Por Eugenio Ortiz Carreño/Bahía de Banderas

Pese a contar con importantes atractivos, la industria turística presenta graves disparidades regionales entre las zonas costeras del estado de Nayarit, pero también dentro de la misma actividad porque se ha apostado al turismo masivo en detrimento del turismo local y, no obstante los conflictos e impactos socioambientales, se apuesta por el turismo depredador de sol y playa.

Lo anterior se establece en el libro “El Desarrollo turístico en México”, de los académicos  Karla Barrón Arreola, Carlos David Barrón Arreola y José Antonio Madera Pacheco, investigadores de la Universidad Autónoma de Nayarit, quienes marcan que aunque Nayarit representa menos del 1.1 por ciento de la población nacional en un territorio también mínimo en comparación a otros Estados del país, recibió el 2.5% de los turistas internacionales en 2019 y mantiene una ocupación promedio de 60.4 por ciento, por arriba del promedio nacional que fue de 51.9 por ciento, con una oferta en cuartos de 4.4 % con respecto al total nacional.

Puntualizan los autores del capítulo correspondiente al estado de Nayarit que la política turística ha estado en consonancia con la política a nivel federal.

Además, los autores analizan el tema turístico desde los gobiernos de Alberto Flores Muñoz, José Limón Guzmán, Francisco García Montero y Julián Gazcón Mercado.

Sin embargo, se reconoce que el impulso a la actividad turística se derivó de las políticas que en la materia implantó el gobierno federal, ante el desgaste del modelo basado en actividades primarias, de manera que Nayarit ingresa a la actividad turística moderna con la creación de lo que se considera el primer Centro Integralmente Planeado, que es Rincón de Guayabitos, considerado como un destino de “turismo social”.

A vuelo de paloma pasan los gobiernos de Rogelio Flores Curiel, de Don Emilio M. González, que se concentraron en generar condiciones de bienestar para la población, siendo importante el crecimiento en materia de servicios como la electrificación, redes de drenaje, agua potable y vivienda.

DESARROLLO DEL TURISMO

Se destaca la creación del Fideicomiso de Bahía de Banderas, en terrenos expropiados a los centros ejidales para destinarlos a desarrollos inmobiliarios y en general para el desarrollo  urbano y educativo. Posteriormente el mismo gobierno federal cede los derechos del Fideicomiso de Bahía de Banderas al gobierno del estado, y con ello el fraccionamiento turístico náutico residencial de Nuevo Vallarta y el campo de golf Flamingos.

Los sucesivos gobiernos contemplaron a través del Plan Maestro, desarrollar siete regiones turísticas en el Estado, destacando los municipios con mayor potencial, como Tecuala, Santiago Ixcuintla, San Blas, Compostela, Jala y Bahía de Banderas.

TURISMO Y CALIDAD DE VIDA

En el capítulo de “turismo y calidad de vida” los autores concluyen que la política aplicada en esta materia ha configurado un desarrollo diferenciado en los municipios, pues por ejemplo en Tecuala, aunque se considera un municipio turístico por su playa Novillero, la más extensa del estado y del país, tiene como principal problemática socioeconómica “la falta de ingreso constante y suficiente para cubrir las necesidades primarias de la familia”.

En Santiago Ixcuintla, otro municipio catalogado como turístico se plantea como una necesidad primordial promover la creación de nuevas empresas para promover el desarrollo agropecuario y en San Blas, se identifica la situación de pobreza en la que vive un amplio porcentaje de la población, a pesar de ser un municipio con amplio potencial turístico y recursos pesqueros.

Mientras tanto, señalan los académicos, en Compostela se considera que mucho de su desarrollo está asociado al turismo en el municipio vecino de Bahía de Banderas y una de las acciones más renombradas de la autoridad municipal, es haber designado a la cabecera municipal como “Pueblo Mágico”.

BAHÍA DE BANDERAS

Finalmente, Bahía de Banderas asocia la dinámica poblacional a la actividad turística, no obstante que se precisa que la infraestructura turística ha impactado el espacio natural y la convivencia compartida entre turistas y pobladores y se reconoce que la política turística  ha sido “ambigua” al respaldar  a las comunidades que han sido impactadas.

Señalan que además asocia el desarrollo humano y bajos niveles de marginación y desempleo a las inversiones que se han desarrollado en materia turística.

Concluyen que se esperaría que a partir de la recuperación económica que suceda en 2021 los beneficios del turismo en el estado de Nayarit, puedan permear en el interior en el interior del estado más allá de la Riviera Nayarit, al mismo tiempo que se aprenda de las lecciones y se pase de la retórica sexenal a una verdadera política de desarrollo turístico de largo aliento que abone a reducir o a no incrementar, las desigualdades regionales

El libro impreso por el Centro Universitario de la Costa, fue coordinado por el doctor Carlos Gauna Ruizde León, con la aportación de otros académicos del país.

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