Por Eugenio Ortiz Carreño/Bahía de Banderas

Justo en la entrada principal del panteón de la comunidad de Sayulita que pertenece al municipio de Bahía de Banderas, se termina la construcción de un nuevo hotel de lujo, que cuenta con siete pisos, así como piscina y áreas recreativas en la azotea del edificio.

Aproximadamente una veintena de trabajadores de la construcción se encuentran en el lugar y refieren que este nuevo hotel, está a punto de concluirse porque ya se realiza la puesta de instalaciones eléctricas y sanitarias, así como la colocación de un piso que refieren “esta como si fuera un material más fino que el mármol”.

Llama la atención su cercanía con el panteón, ya que se encuentra en el predio aledaño, a la izquierda del arco de acceso al camposanto y se ve un contraste muy particular el hecho que las futuras “suites de lujo” tengan como vecinos a los muertitos que descansan en las tumbas y al área de la playa conocida como de Los Muertos.

AVANZA LA OBRA

Según mencionaron los trabajadores, la construcción del inmueble inició a principios de este 2021, y a pesar de la pandemia, se ha avanzado en este edificio, aunque desconocen el número total de habitaciones y lo único que expresan es que faltan escasos tres meses para que concluyan los trabajo de la obra, al incluir acabados, porque todo lo que se conoce como obra negra ya está lista.

Aseguran los pobladores de Sayulita que este proyecto del hotel pertenece a la comunidad ejidal, aunque no se atreven a dar sus nombres de los que están participando con capital de inversión y se considera como un hotel que ofrecerá un ingreso para todos los miembros de ejido.

Es importante recordar que únicamente existe una calle, que funciona de doble sentido para ingresar al panteón y a la zona de hoteles de gran turismo o cuatro estrellas, en esta localidad de Sayulita.

Además, con la apertura del nuevo hotel se tendrá mayor tráfico de vehículos; por lo poco que se pudo ver del nuevo edificio, el cual cuenta con espacios de estacionamiento en la planta baja, aunque el espacio es muy limitado y no se deja ni banqueta para el paso de los transeúntes que acuden a visitar a sus difuntos.

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