Por José Reyes Burgos/Puerto Vallarta

Al menos tres cocodrilos jóvenes, pero mayores al metro y medio de largo, fueron vistos tomando el sol o nadando en el río Pitillal, pero no en la desembocadura como es más común, sino hasta la altura de la propia delegación, es decir junto al núcleo urbano de un lado y la Macroplaza.

Por ello usuarios en redes sociales que publicaron las fotos de estos reptiles externaron que hay que tener cuidado al caminar en los márgenes del río, para así evitar ser atacados, aunque los cocodrilos no atacan a menos que se les moleste muy de cerca.

En esta época de lluvias, es importante mencionar que ante la crecida de los cuerpos de agua los cocodrilos tienen más margen de maniobra para extender su hábitat, ya que son animales muy territoriales y prefieren esparcirse tanto como les sea posible, por lo que nadan a través de ríos, canales, lagunas y esteros que se ubican dentro de la mancha urbana.

Los biólogos recomiendan que si se avista un cocodrilo en una zona poblada, se llame al 911 para su captura y reubicación y mantener una distancia de 5 metros en tierra.

SU HÁBITAT, EN LA REGIÓN

Cabe recordar que un estudio realizado por investigadores del Centro Universitario de la Costa de la Universidad de Guadalajara reveló que en la región habitan alrededor de 300 cocodrilos, entre grandes y pequeños.

El estudio señala que del río Ameca, en Puerto Vallarta, Jalisco, a la laguna El Quelele, en Bahía de Banderas, Nayarit, podrían habitar entre 250 y 300 cocodrilos.

De acuerdo con el estudio, elaborado por el investigador y doctor Helios Hernández Hurtado, en la zona sólo hay 45 cocodrilos adultos que miden más de dos metros.

Respecto al número de nidos, no rebasan la docena, lo que representa también una baja cantidad; además, hay alrededor de 100 cocodrilos jóvenes. Se estima que un cocodrilo por cada 100 llega a adulto, aunque esa cifra podría ser menor en la zona.

“En los últimos ocho años (hasta 2018) llevamos más de 15 cocodrilos muertos, todos mayores a dos y medio metros. Han muerto atropellados, macheteados o capturados con anzuelos hechos con varillas de construcción” y hasta algunos han sido baleados por personas inconscientes.

El académico explica en el estudio, publicado el 23 de septiembre de 2018, que han trabajado con alrededor de 120 individuos recién nacidos. Fueron marcados, liberados en el ecosistema y se sabía dónde estaban. En cinco meses “se había perdido 85 por ciento de la población”.

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