Por Miguel Ángel Ocaña Reyes/Puerto Vallarta

El libro “Parroquia de Guadalupe, una aproximación histórica”, se presentará el próximo cinco de noviembre en la explanada del templo guadalupano en el centro de Puerto Vallarta, una investigación que el doctor Miguel Ángel Rodríguez Curiel realizó a lo largo de nueve años, y que por fin verá la luz. En entrevista el Doctor en Derecho habla sobre lo que implicó hacer este libro y los temas que en él se tratan.

¿Cómo nace la idea de este libro?

El señor cura, en ese tiempo Esteban Salazar González me invitó a presentar una reseña histórica de la Parroquia de Guadalupe, reseña que se llevó a cabo en las afueras del templo, porque ahí se puso un estrado, el doce de octubre del 2012, dentro del material que tenemos, y son pocos, de los nueve pastores que han conducido los destinos de la parroquia, había pinturas, pero no tenían las fotos de todos ellos, cosa que había obtenerlas a como diera lugar en donde se pudiera, entonces para ello hice una breve investigación previa en una exposición de 40, 45 minutos, y nos encontramos con algunas cosas que no me llenaban del todo, dónde se ofició la primer misa, cuándo se ofició, quién la ofició, cuándo se colocó la primer piedra para la construcción del templo con licencia eclesiástica, y sobre todo, las maniobras que fue necesario llevar a cabo y que fueron llevadas a cabo por el señor cura Francisco Ayala, que fue primero el cambio de sede de la parroquia de San Sebastián a Puerto Vallita, seguíamos teniendo la parroquia de San Sebastián, pero con sede en Puerto Vallarta, ahí fue cuando se empezó a descabezar completamente el municipio de San Sebastián…

¿El artífice de la creación de esta parroquia fue el padre Ayala?

Fue el artífice de varias cosas, entre ellas el traslado de la sede de la parroquia, de la creación de la parroquia, quizá por eso fue nombrado primer señor cura de esta parroquia, pero esto fue en 1921, y después de este acontecimiento, empieza a hablarse de la posibilidad de crear un templo que fuera digno de una parroquia.

Ya la gente era muy devota de la Virgen de Guadalupe…

Lo que pasa es que si te vas un poquito atrás, la primera imagen que trae aquí Doña Margarita Torres, mamá de Don Guadalupe Torres, es precisamente la de la Virgen de Guadalupe, y fue la primera que se colocó en un lugar en donde ellos rezaban el rosario, porque no había sacerdote aquí, fue hasta 1883 que ya pudo venir un sacerdote, Sabino Birruet, que provenía de Mascota, y para eso fue menester solicitar un permiso especial por conducto de la Parroquia de Mascota al arzobispado de Guadalajara, porque todavía no existía la Diócesis de Tepic, entonces le dan la autorización, se traslada aquí, y oficia la primer misa, incluso por ahí, en el libro de Doña Margarita Mantecón de Garza, se habla de que en una ocasión traían a un sacerdote, y había indios salvajes por la sierra, y tanto los acompañantes como a los sacerdotes los asesinaron, entonces era peligroso venir aquí, independientemente de que era muy pequeño el asentamiento humano en Las Peñas.

¿Cuántas personas y cómo lo apoyaron para completar este libro?

Fueron 62 personas de muy diversas maneras, qué bueno que ahora inauguró una sala del museo parroquial pero los documentos de la parroquia, excepto los documentos oficiales para ellos, como son la Fe de Bautismo, Confirmación, Matrimonio, Defunción, aparte de esto, otros documentos y demás, están disgregados en la grey católica, no están en el templo, ojalá que las personas antes de que desaparezcan por completo, los donen al museo y pueda tenerse un acervo considerable.

¿El libro fue como armar un rompecabezas?

Sí, lo que pasa es que estas personas a las que yo me refiero que ayudaron bastante, me proporcionaron fotos, documentos, y con muchos de ellos tuve una entrevista, y de alguna manera el apoyo de las personas ayudó para enriquecer el libro, porque había algunas cosas, no muy claras, eso independientemente de la serie de viajes que tuvimos que hacer, fui en dos ocasiones a la Parroquia de Talpa, en dos o tres ocasiones a Mascota, en tres o cuatro a San Sebastián, al Tuito, a Mixtlán, que fue el lugar donde estuvo como cura Don Rafael Parra Castillo antes de venir a Puerto Vallarta, y que para mi sorpresa me encontré que todavía vivía la hermana menor del padre Parra, una persona muy lúcida a quien le dio mucho gusto cuando el dije lo que estábamos haciendo, incluso me llevé impreso lo que teníamos de Don Rafael, y ella me dijo, aquí hay más fotos, hay más documentos, y así fue pudimos complementar más, porque tú sabes que fue un pilar fundamental aquí.

¿Cuántos padres fueron los que lideraron la parroquia?

En total son nueve, empezamos con Francisco Ayala González, luego José Ramírez, luego Luis Robles Corona, Rafael Parra Castillo, Francisco Aldana Cardona, el padre  Jesús Meda Lomelí, el padre Luis Ramírez Ortiz, el padre Esteban Salazar, y ahora el padre Roberto Cordero.

¿Quién de ellos fue el más influyente?

