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Puerto Vallarta

Las vacaciones en las playas de México que suele ofrecer la publicidad existen realmente en la actualidad: las playas de arena dorada de esta región están impecablemente limpias y vacías en las costas, el agua está templada en el océano Pacífico después de 10 semanas sin salidas de botes. Hay ofertas de dos por uno y el personal hotelero está muy ansioso por recibir más visitantes, aunque sea al tope del 30 por ciento permitido por el gobierno de Jalisco. 

Todo está a un vuelo de distancia — a un viaje en taxi y un módulo de recepción en un hotel— y ese es el problema. Hay varias formas de analizarlo: ¿podría ser más seguro viajar que quedarse en casa? ¿Qué tanto vale la salud mental? Y, si las personas van a distanciarse socialmente de todos modos, ¿por qué no hacerlo en un lugar hermoso y aislado? 

Por otra parte, pese a la pandemia, a menudo los vuelos están llenos, e incluso los hoteles de la región trabajan duro para desinfectar sus instalaciones tienen poca capacidad para realmente realizar pruebas a sus empleados. Además, aunque probablemente haya menos huéspedes y arriben con menor frecuencia, también es posible que no porten mascarillas. 

Todo esto fue evidente cuando los primeros turistas llegaron a los hoteles de la región esta semana y fueron recibidos por el personal en una fila, manteniendo un distanciamiento seguro. 

“Todos los clientes entraban con sus tapabocas. Lo primero que hacían es que imaginaban que había un letrero que decía ‘quítese su tapabocas’, porque todos los clientes se quitaron los tapabocas apenas entraban al hotel”, reportaron colaboradores de hoteles de la zona norte del puerto. 

Sin embargo, el personal hotelero porta sus mascarillas en todo momento. Con apenas 80 turistas en el hotel Sheraton Buganvilias, por citar un ejemplo, en las playas que pueden albergar a miles, parecía un buen sitio para practicar el distanciamiento social. 

ESPERAN REPUNTE 

Los ingresos turísticos de México se desplomaron en abril, cuando registraron apenas 6.3% en comparación con el año previo. Cientos de miles de habitaciones de hotel estaban cerradas. 

El turismo brinda 11 millones de empleos, directa o indirectamente, en México, y muchos de esos trabajadores fueron enviados a sus casas a esperar. 

La situación es tan desesperante que el secretario de Turismo mexicano propuso considerar a la industria como una de las “actividades esenciales” de México a fin de poder reanudar las actividades, tal como las industrias de la construcción, minería y automotriz han comenzado a hacerlo. Sin embargo, las autoridades federales de salud se mostraron menos entusiasmadas, notando que el turismo implica viajes, multitudes y estar al aire libre. 

La demora en la reactivación de otros sitios de la región ha creado una situación desesperada. En este destino, decenas de vendedores que operan tiendas costeras de pescado y artículos de la región desafiaron las medidas de confinamiento para reabrir sus negocios, argumentando que se habían quedado sin dinero y no podían aguantar más. 

Pero hoy esperan ya al pie del cañón, con la expectativa de que este primer fin de semana luego dela reapertura, atraiga a turistas regionales que busquen salir de sus lugares donde han permanecido encerrados. (RLB). 

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