Estados Unidos: la crisis interior 

LA MIRADA INCÓMODA

“En los momentos de crisis solo la imaginación es más importante que el conocimiento”: John M. Keynes.

Por Alfredo César Dachary - cesaralfredo552@gmail.com

La guerra de Rusia - Ucrania y ahora la provocación a China por Estados Unidos son parte del entramado de un país que está perdiendo la hegemonía, ya no solo económica, sino también militar.

Para el 1 de febrero del 2022, la deuda pública de Estados Unidos ha superado los 30 billones de dólares, incrementado por el gasto provocado por la pandemia y la crisis de la sociedad en empleos e ingresos, según ha informado el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

El 7 de octubre 2021, Estados Unidos evitó temporalmente una catastrófica cesación de pagos, cuando demócratas y republicanos en el Congreso llegaron a un acuerdo para elevar el tope de la deuda hasta diciembre.

Con esta propuesta, el Congreso le ofreció una salida temporal para los dos campos, cada uno enquistado en posiciones diametralmente opuestas, y alentados por la esperanza de un acuerdo. Wall Street abrió en alza, evitando una grave situación que profundizaría la caída de la credibilidad del imperio en decadencia.

No es el caso de Estados Unidos, donde las autoridades están a la espera de otros datos para confirmar si la economía ha entrado realmente en un terreno recesivo, un escenario definido por muchos expertos estadounidenses como "un descenso significativo de la actividad económica que se extiende por toda la economía y dura más de unos pocos meses".

El dato clave dado a conocer en este 2022 es que el Producto Interno Bruto (PIB) anualizado del país disminuyó 0.9% en el segundo trimestre, sumándose a la caída de 1.6% del primer trimestre.

Así, con estos números en rojo, se borran de un plumazo las expectativas de que el país resistiría la caída a pesar de la actual desaceleración económica.

La inversión empresarial, el mercado inmobiliario y la construcción cayeron, el gasto de los consumidores se desaceleró y los ingresos bajaron (ajustados por la inflación), según los datos publicados por el Departamento de Comercio estadounidense.

Estas señales aparecen en medio de una inflación récord (9.1%, el mayor incremento en 40 años), un rápido aumento de las tasas de interés y la caída del crecimiento económico, un cóctel que sigue alentando la preocupación.

"La última vez que vimos una inflación tan alta, en la década de 1980, tuvimos una recesión bastante profunda", le dijo a la BBC Laura Veldkamp, profesora de Finanzas de la Escuela de Negocios de la Universidad de Columbia.

El país ha aprendido de esa experiencia, agregó, lo que aumenta las esperanzas de que ocurra una recesión más leve.

Pero uno de los grandes temores entre los economistas es que los movimientos agresivos de la Reserva Federal (que ha estado subiendo las tasas de interés con el objetivo de reducir la inflación) afecten el crecimiento y provoquen el escenario recesivo.

Tanto los mercados como los políticos y los economistas han estado siguiendo de cerca la evolución del mercado de trabajo, un elemento clave para dar luces sobre la potencial llegada de la temida ola recesiva. Hasta ahora el nivel de desempleo se mantiene en un 3.6% y entonces la pregunta es ¿dónde está el peligro?

Jeffrey Frankel de Harvard sostuvo que "las probabilidades de que se produzca una recesión son sustancialmente más altas que para cualquier otro año".

Las presiones más fuertes vienen desde el frente externo, argumentó a la BBC. La desaceleración en China y en Europa, que se han visto más afectadas por el incremento de los precios de la energía por la guerra en Ucrania, aumenta los riesgos.

Hay sin embargo posturas más cautas como Cailin Birch, economista del Centro de Estudios Economist Intelligence Unit, que sostenía que por el momento no esperamos que el PIB de Estados Unidos se desacelere hasta el punto de que corra el riesgo de crear una reacción en cadena. Los riesgos de recesión son altos para varios países, particularmente en Europa. Pero estos riesgos "se deben principalmente a las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania y, en menor medida, a las interrupciones en el comercio y la fabricación creadas por los bloqueos por Covid en China".

