Antros, bares y Puerto Vallarta, arrinconados por el Covid-19

EDITORIAL VALLARTA OPINA

Se veían venir y llegaron. Las nuevas restricciones en negocios que entrarán en vigor a partir del primero de agosto fueron la repuesta del gobierno del estado de Jalisco a la irresponsabilidad de mucha gente, pero también de muchos negocios que dieron poca importancia al cumplimiento de los aforos permitidos y recomendados para evitar la propagación de contagios de Covid-19.

En las últimas tres semanas pudimos constatar cómo algunos restaurantes, bares, antros y centros nocturnos rebasaron los límites de aforo permitidos, sobre todo los fines de semana, sin que el personal de Reglamentos Municipales emprendiera acciones palpables para frenar los abusos de los negocios que, ahora, pagarán de nueva cuenta las consecuencias de sus actos.

Hubo mucha simulación en Puerto Vallarta, mucho relajamiento entre la ciudadanía y también entre los negocios en cuanto a los protocolos sanitarios y las medidas preventivas de salud para evitar más contagios de coronavirus. Tienen que reconocerlo, porque esa será la única manera de poner orden de aquí para adelante y evitar en el futuro una situación similar.

Ahora, a partir del primero de agosto, viene otra vez una etapa económica muy difícil para decenas de trabajadores que laboran en bares, antros y centros nocturnos, que dejarán de laborar a lo largo de todo el próximo mes de agosto.

Los integrantes de la Mesa de Salud de Jalisco decidieron bajar el aforo en restaurantes del 75 al 50%, con horario de cierre hasta las 00:00 horas; la cancelación de operaciones de bares y antros durante todo el mes de agosto; en salones de evento cerrados se redujo el aforo de 300 a 150 personas, mientras que en salones de evento abiertos de 600 disminuye a 300 personas; y para no afectar la operación de los hoteles que ya tienen reservaciones en esta temporada de verano se mantiene el aforo del 80% de ocupación hotelera, pero se disminuye los aforos en áreas comunes al 50%.

Con respecto al cierre de bares y antros el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, fue muy claro al señalar que “fue un aviso a tiempo, dijimos y señalamos que no se estaban cumpliendo los protocolos establecidos, la gente en los bares y antros estaba actuando sin ningún tipo de medida sanitaria, se estaba actuando con irresponsabilidad, no hubo reacción, se tomaron medidas preventivas con los municipios y estas fueron insuficientes y hoy el mensaje es contundente, tenemos que regresar a clases y primero está la educación antes que la fiesta”.

Es poco lo que podemos agregar a esta declaración. Nos consta que algunos restaurantes y antros operaron al tope los fines de semana. La culpa no la tiene el gobernador, la culpa es de todos por permitir y alentar que los aforos se fueran al lleno en estos negocios. Los cohetes ya estallaron en el cielo y es tiempo de recoger las varas, así de sencillo, que cada quien se haga responsable de la parte que le toca.

Hace un mes publicamos en este mismo espacio editorial que había que poner las barbas a remojar, pero nadie hizo caso y hoy tenemos que enfrentar las consecuencias, porque los cierres nos afectan a todos, no solo a los involucrados. Todos perdemos como destino, como sociedad, tanto en lo económico como en lo laboral y en lo turístico.

¿Qué sigue? Sin duda tenemos que enderezar el rumbo, ser responsables y dejar las simulaciones. Está visto que con las medidas anunciadas Puerto Vallarta, sus empresas y su gente dan un paso para atrás, fallaron en la lucha contra el coronavirus que está desbordado en este mes de julio, porque tenemos que reconocer que la actual ola de contagios de Covid-19 tiene arrinconado a Jalisco y a Puerto Vallarta también.