Ella salva a las ballenas de Puerto Vallarta sin pedir nada a cambio

José Reyes Burgos  Puerto Vallarta
La organización Ecología y Conservación de Ballenas A. C. (ECOBAC), dio a conocer recientemente que una ballena adulta y su hijita regresaron a las aguas de Riviera Nayarit y Puerto Vallarta, al ser avisadas hace un mes en la bahía, nadando, plenas y sanas, apenas semanas después de que la madre fue liberada de entre más de 100 metros de red de pesca ilegal. La operación tomó lugar durante la tarde de Noche Buena pasada, y finalizó el 27 de diciembre. La enorme ballena estaba enredada y lastimada, en aguas de San Blas, entonces, se movió arrastrando la red hasta la bahia de Banderas, donde fue despojada de este artefacto por voluntarios rescatistas. Ambos, los equipos de San Blas y Vallarta, pertenecen a la Red Nacional de Asistencia de Ballenas Enmalladas (RABEN). Todos se alegraron al ver que la misma ballena y su hijita, un mes después, han regresado a la costa mexicana sin daños y totalmente sanas. Pero estas operaciones no suceden porque sí; no es casualidad, sino un enorme esfuerzo coordinando, el que propicia que las ballenas en apuros sean rápidamente localizadas y ayudadas. RABEN se integra de voluntarios quienes, con sus propios recursos y donaciones, acuden al rescate de estos mamíferos para que puedan seguir su ruta migratoria sin dificultades. En Puerto Vallarta, una de sus miembros fundadores, la bióloga Astrid Frisch Jordan, ha destacado junto a su equipo por su ininterrumpida labor vigilando la fauna marina y rescatando a las ballenas en peligro. Ella sostiene un pequeño negocio de tours para avistamiento, en la calle Proa de la Marina, llamado ECOBAC. Y no es para menos, pues de algún lugar tienen que surgir recursos para los rescates. De acuerdo a su propio cálculo, cada rescate de ballena cuesta no menos de 10 mil pesos, por lo que no se trata de una tarea fácil. Afortunadamente, personas como Astrid, dan suficientes motivos para visibilizar el problema de las redes ilegales de pesca y el abuso en los avistamientos, como para que las autoridades tomen acciones y estén más al pendiente de estos maravillosos cetáceos, una fauna que le da gran realce al atractivo de Puerto Vallarta y Riviera Nayarit. No sólo ayudan a ballenas, sino a delfines o tortugas marinas que lo requieran. Y de hecho, su trabajo altruista no se ha limitado a desenmallar, sino también ha logrado monitorear en tiempo real la ubicación y movimiento de muchos ejemplares, en afán de medir la salud de la población y sus comportanientos. Además, también se organizan talleres y foros para hacer cultura general sobre el tema. Es posible apoyarlos compartiendo sus logros, visibilizando el tema, e incluso comprándoles tours y donando material de expedición. En cada rescate, Astrid y el enorme equipo en RABEN generan mayor consciencia en la población sobre la importancia de cuidar la noblesa del entorno marino. Después de todo, no se trata únicamente de un atractivo turístico, el de las ballenas, sino de un deber elemental de respetar el mundo que compartimos los seres humanos con otras especies vivas.