José Reyes Burgos

Puerto Vallarta

Fotografía: cruceros estacionados en Miami, Florida / Associated Press.


Tras el estallido de la pandemia de COVID-19, el mundo cerró las operaciones navieras turísticas como medida para evitar el esparcimiento del virus, por lo que las propietarias de cruceros debieron cancelar viajes inmediatamente y los barcos ya en curso suspender su trayectoria y tocar puerto cuánto antes.

En este contexto, fueron muchos los casos en los cuales los enormes cruceros llegaron al puerto más cercano para desembarcar pasajeros y repatriarlos, a veces incluso vía aérea, como ocurrió en Puerto Vallarta dos veces, con los Rotterdam y MS Europa.

Sin embargo, es fecha al día de hoy que al crisis de los cruceros se agudiza, no únicamente por las enormes pérdidas económicas que las navieras están sufriendo.

Sino por el dolor de cabeza que ha representado para ellas encontrar un puerto que reciba sus embarcaciones para desalojarlas de las cansadas y desgastadas tripulaciones (quienes también quieren volver a casa), pues la mayoría de las ciudades costeras con infraestructura se encuentran saturadas ya de otros cruceros.

Pero Carnival Corp, propietaria de 7 líneas navieras y un total de 105 naves, ha dicho a la prensa estadounidense que aún tiene a 6 mil pasajeros prácticamentenive varados en altamar a bordo de distintos cruceros que no han podido tocar puerto para desembarcar, esencialmente por la cerco sanitario impuesto en todos los complejos portuarios.

El caso más palpable es el de los barcos Zaandam y Rotterdam, que pertenecen a Holland American Line, a su vez propiedad de Carnival Corp. Ambos cruceros esperan la autorización o no del gobierno de Estados Unidos para desembarcar en Fort Lauderdale, Florida, pues llevan a bordo a 1,243 pasajeros y 1,247 tripulantes. Entre los pasajeros hay 4 muertos y al menos 8 positivos a COVID-19, en el Zaandam, mientras el Rotterdam acudió al rescate del primero para transferir a pasajeros sanos, aunque ya algunos presentan síntomas similares a la Influenza. Temen una crisis humanitaria a bordo de ambas naves. Pero Florida ya tiene 6 mil contagios de coronavirus y se debate si dejarlos arribar o no.

La Guardia Costera de EE.UU. ha dado instrucciones tajantes a los cruceros que primero deberán intentar evacuar en otro lugar a sus pasajeros o tripulantes enfermos antes de buscar tocar tierra en territorio estadounidense. Las Bahamas, país cercano en el Caribe cuya bandera portan como matrícula gran parte de las naves, no tiene hospitales suficientes porque aún se recupera de los embates del huracán Dorian, que azotó el año pasado.

Se trata de una situación que se repite alrededor del globo, por ejemplo también en Australia, dónde en torno a Sidney hay cruceros esperando poder desembarcar.

Por ahora, seis millares de personas esperan poder regresar a casa tras experimentar la interrupción de unas vacaciones increíbles y verlas convertidas en una pesadilla en altamar para regresar a casa.

 

 

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