El abierto de golf

Por Jorge Berry (*) - m.jorge.berry@gmail.com

Ricardo Salinas Pliego no me simpatiza. Su negocio principal, “Elektra”, aprovecha la necesidad de la gente, y si bien otorga créditos fáciles, también cobra altos intereses, y si alguien se retrasa en el pago, sus métodos de cobranza son de tienda de raya.

En Estados Unidos, la comisión bancaria y de valores lo expulsó, multándolo por tratar de manipular ilegalmente el precio de sus acciones, y aquí en México debe millones y millones al fisco. Si el SAT le aplicara las políticas de cobro que practica en “Elektra”, ya estaría en el bote. Pero cuenta con la indulgencia presidencial. Es, además, un tuitero ordinario, grosero y ofensivo.

Podría seguir, pero debo reconocer que Salinas Pliego ha hecho mucho por la difusión del golf en México. Hace unos 20 años, coincidí con él en el club Campestre Churubusco en CDMX, y no juega mal.

En lo que tuvo que haber sido una inversión cuantiosa, trajo uno de los cuatro torneos de la WGC (World Golf Championship) al Club de Golf Chapultepec, y durante cuatro años vino la élite del golf mundial. Dustin Johnson y Phil Mickelson, jugadores de leyenda, están en la lista de ganadores de ese torneo.

Entonces llegó la pandemia. El torneo se suspendió durante dos años, y al terminarse el contrato en esa pausa, se canceló definitivamente. Con ello, México se quedó con un solo torneo en la gira de la PGA, el Mayakoba que se juega en Cancún.

Ricardo Salinas entró al rescate, llegó a un acuerdo con el desarrollo Vidanta en Nuevo Vallarta, y la PGA programó para el 25 de abril próximo el Abierto Mexicano de Golf que se jugará en uno de los campos de Vidanta.

Si bien el torneo no tiene ya el sello de la WGC, que era garantía de la asistencia de los mejores golfistas del mundo, sí otorgará puntos de FedEx Cup, tendrá una buena bolsa de 7.3 millones de dólares a disputarse entre 132 jugadores, y ofrecerá varias plazas de calificación automática a jugadores de Latinoamérica.

Para nuestra zona, es una gran noticia. Con la trasmisión de televisión del torneo en Estados Unidos, Bahía de Banderas y Puerto Vallarta recibirán extraordinaria difusión, y eso, en estos tiempos de austeridad republicana en los bueyes de mi compadre, siempre se agradece. Para quienes somos golfistas, es un sueño.

Ojalá que Vidanta se decida por precios accesibles para los espectadores, porque, en temas de difusión, no conviene que el campo parezca vacío frente a las cámaras. También habría que implementar algún sistema que permita llegar al campo con mayor facilidad, porque ahora el transporte desde la entrada hasta el campo es muy ineficiente y tardado, y no está diseñado para público masivo.

No quiero ni pensar el cuello de botella que se haría para llevar a 20 o 30 mil personas hasta el campo con el sistema actual.

Fuera de eso, bienvenido el Abierto Mexicano de Golf, en el que estarán presentes las dos mejores cartas que tenemos, Abraham Ancer y Carlos Ortiz, ambos ganadores en la temporada 20-21.

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Circulaba la otra tarde por la autopista a Tepic. A la altura del WalMart Nuevo Vallarta, hay un semáforo especialmente tardado. Ya había una fila de autos considerable, y en cuanto el semáforo se pone rojo, caen encima, como parvada de patos, tres o cuatro ofertas distintas para lavar el parabrisas, aguas, dulces, juguetes, bueno, un señor hasta hamacas vendía, y, por supuesto, varias personas que pedían contribuciones voluntarias para diversas causas. Ninguna de ellas portaba identificación alguna. Todos parecían estar muy bien organizados para cubrir con eficiencia y velocidad la enorme fila de coches.

Este cuento ya me lo sé. Se padece en diversos cruceros en CDMX, y es muy molesto, pero un gran negocio. En esta ocasión no estaban, pero ya he visto por ahí malabaristas, tragafuegos y mimos. Muchos, me dicen, vienen de fuera, tal y como pasa en CDMX.

Estimular estas actividades dando dinero no es caridad. Alguien que sabe lo que hace está detrás de todo esto. No es casualidad que las autoridades de Jalisco y Nayarit cierren los ojos. Es parte del crecimiento irrestricto del ambulantaje, que empezó en CDMX bajo la administración del hoy presidente de la república. Encontró líderes a modo, que le garantizaban votos a cambio de permitirles operar.

En nuestra zona, el comercio informal está inundando las calles, y como destino turístico, eso no conviene. Contribuye a un sentimiento de desorden e inseguridad entre nuestros visitantes. Ojalá las autoridades tomen cartas en el asunto. Digo, para no pensar mal.

¡Hasta el lunes, amigos de Vallarta y Bahía!

(*) Periodista, comunicador y líder de opinión con casi 50 años de experiencia profesional.