José Reyes Burgos
Puerto Vallarta
Las calles y paseos del Malecón y el Centro de Puerto Vallarta han quedado vacías, los negocios cerrados y las personas que viven en la zona, reducido sus actividades al mínimo, por la cuarentena voluntaria convocada a nivel nacional para mitigar los contagios de COVID-19.
Pero, en adición a lo anterior, ha destacado en el panorama de dicha zona que las aguas del río Cuale se han vuelto cristalinas y limpias como no han sido vistas antes, coincidiendo con la ausencia de turistas y el cierre de restaurantes y locales que se establecen en sus márgenes.
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Las aguas que se estancan en un flujo lento en los dos deltas que forman la isla y hasta la desembocadura en el Malecón, y usualmente lucen turbias, empanadas y a veces hasta despiden un olor característico, estos días se han vuelto absolutamente transparentes.
En una escena inédita, es posible observar el fondo del río y su sedimento acumulado, sin ningún problema, a simple vista, desde la altura de los puentes peatonales, al grado de ver detalles como rocas y pequeños peces miniatura.
Lo cual ha provocado sorpresa a los pocos que han podido pasar por el área y percatarse de este inédito cambio en la apariencia del río que caracteriza a esta parte de la ciudad.
A pesar de su impecable apariencia, nadie se baña en sus aguas, pues el río, en sí, se encuentra cerrado al igual que las playas acordé a las medidas emitidas por parte de autoridades ante la contingencia sanitaria.
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