos y se cumpla la reglamentación municipal.

“Pedimos que todas las autoridades cumplan y hagan cumplir la reglamentación municipal y que tal y como se estipula en el artículo 8 fracciones XIV y XV del Reglamento de Gestión y ordenamiento territorial: fracción XIV.-  Llevar a cabo acciones necesarias para el acondicionamiento de accesibilidad, movilidad y ausencia de barreras en los espacios públicos y servicios públicos.”

Finalmente, la decisión de poner orden está en manos del Gobierno Municipal en turno, para evitar que en un futuro la problemática se repita en otras colonias, sobre todo, en una época en la que la falta de agua y servicios es ya una dolorosa realidad.

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