By Por Miguel Ángel Ocaña Reyes/Puerto Vallarta
Sin importar el paso de los años, la tradición de visitar a los difuntos el dos de noviembre continúa muy arraigada entre los vallartenses, quienes en la víspera se apresuran a tener sus sepulcros limpios y en orden, para hacer una oración, o simplemente “convivir” pasando un rato con sus seres queridos.
Los panteones de El Progreso, Ramblases y 5 de diciembre fueron visitados por miles de personas, por lo que vendedores ambulantes aprovechan para generarse ingresos, provocando así una vistosa y colorida algarabía en la que flores, música, alimentos y adornos, le dan a la celebración un toque de distinción que inevitablemente ha llamado la atención de los turistas extranjeros, quienes se dan su tiempo para curiosear en los cementerios esta costumbre que por momentos les resulta extraña.
El Día de Muertos sigue vivo en Puerto Vallarta, y no importan las diferencias sociales, que incluso se ven, pues junto a los amplios mausoleos, se encuentran tumbas sencillas, pero permanece ese mismo deseo de traer de regreso el recuerdo de aquellos que ya pasaron a otro plano.
