El CIC

OPINIÓN

Por Jorge Berry (*) m.jorge.berry@gmail.com

Los destinos turísticos, como el nuestro, no pueden conformarse con sus bondades naturales. Sí, tenemos playas hermosas, un clima privilegiado y una ubicación geográfica envidiable. Pero también, hay que reconocer el esfuerzo que ha hecho el área de Vallarta-Bahía de Banderas para convertir este lugar en un atractivo mundial.

Vaya un agradecimiento a aquellos visionarios que fundaron los primeros hoteles, que se la rifaron contratando a carísimos arquitectos, como Jack Nicklaus y Greg Norman, para diseñar bellísimos campos de golf. A quienes navegaron las turbulentas aguas de la burocracia transexenal, y lograron cuajar el proyecto de una marina capaz de recibir tres cruceros, que en realidad son ciudades flotantes, de manera simultánea, todos ellos tienen un lugar especial en la historia de nuestra zona.

Ahora, en este mundo ultra-competitivo que nos tocó vivir, no se puede bajar la guardia. La iniciativa privada sigue haciendo lo suyo. Construye enormes hoteles, pone a la venta tiempos compartidos, así como vivienda para el retiro de los amigos de Canadá y EU, que ya no quieren saber de fríos ni de tanto impuesto. Es decir, el desarrollo continúa.

En particular, el gobierno actual del país no ha ofrecido ayuda, ni parece tener conciencia de que Vallarta-Bahía genera dinero para las arcas nacionales, es la raíz de miles de empleos y es fuente de divisas extranjeras. Pero esperar que las autoridades federales hagan su parte, es otra forma de indolencia. Hay que buscar que los gobiernos municipales, y el estatal, si no ayudan, que no estorben.

En esa indefinición se encuentra lo que debería ser un enorme motor de desarrollo, que es el Centro Internacional de Convenciones.

Trataré de ser breve y claro. Actualmente, el CIC es una asociación civil. Como tal, no puede participar del presupuesto del gobierno del estado, aunque este sea parte de la A.C. El otro socio, ya no existe.

Magaly Fregoso fue nombrada directora general del CIC por el gobernador Enrique Alfaro desde que empezó su administración, y no la ha tenido fácil. El CIC caminaba sin sobresaltos mayores, pero llegó la pandemia, y todo se vino abajo, incluyendo el mantenimiento. Simplemente abrir el recinto, ya representa un gasto considerable, y al desaparecer la Oficina de Visitantes y Convenciones, que era la parte privada de la A.C., se acabó la tela de donde cortar.

Curiosamente, el CIC despertó de su largo sueño, al ser una de las sedes de vacunación contra el Covid-19. Fue cuando lo conocí, y me impactó el espléndido diseño, lo bien aprovechado de sus espacios y las enormes posibilidades de ser uno de los principales atractivos de la zona. El mercado de convenciones en el mundo es gigantesco, el CIC, con un poco de esfuerzo en inversión, puede empezar a competir.

Tuve el privilegio de asistir dos veces a Davos, Suiza, a las reuniones anuales del Foro Económico Mundial. Es un evento que genera carretadas de dinero para sus organizadores. Todo el movimiento de jefes de estado, banqueros, multimillonarios y académicos, se realiza en un recinto similar al CIC, si no es que más pequeño. Y afuera, la nieve, y un frío que cala hasta los huesos. La neta, preferiría haber ido a Vallarta.

La directora Fregoso sabe que los andamios de los juzgados son lentos. La Secretaría de Turismo de Jalisco está tramitando el cambio de régimen, pero ella necesita reactivarse ya. De hecho, ya hay varios eventos contratados a partir de noviembre, pero necesita recursos para eficientar la operación. Solicitó al gobierno de Jalisco obtener, de algún lado, 20 millones de pesos para mantenimiento. La cantidad es ridículamente baja para una instalación de este tamaño, pero ese parche ayudaría hasta que terminen los trámites legales.

A futuro, el panorama es otro. En una plática reciente con Magaly Fregoso, me comentó que ella no estará satisfecha hasta que el CIC sea totalmente auto-sustentable. Tiene ya lazos tendidos con los gobiernos municipales de Bahía de Banderas y de Vallarta, que deben ser los primeros interesados en que el CIC despegue, porque genera empleos, que benefician a ambas entidades. También, por supuesto, tiene pláticas continuas con el sector empresarial, que con frecuencia contratan espacios en el CIC.

Hasta ahora, en lo que tiene de existencia el CIC, el récord de eventos para un año es de 41, en 2019. Para 2022, ya hay 33 eventos comprometidos, pero la meta de la directora es llegar a 100 en un año, antes de entregar el cargo.

No dudo, ni por un segundo, que lo logrará. Con dos horas de verla operar, al tiempo que me daba la entrevista, entendí que el Centro Internacional de Convenciones no podría estar en mejores manos.

¡Nos leemos el lunes, Vallarta y Bahía!

(*) Periodista, comunicador y líder de opinión con casi 50 años de experiencia profesional.