Agencia/AFP/Michigan

Los padres del adolescente que abrió fuego en su escuela en Michigan y mató a cuatro compañeros de clase están siendo buscados por la policía tras ser imputados este viernes de homicidio involuntario, una decisión poco común en la justicia estadounidense.

Ethan Crumbley, de 15 años, “fue el que apretó el gatillo”, pero “hay otras personas que contribuyeron a los hechos del 30 de noviembre y es mi intención hacerles rendir cuentas también”, dijo la fiscal del condado de Oakland, Karen McDonald.

James y Jennifer Crumbley fueron acusados cada uno de cuatro cargos de homicidio involuntario, que conlleva una pena de hasta 15 años de prisión.

“Estos cargos están destinados a responsabilizar a las personas que contribuyeron a esta tragedia y también a enviar el mensaje de que los propietarios de armas tienen una responsabilidad”, explicó la fiscal.

La policía dijo que desconoce el paradero de ambos, por lo que son considerados fugitivos.

“Los tendremos bajo custodia pronto”, aseguró el alguacil del condado de Oakland, Michael Bouchard.

Los tiroteos en escuelas son un flagelo en Estados Unidos, un país donde el derecho a poseer armas está garantizado en la Constitución.

Cuatro estudiantes, de edades entre 14 y 17 años, murieron y otros seis resultaron heridos junto con un maestro tras un tiroteo ocurrido el 30 de noviembre en la pequeña localidad de Oxford, unos 65 kilómetros al norte de la ciudad de Detroit.

Ethan Crumbley, que se entregó a la policía sin ofrecer resistencia, fue acusado de “asesinato” y “acto terrorista” y podría pasar el resto de sus días en prisión, ya que está siendo procesado como mayor de edad.

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