Por Eugenio Ortiz Carreño/Bahía de Banderas

Automovilistas usuarios de la nueva autopista del tramo de Compostela a Bucerías se quejan por las enormes congestionamientos que se originan debido a la impericia de las cobradoras del peaje en las casetas de cobro, que carecen de la habilidad necesaria para atender a los usuarios.

La problemática hizo crisis en el reciente puente que se celebró por el primero de mayo, en que se celebra el Día del Trabajo, cuando cientos o miles de automovilistas arribaron a la región y tuvieron que usar la nueva autopista, pero se percataron que el tiempo que se ahorra en el recorrido, se pierde por las grandes filas que tienen que soportar en las casetas de cobro.

Esto se ocasiona principalmente en el entronque donde se mete a la comunidad de El Capomo, para conectar con la vía libre, pero se forma una cola enorme, grandísima, y lo peor es que no hay quien ordene el tránsito, no hay quien agilice el paso de los vehículos y eso genera un enorme hacinamiento de vehículos.

De hecho, precisaron los automovilistas, se forma un enorme cuello de botella y es por falta de previsión de la Secretaría de Vialidad, del Gobierno del Estado y hasta la Guardia Nacional y Protección Civil y Tránsito Municipal de Compostela y todas las dependencias que tienen que ver con el tránsito de vehículos.

Incluso la empresa constructora o concesionaria de la autopista debiera estar muy atenta a ello, y debieran aportar el cuidado porque es enorme la fila que se forma para entroncar con la libre, pero los automovilistas se percatan que de las autoridades no hay “ni sus luces” porque simplemente no hay atención, ni presencia física.

Esto provoca que resulte totalmente Inoperante la forma de cobro en la caseta de la salida de Bucerías para tomar la autopista y en el Monteón, en la caseta de El Capomo, porque las dos casetas tienen un sistema de cobro obsoleto y propician grandes filas y esto ocurre en un día de retorno de un “puente”.

Ya se puede uno lo que podrá ocurrir en los días de  más afluencia como son en diciembre y en la reciente Semana Santa, porque no hay un sistema eficiente de cobro, porque las cajeras carecen de la habilidad de cobrar rápidamente, sino que se toman mucho tiempo en el cobro y la circulación se detiene y todo el tiempo que el automovilista supone ahorrar por el nuevo trazo, se pierde en las casetas.

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