By José Reyes Burgos
Puerto Vallarta
La pandemia de COVID-19 ha golpeado sin sus a Puerto Vallarta como destino turístico, al dejar la franja principal prácticamente vacía, propiciando a su vez el cierre de tiendas, locales y hoteles completos.
Pero quienes no sufren, sino disfrutan este acontecimiento, son los animales que ven una oportunidad de recorrer espacios antes ocupados por la actividad humana.
Uno de estos, es el campo de golf Marina Vallarta, construido sobre manglares que originalmente de conectaban con el estero El Salado.
Ante la ausencia total de trabajadores y jugadores, es que aves exóticas muy raras de observar y cocodrilos, sin temor a ninguna presencia humana, han sido avistados ya diariamente adueñándose del espacio.
Cuando antes los carritos y las pelotas de los jugadores interrumpían la calma de la zona, estos animales debían guardar su sigilo y distancia. Pero ahora, sin la presencia humana, son libres de moverse entre las lagunas y mangles que rodean la verde capa de pasto del campo de juegos.