Un crecimiento mucho más lento se traduciría en una menor demanda de importaciones y una menor inversión externa, pero "es probable que esto represente un lastre para el crecimiento, en lugar de un grave riesgo de recesión en la mayoría de los casos".

Otro canal de contagio o "factor de transmisión" hacia el exterior es el debilitamiento de los flujos de dinero que salen desde Estados Unidos, especialmente con destino a países de origen de los inmigrantes, en el caso de México, está entre 40 a 45 mil millones de dólares. Al mismo tiempo, una desaceleración aumenta el envío de capitales desde el exterior hacia Estados Unidos, porque los inversores buscan protegerse de las tempestades, por ello Latinoamérica está bastante expuesta a la fuga de capitales hacia la primera economía del mundo.

Por otro lado, si Estados Unidos sigue desacelerando, eso afectará las exportaciones que los países de América Latina envían hacia ese mercado, mermando una importante fuente de ingresos.

Más allá de la difícil situación de Estados Unidos con su deuda externa, en la cual está en juego el valor de su moneda, que no para de reproducirse sin respaldo real más que el poder militar, está la seria crisis del Estado más importante de ese país, que es California.

La difícil situación económica de varios Estados, como Illinois, Connecticut y Nueva Jersey, es cada vez más evidente, sin embargo, hay muchos otros candidatos a esta posición, como es el caso de California, la cual tiene un gran volumen de obligaciones por pensiones sin financiación.

Una obligación sin financiación es la diferencia entre la cantidad estimada de las obligaciones del plan de pensiones y el valor actual de sus activos, del Estado que, si fuera un país, sería la quinta economía del mundo.

De acuerdo con el Instituto de Políticas Públicas de California, los dos programas públicos de jubilación más grandes del Estado, el Sistema de Jubilación de los Empleados Públicos de California (CalPERS, por sus siglas en inglés) y el Sistema de Jubilación de los Maestros del Estado de California (CalSTRS, por sus siglas en inglés), cubren el 65% de los cuatro millones de empleados estatales, de los condados y locales que califican para beneficios de pensión pública. Estos dos programas reportaron 62,000 millones de dólares y 74,000 millones en obligaciones sin financiación, respectivamente, y esta cifra no ha hecho sino aumentar, durante la segunda década del siglo XXI. 

El Centro Mercatus de la Universidad George Mason recientemente llevó a cabo un estudio y elaboró un ranking de la situación fiscal de los Estados de Estados Unidos. Los expertos se valieron de diferentes indicadores como la capacidad de pago bancaria - que indica si el Estado tiene una suficiente cantidad de dinero para cubrir sus pasivos a corto plazo -, así como la capacidad de pago presupuestaria - que indica si el Estado es capaz de cubrir sus gastos a largo plazo.

Además, la capacidad de pago al nivel de servicios - que indica la medida a la que la 'debilidad fiscal' hará que el Estado aumente los gastos en caso de que los ciudadanos exijan más servicios - y la capacidad de pago de los fondos fiduciarios - que indica la cantidad de las obligaciones por pensiones y medicina sin financiación - también fueron analizados.

Así, los especialistas crearon un mapa de distribución de las amenazas de quiebra. Con base en estos resultados, el medio ruso Vesti Finance afirma que la mayoría de los Estados con una difícil situación financiera son los mismos que votaron por los demócratas. Asimismo, agrega que los Estados que "votaron por los republicanos en general tienen una mejor situación".

La falta de capacidad de pago a corto plazo de los Estados 'azules' (Demócratas) se explica por su rechazo a introducir impuestos agresivos a su población.

En cuanto a los problemas con las obligaciones por pensiones sin financiación, los estados 'rojos' (Republicanos) y 'azules' tienen una situación parecida, a pesar de que la deuda de California de 900,000 millones de dólares es tres veces mayor que la de Illinois.

Por el momento, la cifra más alarmante es el monto total de las obligaciones por pensiones sin financiación, que llega a los cinco billones de dólares, y no incluye las obligaciones federales y estatales.

Este doble frente de la crisis económica está como paisaje de este momento donde la provocación se ha transformado en moneda de cambio, un juego complejo de Estados nuclearmente armados que podrían terminar en un verdadero Apocalipsis.