OPINIÓN

Por Marc Murphy (*) – Marc@MexicoPacificLifestyle.com

¡Hola a todos!

Hoy quiero hablarles de un tema que se relaciona de alguna manera con el artículo que les presenté hace unas semanas sobre la inflación y cómo está afectando a los viajeros.

En los últimos meses hemos visto un fenómeno recurrente en esta región del Pacífico mexicano. Se trata del incremento en los precios de alquiler de la vivienda, y no me refiero a las rentas vacacionales, sino a las rentas de casas y departamentos para los locales. Esta situación ocurre principalmente en las zonas y colonias más cercanas a la franja turística, donde la renta de una casa pequeña, estudio o departamento se cotiza por encima de los 10 mil pesos.

Hasta ahora se han detectado varios factores como detonantes de esta situación, y si bien todo el mundo le está echando la culpa a la inflación –que en estos momentos se mantiene en 8.7% en México– lo cierto es que esta situación ya la observábamos desde antes de que se hablara del tema, por lo menos en el corredor turístico Puerto Vallarta y Bahía de Banderas, donde encontrar un lugar para vivir a precio accesible es casi imposible.

Un factor importante es que se ha destinado una buena parte de la oferta residencial al mercado turístico y hoy vemos que una gran cantidad de viviendas localizadas en colonias cercanas a los complejos hoteleros están siendo ofertadas en diferentes plataformas de alojamiento como vivienda vacacional. En algunas colonias incluso las cosas han ido más allá, ya que se ha creado un “efecto de expulsión” del residente, pues los propietarios de las casas prefieren rentarlas a turistas, mientras que los locales se ven imposibilitados para pagar rentas que alcanzan los 700 dólares.

¿A qué me refiero con “efecto de expulsión”? Bueno, a que en su búsqueda de un alquiler más accesible, la gente ha tenido que ir a vivir a la periferia de la ciudad, donde todavía es posible rentar una casa de entre 3 y 5 mil pesos, pero, lamentablemente, en colonias que están alejadas de los centros de trabajo, por lo que hay que gastar más en transporte, o en gasolina si se tiene auto propio.

A lo anterior habrá que aunarle que a nivel nacional existe un déficit de vivienda, con tendencia a apreciarse al no haber  una oferta suficiente ante la necesidad de la población, esto según el estudio “Enfrentar el desafío de la vivienda en América Latina”, elaborado recientemente por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, Estados Unidos, el cual arroja -entre otros puntos importantes- que México necesita construir por lo menos 800 mil viviendas al año para atender un déficit de 2.2 millones de hogares.

Sin embargo, es complicado atender ese déficit cuando el sector inmobiliario está enfrentando sus propios desafíos, como el incremento en los costos de construcción derivado de la volatilidad en los precios de materiales, así como la falta de financiamiento para desarrolladores.

En fin, son muchos y variados los factores que están influyendo en el aumento de los alquileres, sin embargo, el principal problema es que no existe una regulación en esta materia; hay caseros que se aprovechan de la falta de inspección en el mercado inmobiliario y abusan de la necesidad de las personas de contar con una vivienda digna, poniendo la inflación como justificante.

¿Qué piensan ustedes? Envíenme sus comentarios.

(*) Especialista en consultoría y desarrollo turístico/inversión y gestión inmobiliaria.

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