Yo creo que todos tuvieron su momento, obviamente el iniciador, Francisco Ayala le tocó de lo que ya hablamos, hacer todo eso, incluso el diseño del templo; luego después en la construcción del templo, estuvo el padre José Ramírez, que fue el que ayudó a Luis Robles Corona, luego hubo en que no hubo cura por lo de la cuestión cristera, ya cuando las cosas se calmaron y hubo un acuerdo con el Gobierno Federal y la élite de la jerarquía católica, ya mandan a recibir el templo a un sacerdote, pero ya volvemos a tener cura a partir del 15 de noviembre de 1929, José Ramírez, de 1929 a 1932, y después de él viene Luis Robles Corona que estuvo de noviembre de 1932 a abril de 1942; ya después viene el señor cura Rafael Parra Castillo en agosto de 1943 y hasta su muerte en noviembre de 1966, él concluyó la construcción y arraigó a la población en la fe católica.

El padre Antonio Aldana tuvo como característica la devoción multitudinaria de la virgen guadalupana, él organizó un viaje en 1975 en el año santo a Roma con un grupo de personajes vallartenses, a él le tocó atender personalmente a Liz Taylor, Richard Burton, su forma de trabajar era completamente diferente, como dicen, tenía comal y metate en todos lados, fue amigo personal de gente muy controvertida, echó a funcionar el dispensario médico guadalupano, así como después logró el asilo de ancianos. Después de él viene el padre Jesús Meda Lomelí, que estuvo nada más tres años, le dio continuidad a la formación de grupos que inició el padre Aldana, trabajó con la comunidad; ya después de él viene Luis Ramírez Ortiz que estuvo del 30 de enero del 82 al 18 de enero de 2003, él era piloto, alguna vez tuvo un aterrizaje forzoso, fue un hombre preparado, maneja bien el idioma inglés, el permitió las misas en los hoteles, también creo el himno de los Antorchistas, trajo los restos del padre Parra a la parroquia, hay tantas cosas que contar y tan interesantes que están en el libro, con él creció lo de las peregrinaciones de loa Favorecidos, él le dio apertura a restaurantes y hoteles, con él ya interviene la Secretaría de Gobernación y ya se le da el nombre de Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe el 16 de mayo de 1995.

Nosotros concluimos el libro hablando de un capítulo, Parroquia de Guadalupe en la Época Actual, por decirlo así, los pioneros hicieron su labor, y ya les tocó a los que vienen, mantener el ritmo, es muy marcada la participación de Roberto Cordero en la construcción del templo y el padre Esteban Salazar.

¿Hay historias de colaboración fraternal entre la población para hacer el templo?

Lo que pasa es que esto empieza como un lugar donde se rezaba el rosario y lo que hicieron fue un jacalón de adobe, teja, madera, ni siquiera piso tenía, era un lugar de reunión, y luego empezaron a hacer el templo, pero ya cuando viene el señor cura Ayala, dijo, esto no, entonces tuvieron que abrir cimientos… ahí es donde empiezan los inconvenientes de la historia oral, porque la historia oral no siempre es cierta, yo creo que es mejor una historia documental donde se guarda tal o cual circunstancia, pero bueno, algunas personas hablaban de que fue Don Eulalio Villaseñor quien solicitó terreno para la construcción del templo, pero en realidad en las investigaciones que hicimos, nos encontramos que hay un documento dirigido a Don Guadalupe Sánchez, donde le dan la oportunidad de que escoja un terreno para templo y la casa del capellán, eso debe de ser previo, completamente antes de que se diera la autorización de la parroquia, recordemos que estos terrenos pertenecían a la compañía Unión en Cuale esta era una compañía minera que estaba trabajando las minas de Cuale, y que obtuvo la titulación de terrenos primero por parte de Benito Juárez, y después de Ignacio Comonfort, y llegó a juntar más de 56 mil hectáreas, si estuviéramos en Europa, como para hace dos países de allá, los dueños de la Unión en Cuale eran los hermanos Camarena, y un personaje ahí, Don Tirso Madrigal, fue el que actuó por instrucciones de los hermanos Camarena, en donde le mandan una carta, un mensaje escrito a Don Guadalupe, y estamos hablando del 22 de septiembre de 1882, en que le dicen, se está donando terreno para la iglesia y la casa del capellán, entonces, ese digamos que es el antecedente del terreno, que era muy bueno…

¿Cuánto medía el terreno?

Les dieron manga amplia, pero en realidad agarraron lo que consideraron conveniente, y como a los seis meses es cuando se oficia la primera misa, el 28 de marzo de 1883, eso lo consigna en su cuaderno de notas, que yo tuve en mis manos, Don Guadalupe Sánchez, este fue un documento que me hizo el favor de cuando yo le expliqué en lo que andaba, el en paz descanse, el señor Rodolfo Santana, que estaba casado con una nieta o bisnieta de Don Guadalupe, él me dijo, yo sé que usted es una persona seria y confiable, aquí están los documentos, me los prestó, obviamente se los regresé ordenados en un pequeño archivo…

¿Cuándo se presenta el libro?

El cinco de noviembre en la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe a las ocho de la noche, tengo entendido que viene el señor obispo.

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