Covid-19 vuelve a encender los focos rojos en Jalisco y Vallarta 

EDITORIAL

Los focos rojos volvieron a encenderse en el estado de Jalisco y, por supuesto, también en Puerto Vallarta, en donde el número de contagios de coronavirus presenta una curva ascendente en semanas recientes.

No hace falta ser matemático ni experto en estadística para darse cuenta de que los nuevos casos positivos de Covid-19 están al alza, según los reportes diarios que hace la Secretaría de Salud Jalisco.

Se trata de un crecimiento en el número de contagios que es resultado directo del relajamiento de las medidas sanitarias preventivas entre las empresas, el gobierno y la sociedad civil, que lamentablemente no ha sabido entender que el coronavirus no se ha ido y que nunca se fue, a pesar del drástico descenso en el número de contagios de los últimos meses, luego de la llamada cuarta ola de Covid-19 que fue, verdaderamente, catastrófica para la salud y la economía de miles de familias en Puerto Vallarta.

No hay mejor muestra que los números que, por más fríos que sean, dan cuenta de la evolución del coronavirus en Jalisco y también en Puerto Vallarta.

Para darse una idea de cómo estamos en el estado, baste referir que Jalisco cerró cada mes de este año con las siguientes cifras:

1).-Enero: 85 mil 236 casos (2 mil 749 diarios)

2).-Febrero: 78 mil 905 casos (2 mil 818 diarios)

3).-Marzo: 15 mil 915 casos (513 diarios)

4).-Abril: 6 mil 350 casos (211 diarios)

5).-Mayo: 3 mil 879 casos (125 diarios)

6).-Junio: 6 mil 685 casos (351 diarios)

Fue, precisamente, por ese descenso de contagios en los meses de marzo y abril que el gobierno el estado de Jalisco decidió eliminar el uso del crubrebocas a partir del pasado 10 de mayo, dejando la responsabilidad de exigirlo a los negocios y de usarlo a los ciudadanos.

Sin embargo, visto está que la población no entiende y de inmediato se generalizó el desuso del cubrebocas, de tal manera que en empresas, locales, tiendas, plazas comerciales y demás negocios al menos 8 de cada 10 personas deambularon sin el accesorio.

En Puerto Vallarta, las cifras del coronavirus son las siguientes:

1).-Enero: 5 mil 627 casos (181 diarios)

2).-Febrero: 2 mil 956 casos (105 diarios)

3).-Marzo: 790 casos (25 diarios)

4).-Abril: 191 casos (6 diarios)

5).-Mayo: 229 casos (7 diarios)

6).-Junio: 469 casos (24 diarios)

Hoy, 20 de junio, el panorama pinta otra vez distinto. El aumento de contagios de Covid-19 es un hecho, tanto en Jalisco como en Puerto Vallarta, en donde puede observarse a las personas totalmente relajadas, como si la enfermedad hubiera desaparecido por arte de magia, aunque en la práctica no sea así.

Y para muestra, otro botón: la semana pasada el personal del Hospital General de Zona No.42 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no solo comenzó a exigir el uso del cubrebocas, sino que además las autoridades sanitarias comenzaron a regalar a quienes ingresaban al hospital el modelo N-95 que es –dicen- el más seguro que existe. Esto, ante una nueva alerta al interior del hospital por un brote de coronavirus que ya alcanzó, nuevamente, al personal médico.

Incluso, personal especializado -debidamente vestido con trajes, guantes y caretas protectoras- procedía a desinfectar todas las áreas para evitar la propagación de la enfermedad, que amenaza con prenderse y alimentar el incendio de la llamada quinta ola.

Extraña, pues, la actitud asumida por el gobierno del estado cuando en un comunicado difundido la semana pasada dice que “ante la baja letalidad, hospitalizaciones por Covid-19 reportadas a la fecha en el estado de Jalisco, las actuales medidas de prevención dispuestas desde el pasado 10 de mayo se mantendrán vigentes, luego de que el incremento de casos registrado en las últimas semanas no ha representado un impacto en el sistema sanitario de la entidad”.

Es cierto que no hay hospitalizados, porque la vacunación ha sido efectiva y las personas ya no están siendo ingresadas a hospital ni están muriendo, pero los contagios continúan y, en muchos casos, representan gastos y pérdidas económicas para las familias afectadas; igualmente las afectaciones alcanzan a las empresas con trabajadores contagiados y enfermos, la productividad baja y el problema no se resuelve.

Extraña la actitud del gobernador, Enrique Alfaro, quien desde que inició la pandemia en marzo de 2020 se había caracterizado por adelantarse a las consecuencias generadas por la enfermedad. El gobernador y su equipo de colaboradores estuvieron siempre un paso adelante ante las consecuencias de la pandemia y tuvieron éxito, pues aunque no lograron detener el avance de la enfermedad sí lograron menguar su impacto negativo en las empresas y la población.

Hoy, ante este panorama que se avecina, esperamos una reacción inmediata del gobernador de Jalisco durante esta semana, porque es tiempo de endurecer nuevamente las medidas de prevención sanitaria para detener esa quinta ola de Covid-19 que ya encendió los focos rojos en el IMSS de Puerto Vallarta y que amenaza con volver a afectar a miles de habitantes relajados que siguen sin creer en la enfermedad.