LA MIRADA INCÓMODA

“El capitalismo está en crisis debido a las políticas neoliberales que han eliminado todos los controles. Este capitalismo es antisocial y egoísta”: Mario Bunge.

Por Alfredo César Dachary – cesaralfredo552@gmail.com

El capitalismo en el siglo XX tuvo un eje ideológico derivado del ejercicio de la hegemonía heredada del imperio inglés, que sucumbió en la primera guerra mundial y casi desaparece en la segunda, y para ello tuvo que vivir etapas altamente opuestas derivadas de la dinámica del capitalismo mundial.

El auge de Estados Unidos y el desarrollo de los dorados años veinte, se vio interrumpido por la mayor crisis del sistema a nivel mundial que eclosionó en el corazón de Estados Unidos, dos años de caída libre colocaron a la mitad de la población en la pobreza en diferentes grados y sólo la reformulación de un pacto social obra del mejor presidente que tuvo el país del norte en el Siglo XX, Franklin Delano Roosevelt y el New Deal, el nuevo trato, que le permitió reencauzar la sociedad en tiempo record como para enfrentar una Segunda Guerra Mundial.

La base económica se reformuló a partir de una nueva tratativa del orden social que impulsó a la economía hacia adelante, pese a las críticas de los más conservadores, que lo consideraban un modelo socialista. Las nuevas leyes laborales les permitían formar sindicatos, lograr convenios salariales y laborales, 40 horas de trabajo semanales, además de leyes de protección social para proteger a los ancianos, los niños y demás grupos desprotegidos.

Esta “revolución social” ha sido la más efectiva experiencia del siglo XX, que a mediados de los ´40, la postguerra consolidó la hegemonía norteamericana y permitió dar el gran salto a la sociedad hacia el consumo masivo en el American Way of Life, experiencia que dura dos décadas hasta la gran crisis de los 70´, donde Estados Unidos comienza su decadencia desde el elemento más fuerte de control, el dólar que en 1973, se le retira el respaldo oro haciéndolo una moneda fiduciaria, con más respaldo militar que económico, situación que va empeorando en este medio siglo.

Allí emerge el nuevo modelo o “contra modelo”, el mal llamado neoliberalismo, orientado a borrar todas las ventajas sociales que se lograron desde la crisis del 29 en adelante, comenzando por la drástica reducción del Estado, único sostén de los grupos con mayores carencias.

El teórico que impulsó esta nueva concepción del sistema capitalista global  fue el economista austríaco Friedrich Hayek, que gracias al desarrollo de su teoría obtuvo el Premio Nobel de Economía en 1974, cuando ésta ya está siendo operada en medio de un genocidio por el tristemente célebre general Pinochet desde su centro de adoctrinamiento y expansión de los “Chicago boys”, que invadirán América junto a los golpes militares y sus grandes masacres: Argentina, Brasil, Uruguay, Bolivia, Perú, Ecuador y Centroamérica.

Hayek, además de su gran capacidad intelectual, la tuvo de organización, ya que creó un grupo de presión poco publicitado, que ha servido de apoyo y respaldo a este modelo que ya se ha implementado en muchos países, incluido Europa donde remplazó a gran parte del Estado del bienestar por uno nuevo el del “malestar”, aumentando los niveles de pobreza.  

La Sociedad del Monte Peregrino lo tuvo como Presidente de esta organización desde su fundación en el año 1947 hasta 1964. Esta sociedad ha sido el centro gravitatorio de toda la gran transformación neoliberal del mundo desde los años cuarenta del siglo XX hasta nuestros días.

La Sociedad del Monte Peregrino se constituyó en el año 1947 en la localidad Mont Pélerin, en Suiza, con 38 invitados, y su antecedente más importante fue el Coloquio Walter Lippman realizado en París en 1939.

El eje de este Coloquio fue la crisis del pensamiento liberal ante el avance de las ideas socialistas y los resultados económicos de la planificación económica. En efecto, los liberales se sentían desarmados ante la capacidad analítica y teórica que provenía desde el discurso del socialismo y la forma por la cual este discurso y su promesa utópica prendían en las organizaciones de trabajadores en prácticamente todo el mundo y conquistaba cada vez más a los intelectuales, filósofos, periodistas y académicos, lo que se acelera con la Revolución Cubana en 1959.

La guerra fría y la competencia de dos modelos que se definían como opuestos llevó a las élites políticas norteamericanas a negociar un nuevo tipo de Estado, aquel que logre implementar el bienestar de sus trabajadores.

Esta situación llevó, en la post segunda guerra mundial, a que Estados Unidos y también Europa busquen la construcción de algo inédito en la historia del capitalismo: el Welfare que lo inicia el Presidente Roosevelt en Norteamérica y el Primer Ministro británico Wilson Churchill, para lograr generar un Estado de forma liberal, pero con contenidos sociales y con elementos de planificación económica.

