José Reyes Burgos

Puerto Vallarta


Durante la floreciente década de los años 60, Puerto Vallarta iba siendo perfilado como destino turístico ya no sólo para mexicanos, sino también en el extranjero, y eso lo hacía crecer.

Se construyó lo primero del aeropuerto actual, se culminó la primera marina y también había muchos nuevos hoteles, además de una terminal marítima a donde empezaban a llegar cruceros.

Y entonces, con miras al crecimiento dle siguiente siglo, muchos empresarios plantearon que mejor antes que tarde, sería buena buena idea construir una fase II de la marina, en lo que quedaba de los manglares que habían sido talados para dar paso a la primera y al aeropuerto.

Esa área, era desde luego, el estero El Salado. La idea entusiasmaba a empresarios, no así igual a ciudadanos locales, que ya había presenciado la mutilación de la flora en aras del progreso.

Entonces, una joven I trépifa que pertenecia a  una de las familias más tradicionales de esta región, Esthela Camacho Fregoso, y su amiga Rosa Limón, elaboraron y firmaron una petición, respaldada por una gran cantidad de ciudadanos, para que la zona del estero que quedaba frente a la terminal marítima y la Marina, fuera declarada Área Natural Protegida, pues en ese entonces nada evitaba que llegaran a cortar más manglar y construyeran algún edificio, sobre todo cuando la avenida principal había quedado consolidada.

Muchas charlas y mítines, así como gestiones y pronunciamientos, tuvo que encabezar Esthela Camacho para que esta petición, vista con ojos hostiles por empresarios hambrientos de proyectos que dejasen grandes dividendos, llegara al entonces gobernador Salvador Cosio, quien finalmente la extendió, tras la presión de la ciudadanía, al presidente de México en ese entonces, Luis Echeverría.

Pero otros 24 años pasarían hasta que en el año 2000, tras muchas gestiones y planeaciones, se oficializara el Área Natural Protegida del estero El Salado con un Fideicomiso, que cuidaría 168 hectáreas de mangle y selva que albergan a más de 800 especies de animales. Esthela Camacho sentó los precedentes de la mayor área de conservación para Puerto Vallarta, hoy pulmón de la ciudad y rodeada por la mancha urbana, pero con una función muy vital. Ella falleció en julio del 2019, de avanzada edad.

Ahora, un nuevo proyecto se propone para realizar en El Salado: un parque natural para ser visitado masivamente, con centro de convenciones, estacionamiento, canchas de futbol, banquetas, juegos infantiles y hasta jardín botánico.

Sin embargo, mucha oposición encontró esta propuesta, hecha por el Gobierno de Jalisco, entre la ciudadanía vallartense, que ha expresado su deseo por dejar intacta esta zona de manglar donde habitan los cocodrilos.

Es por eso que, respondiendo a dichos comentarios, una consulta será organizada a partir de este lunes, para que los ciudadanos voten acerca del proyecto. Aunque no está claro si en la boleta se podrá expresar si se desea que no se construya el “Parque biocultural Vallarta” en el Estero o no, si dijo el gobernador, Enrique Alfaro, que los vallartense podrán “decir que le quitan o que le ponen” a la obra.FB IMG 1581824430867 300x194 - El Salado iba a ser Marina II; ahora, un parque urbano

 

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