El abismo “asesino” que se esconde en el mar de Puerto Vallarta; mil metros profundo

José Reyes Burgos Puerto Vallarta
Los Arcos de Mismaloya son un ícono de las aguas en la bahía, exactamente al otro extremo de la misma que las Islas Marietas. Se trata de un parque natural, en cuyas aguas cristalinas florece la vida marina con una variada cantidad de especies. Ideal para los buzos e incluso para surfistas, pues en "la bufa" de una de los cuerpos rocosos se forman unas olas intrépidas para divertirse con la tabla. Sin embargo, pese a su belleza, mostrada en las postales desde que Puerto Vallarta es un destino turístico, esta zona esconde un secreto tan oscuro como el fondo del mismo océano, a donde no llega ni la menor cantidad de luz solar. Y es que a un centenar de metros alejándose de la costa a partir de esta especie de cerros de agua, el subsuelo pasa repentinamente de ser un lecho con arrecifes y vida marina en aguas cristalinas,  a un enorme un precipicio submarino con unos increíbles mil metros (al menos esas son las estimaciones) de profundidad; es decir, suficiente para ser categorizado dentro de la zona mesopelágica, donde la luz del sol comienza a ser muy escasa y los peces desarrollan bioluminiscencia. Para darnos una idea, en esta área cabría sumergido el rascacielos más alto del mundo, en Dubai, el Burj Khalifa de 829 metros de altitud, y aún sobraría mucho espacio vertical. Por esta razón, únicamente los buzos más expertos pueden sumergirse entre el borde de la zona llena de vida, llamada "El Cañón del Diablo", y este mounstruso abismo. Se necesita tener la suficiente experiencia para moverse y no caer más allá de la zonade buceo permitida, hasta a 45 metros de profundidad. Ya que esta zona esconde un secreto aún más aterrador: corrientes marinas que succionan objetos y seres vivos que se posan sobre el inexplorado precipicio. Es decir que si una persona se sumerge en Los Arcos, con escasos 12 metros de profundidad; y bucea hasta el Cañón del Diablo, aumentando de 25 a 40 metros; debe tener extremo cuidado de no quedar suspendido sobre la pendiente del barranco submarino, pues podría ser jalado hacia las profundidades y jamás poder ascender. De hecho, este peligroso abismo, que se extiende en un hueco superficial que llega hasta la altura de la playa Las Glorias (pero ya mar adentro en la bahía), ya se ha cobrado la vida de, al menos, 6 personas en las últimas dos décadas. El primer caso del que se tiene memoria ocurrió en diciembre del 2007, cuando dos buzos de Protección Civil y un reportero de Televisa se sumergieron para recorrer el lecho profundo en Los Arcos. Jamás emergieron nuevamente a la superficie. Luego, en mayo del 2015, una avioneta de paracaidistas se precipitó por accidente al mar en la bahía, con 5 personas a bordo. Desafortunadamente, la aeronave cayó en las aguas que cubren el abismo; mientras tres de sus tripulantes fueron rescatados, dos mujeres que se disponían a saltar, una extranjera y otra mexicana, se hundieron hasta el fondo con el aparato, y jamás fueron recuperadas. Por último, apenas en febrero del 2018, una turista canadiense tomaba una expedición de buceo guiada en Los Arcos. Cuando se sumergió sin autorización de su guía, resultó ser esta la última vez que se le vio existir, porque ya jamás emergió y su cuerpo no fue encontrado. En todos los casos, se extendieron búsquedas con equipo técnico y avanzado, sin embargo, la inmensidad del abismo no dejó que los esfuerzos tuvieran éxito en ninguno de los episodios. Por estas 6 víctimas es que todos los tour operadores recomiendan bucear con mucho cuidado en esta zona y únicamente bajo certificación oficial. Sin duda alguna el abismo de Puerto Vallarta esconde secretos que probablemente nunca vayamos a saber. Lo que si es seguro, es que no debe tomarse a broma su existencia, en afán de evitar más tragedias, justo a un lado del paraíso. Artículo dedicado a las 6 personas que lamentablemente han pedido su vida en este abismo. Que su memoria viva en sus familias y amigos, y encuentren el eterno descanso.