Día de fiesta en la Cruz de Huanacaxtle

Por Eugenio Ortiz Carreño/Bahía de Banderas

Hasta el padre Juan Alfonso exclamó “Jesús María y José” al trueno de los cohetes; en las puertas del kínder dos niños se taparon los oídos y gritaron divertidos por estruendo del cohete, pero era la señal de que la fiesta iniciaba.

En la plaza los teponaxtles y las sonajas del ballet prehispánico sonaban también y los danzantes con sus plumajes y sus adornos iniciaron la ceremonia cantando.

Luego más cohetes tronaban, señalando el momento del arribo del señor obispo de Tepic, Luis Artemio Flores Calzada, que vino específicamente para concelebrar la misa de acción de gracias en honor de la Santa Cruz.

Con él participaron en la celebración los sacerdotes de la parroquia de María Reina de la Paz, de Marina Vallarta; el padre Donato Ortega, cuasi párroco de la cuasi parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe de Sayulita; el hijo preclaro de la comunidad de Punta de Mita, el padre Ismael García Codallos.

También estuvieron el padre Gerardo, vicario de la parroquia de La Aurora; el padre Agustín Falcón, párroco emérito de Valle de Banderas; padre Fidencio, vicario de Nuestra Señora de la Paz de Bucerías; el padre Jesús Curiel Salcedo, vicario de la Cruz de Huanacaxtle.

Igualmente, asistieron el padre Fausto Ramos García, secretario canciller de la Diócesis; el padre Pablo Rodríguez, párroco de San José del Valle; padre Daniel, primer diácono de la parroquia de la Cruz de Huanacaxtle, acompañando al párroco Juan Alfonso Aceves.

OBISPO INVITA A LA REFLEXIÓN

Durante la homilía el Obispo Luis Artemio Flores Calzada dio la bienvenida a pescadores, a maestros de la construcción, que asistieron cargando con sus cruces adornadas y que luego colocarán en sus respectivas obras.

También se hizo mención de los “hijos ausentes”, así como a los jóvenes integrantes de la  Antorcha Juvenil que se hizo a nombre de Trinidad Chávez González y María Elena Chávez González; presentes integrantes del sector pesquero y asociación de permisionarios de la Cruz de Huanacaxtle.

Durante la homilía, el obispo invitó a los asistentes a reflexionar sobre la importancia de la cruz y dijo: “celebramos la exaltación de la Santa Cruz, Sabemos que Jesús murió en la Cruz, y Santa Elena, madre de Constantino tuvo esa inquietud de buscar entre los escombros de Jerusalén la cruz de Cristo, y el signo fue que fue curado un enfermo al tocar esa cruz, y esa cruz se fue dividiendo en pequeñas astillas que están ahora en muchas partes del mundo”.

Recordó que antes de Cristo, la cruz era un tormento para los malhechores, “hay un texto que decía maldito el que cuelgue de un madero, un malhechor y quiero decirles que Jesús murió como malhechor en una cruz, ¿sabes por qué? Porque cargó tu pecado, mi pecado nuestro pecado”.

Añadió que “él quiso tomar nuestro pecado, siendo justo y santo, quiso cargar con nuestro pecado y con su sangre purísima derramada en la cruz nos rescató, nos liberó del pecado, del mal, de los odios, de las venganzas, de todo lo que nos daña y de la muerte y nos devolvió la inmortalidad, y por eso la Cruz que era considerada como una maldición, se ha convertido en un trofeo de victoria, de triunfo, porque Cristo ha vencido al pecado y a satanás en la cruz”.

“Fíjense cómo en un árbol, nuestros padres Adán y Eva fueron derrotados por Satanás, porque los engañó. Dios les dijo, el día que coman de este árbol van a morir, y la  serpiente les dijo no se crean, el día que coman van a ser como Dios. Y no le hicieron caso a Dios comieron del árbol y entró la muerte y fueron expulsados del paraíso y entraron los homicidios, las venganzas, los odios, todo lo que nos daña”.

LIBERADOS DEL MAL

El obispo Flores Calzada siguió y dijo que “Dios que nos ama tanto, nos mandó a Jesús y el que en un árbol fue vencedor, en otro árbol, el árbol santo de la Cruz fue derrotado y Jesús nos ha liberado de ese espíritu del mal, y nos ha dado su espíritu, la vida nueva que recibimos desde nuestro bautismo y nos ha devuelto la inmortalidad”.

“Por eso queridos hermanos la Cruz es nuestro trofeo, y así como cuando fueron picados los israelitas, por las serpientes venenosas, el señor le dijo a Moisés haz una serpiente de bronce, y levántala en un palo y los que la vean con fe, quedarán sanos. No era la serpiente, sino que era Dios quien que sanó a los Israelitas. También ahora Jesús ha sido levantado en una Cruz y todos los que lo contemplamos con fe hemos sido sanados liberados del pecado y de la muerte y ahora para nosotros la cruz es un signo de victoria”.

FUE UN DÍA DE FIESTA

Muchos más cohetes tronaron al finalizar la misa, y el párroco ordenó que se repartiera agua fresca entre todos los asistentes que habían aguantado el sol durante más de una hora.

Minutos después llegó la cabalgata de los pueblos vecinos, casi medio centenar de caballos de diversas razas, invadieron las calles alrededor de la plaza principal.

Entre ellos los que más llamaban la atención eran los de raza Frisian bailadores y los jinetes muy orgullosos iban y venían de un extremo al otro de la calle, mientras a los lados se formaban dos filas de caballos con sus respectivos jinetes que bebían cerveza para mitigar el calor.

Así estaba el ambiente cuando comenzaron a circular los platos con comida, y los botes de cerveza y la alegría se generalizó en la plaza, aunque muchos preferían admirar los caballos bailadores que tenían fascinados a los pocos residentes extranjeros que todavía están en el pueblo y que grababan videos de todo el espectáculo.