En 1936, cuando el economista inglés John Maynard Keynes publica su clásico libro “Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero”, texto que desarma teóricamente a los liberales y a toda su doctrina económica porque demuestra la imposibilidad de construir un Estado de Bienestar que participe activamente en la economía creando las condiciones para el pleno empleo, desde la episteme liberal y su noción de mercados autorregulados y en equilibrio.

Así es como el pensamiento económico del mundo capitalista, empezó a girar sus referencias epistemológicas hacia el keynesianismo, con la excepción del reducido y casi desconocido Departamento de Economía de la Universidad de Chicago, luego transformada en el centro del neoliberalismo a nivel mundial.

En Latinoamérica también se produjo una reflexión teórica interesante que imbricaba en una lectura coherente y de profundidad analítica tanto al keynesianismo como al marxismo, para comprender la situación concreta de los países latinoamericanos; esta escuela del pensamiento económico y social se llamará Estructuralismo Latinoamericano y dará origen a la Teoría de la Dependencia, que se sintetizó en un texto clásico de Fernando Enrique Cardozo y Enzo Faletto, “Dependencia y Desarrollo en América Latina” y el texto de Osvaldo Sunkel sobre el desarrollo trabajado desde la CEPAL.

NEOLIBERALISMO Y LA TOMA DEL PODER EN EL CAPITALISMO

Esta nueva situación de la postguerra mundial plantea un mayor activismo de la sociedad del Coloquio del Monte Peregrino, donde los liberales asumen que lo suyo es un liberalismo remozado, renovado, diferente; en definitiva, un neo-liberalismo. Este nuevo liberalismo o neoliberalismo necesitaba, asimismo, de una nueva concepción del Estado. Si el keynesianismo había hecho del Estado el punto central de sus políticas de bienestar y pleno empleo, y si los socialistas utilizaban el poder del Estado para la planificación centralizada, entonces los nuevos liberales o neoliberales, necesitaban responder a la cuestión central del rol del Estado en una sociedad liberal con énfasis social.

El Estado, para los neoliberales del Monte Peregrino, no puede ser un Estado de Bienestar, ni un Estado socialista, ni siquiera un Estado de industrialización, el Estado debe atenerse a respetar las reglas de juego de un mercado libre. El Estado que los neoliberales proponen es el correlato exacto y necesario a la economía social de mercado, esto es, el Estado social de derecho.

Estado social de derecho y economía social de mercado son las improntas de ese nuevo liberalismo que pretende cambiar al mundo destruyendo cualquier posibilidad de un Estado de Bienestar o de un Estado de planificación centralizada.

De Donald Reagan a Margaret Thatcher, el neoliberalismo se impuso por la fuerza, en Inglaterra destruyendo a los sindicatos como el del carbón; en Estados Unidos, van pereciendo con la caída de las grandes fábricas que se trasladan a otros países.

Si la batalla de las ideas finalmente fue ganada por los neoliberales del Monte Peregrino, y el mundo entero articula su prosa y su lógica, entonces ¿cuál es ahora la razón de su proyecto?

Si los marxistas, según los «peregrinos», no constituyen ningún peligro real al sistema y los pocos keynesianos que quedan en el mejor de los casos solamente hacen historia del pensamiento económico, entonces, ¿puede decirse que la Sociedad del Monte Peregrino cumplió con su misión histórica y que debería pensar en su disolución?

El hecho de que, en su momento de creación en 1947, haya tenido 38 miembros activos y que para el año 2013 sean más de mil adherentes orgánicos significa que los «peregrinos» piensan en cualquier cosa menos en su disolución, en consecuencia: ¿Cuál es ahora el peligro más importante que han identificado los «peregrinos» y que hace que sean más activos que antes? 

Para comprender esa distopía del neoliberalismo del Monte Peregrino quizá sea necesario un ejercicio de hermenéutica política que integre en una sola interpretación hechos aparentemente aislados pero que configurarían, al parecer, los lineamientos de lo que sería la hoja de ruta de los «peregrinos» hacia el futuro.

Propongo, en ese sentido, integrar tres acontecimientos importantes generados desde la dinámica de los «peregrinos», aunque aparentemente aislados y desconectados entre sí, pero que pueden servir para comprender la dimensión de su propuesta distópica.

Los neoliberales del Monte Peregrino, puede asumirse que éste tendría, al menos, tres vectores básicos: un vector político que plantea, de forma paradójica pero real, el vaciamiento de la política; un vector biopolítico inscrito en sus prescripciones normativas sobre el «capital humano» y la neuroeconomía, y una pretensión civilizatoria en la cual las corporaciones y el capital financiero son el centro de gravedad del tejido institucional de las sociedades y la construcción de la pax mercatoria como proyecto político imperial del capital financiero-especulativo.

De allí que la pregunta final es a dónde apunta este “nuevo neoliberalismo”, a ser el referente teórico de la nueva sociedad digital deshumanizada, donde el hombre no tiene cabida más que como consumidor alienado y manipulado por encima del Estado por las grandes corporaciones tecnológicas que se alimentan de los datos humanos para construir un mundo hueco de valores y lleno de atractivos para el ocio y la irreflexión.

This div height required for enabling the sticky sidebar