Por Eugenio Ortiz Carreño/Bahía de Banderas

En la Cruz de Huanacaxtle, no solo los albañiles festejan a la Santa Cruz, sino también los pescadores, quienes regalan a los asistentes pescado, ceviche y cerveza.

A las 12:00 del día se espera la llegada de la antorcha con la luz proveniente del santuario de la Virgen de Talpa y arrancan formalmente los festejos.

Como cada año hoy martes 3 de mayo a las 12:00 del día se llevará a cabo la misa solemne, concelebrada por el señor Obispo Luis Artemio Flores Calzada y sacerdotes del decanato e invitados.

Antes de iniciar la celebración de la eucaristía se realiza la bendición de los integrantes de la antorcha juvenil.

Acompañan pescadores y maestros de la construcción hijos ausentes e integrantes de la antorcha juvenil, así como los señores Trinidad Chávez González y María Elena Chávez González, fieles devotos de la Santa Cruz.

La celebración es coordinada por el sector pesquero y asociación de permisionarios de la Cruz de Huanacaxtle encabezados por el arquitecto Ricardo Meza y familias Flores Guerrero, Guerrero Velázquez, y florería Nayeli de Bucerías.

Las fiestas son presididas por el párroco licenciado Juan Alfonso Aceves Camacho y el vicario presbítero José de Jesús Curiel Salcedo.

HISTORIA DE LA VENERACIÓN

La veneración de la Santa Cruz arranca según la historia religiosa, de los tiempos de Constantino. San Juan Crisóstomo y San Ambrosio cuentan que fue Santa Elena, madre del emperador quien pidió permiso a su hijo Constantino para ir a buscar en Jerusalén la Cruz en la cual murió Nuestro Señor.

Y después de muchas y muy profundas excavaciones encontró tres cruces. Como no sabían cómo distinguir la Cruz de Jesús de las otras dos, llevaron una mujer enferma agonizante.

Refieren los historiadores católicos que cuando acercaron a la enferma la primera cruz, esta siguió igual; acercaron la segunda cruz, y continuó en el mismo estado, pero al acercar la tercera cruz, la mujer se restableció de forma inmediata, por lo que así concluyeron que esa era la verdadera Cruz en la que había sido crucificado el Señor Jesús.

LA CRUZ DE HUANACAXTLE TAMBIÉN TIENE HISTORIA

En el pueblo de la Cruz de Huanacaxtle, también se cuenta una historia de cómo el pueblo adquirió ese nombre. Viejos habitantes del lugar refieren que el nombre de la localidad de la Cruz de Huanacaxtle inicia con las lluvias de agosto de 1930, y se debe a la circunstancia o accidente de que a un gran árbol de huanacaxtle que había justo donde ahora está la glorieta, le cayó un rayo, en la temporada de lluvias, y al caer destrozado dos de sus ramas cayeron formando una cruz.

Dada la falta de maquinaria, durante mucho tiempo las pesadas y gruesas ramas quedaron en su lugar y fue imposible moverlas, de modo que se convirtió en un punto de referencia para los pocos pobladores de esa zona, que acostumbraban a decir, “nos vemos en la cruz de Huanacaxtle”.

En el sitio donde se encontraba esa parota, los mismos pobladores acostumbraban enterrar a los niños que no alcanzaban a nacer. No era panteón, sino allí se acostumbraba a enterrar a los niños que se morían antes de nacer porque la tierra estaba floja.

“Nosotros enterramos allí a un hijo nuestro, dijo la señora Alicia Pérez Cortés” al escritor Fernando Medina Miralrío, quien cuenta parte de la historia en su libro la Cruz de Huanacaxtle, tierra de caleros.

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