TERCERA LLAMADA

Por María José Zorrilla

Cada día es más sorprendente ver la popularidad que han alcanzado los zapatos tenis en todos los niveles. En los viajes es más que común ver a la mayoría de los turistas usar las populares zapatillas de goma en las más variadas versiones y colores. Incluso en el mismísimo Milán, centro mundial del diseño y capital de la moda, no es nada extraño ver italianas con ropa de marca luciendo con elegancia tenis de todo tipo con sus atuendos al último grito de la temporada.

En un ejercicio visual realizado durante 10 minutos logré captar fotografías con un alto porcentaje de personas usando calzado deportivo que me atrevo aseverar superaba el 90% de los transeúntes.

No en balde la industria del calzado deportivo acorde a la consultora Global Edge generó en el 2017 más de 55 mil millones de dólares a nivel mundial siendo Estados Unidos quien lidera el mercado con 40% seguido por China con el 10%.

Lo interesante de la historia de los tenis es que hoy día no sólo los utilizan los deportistas, sino que es una cómoda prenda de vestir que se ha puesto de moda generando todo un fenómeno social y económico del que no muchos teníamos idea.

Lo que inicialmente empieza por un lado como producto de la industria llantera que dio origen a zapatos con suela de goma para diferenciar al calzado tradicional y por otro lado con el inglés William Foster atleta nacido en Bolton quien en 1890 tuvo la idea de hacer un calzado especial para correr y lograr un mejor rendimiento, hoy día es tema de coleccionistas, subastas e incluso cuenta con su propio mercado bursátil llamado StockX que registra unos 20 mil pares de zapatillas.

Sothebys, una de las casas de subasta más famosas del mundo, realizó la primera subasta de tenis en el 2019 y en el 2021 vendió en casi un millón y medio de dólares los tenis Nike Air Ships que usó Michael Jordan en el año de 1984, como nuevo jugador de los Chicago Bulls.

En el mundo terrenal donde nos desenvolvemos la mayoría de las personas, me tocó ver en San Pedro en la Plaza Fiesta San Agustín el pasado 18 de diciembre una larga cola de jóvenes esperar a que abrieran una tienda para comprar el lanzamiento de los tenis Adidas Yeezy Boost SPLV-350 V2 “Beluga”.

No pudiendo más con la curiosidad mi hermana y yo nos acercamos a los entusiastas chicos que nos dijeron habían incluso dormido allí para apartar lugar y no quedarse sin los dichosos tenis que en su momento costaban alrededor de 5 mil pesos.

Otro de los jóvenes trabajaba en la tienda de tenis de enfrente y había ahorrado para comprarlos, porque nos dijo “es un gran negocio”. Cómo pregunté. “Los usamos un poco o los guardamos tal cual y al cabo de un tiempo suben de precio porque son diseños exclusivos”. Otros chicos nos comentaron tenían ya como 20 pares de tenis, porque el negocio es muy bueno.

Cuando uno tiene una estructura mental sobre los negocios tradicionales de antes, no se tiene ni idea ni comprensión que haya todo un mercado paralelo de negocios con este tipo de transacciones.

Y, en efecto, cuando por curiosidad me metí ayer a consultar en internet este modelo específico en Farfetch la empresa portuguesa minorista de artículos de lujo, su precio era de $42,134.00 pesos. En 4 meses los “Beluga” habían multiplicado 8 veces su valor.

Me surgió la idea de escribir sobre este fenómeno cuando leí con sorpresa que los rusos están comprando bolsas de marca para salvaguardar su patrimonio ahora que el rublo es una moneda despreciada por todos.

Pensé que las bolsas Luis Vuiton eran las más caras del mercado. Pero resulta que están las bolsas de Hermes como la Himalaya Birkin que cuesta cerca de 8 millones de pesos y por el estilo hay muchas otras piezas con valores estratosféricos que están siendo adquiridas por los desesperados rusos que ven su moneda depreciarse a niveles de suelo.

Jamás habría imaginado que tenis y bolsos tuvieran cotizaciones de semejante envergadura y en el caso de los rusos que surgiera furor por artículos de lujo en plena crisis de guerra. Definitivamente vivimos en un mundo raro entre banalidades y fatalidades.

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