Por Eugenio Ortiz Carreño/Bahía de Banderas

La caravana y la antorcha de la paz tocaron dos puntos de la costa sur de Nayarit, pues este martes se realizaron en la iglesia de Las Varas, en el municipio de Compostela. Asimismo, se llevaron a cabo en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, como parte de la zona costa norte.

Al respecto, el sacerdote Juan Luis Casillas, párroco de la Divina Providencia de la unidad habitacional La Aurora, informó que esta es una iniciativa de parte de los obispos de México, a raíz del asesinato ocurrido el año pasado en Chihuahua en contra de dos religiosos jesuitas, por lo cual la iglesia que se ha preocupado para promover la paz, no solamente en el país, sino entre todos los hombres y mujeres.

Esta caravana y las antorchas por la paz y la difusión por María Visión es para que la iglesia se haga presente en diversos lugares de la Diócesis y que esa sea una muestra, un signo del compromiso asumido por la sociedad y por la iglesia de favorecer la paz, empezando desde el núcleo más pequeño.

La caravana se hizo en distintos lugares de las distintas zonas de la diócesis porque no puede ir a todas las parroquias. En este caso, son cinco zonas de la Diócesis de Tepic, y se hizo la procesión en una o dos parroquias por zona. Aquí en la zona Costa Alegre fue en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe.

Ayer mismo por la tarde, se efectuó en el ejido de Las Varas, en la Zona sur fue en Compostela; en la Zona Costa de Oro, fue en Santiago Ixcuintla, para que por lo menos se toque el territorio de Tepic. Las antorchas van unidas a la caravana, junto con los conversatorios por la paz y es significativa la presencia de María Visión.

Es importante señalar que los sacerdotes Joaquín Mora y Javier Campos presenciaron cómo un hombre herido ingresó a la iglesia de San Francisco Javier en el poblado de Cerocahui, Chihuahua, estaba a punto de morir y ellos lo atendieron espiritualmente. Sin embargo, las personas que lo atacaron también dispararon a los jesuitas y los asesinaron.

Ambos eran sacerdotes con una amplia trayectoria en la zona y sobre todo estaban enamorados de la cultura rarámuri, el pueblo originario que habita en la Sierra Tarahumara. El hecho conmovió a la iglesia, y en particular a los obispos mexicanos que se reunieron para hacer algo que evite ese tipo de homicidios que todos los días siguen ocurriendo en el territorio nacional y el resultado fue la iniciativa de la caravana y la antorcha por la paz.

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