Agencias/BBC News Mundo/Tijuana

“Para ahorrar, carga antes de cruzar”. El mensaje, acompañado del símbolo del dólar, el dibujo de una manguera surtidora y la bandera estadounidense es ubicuo en las gasolineras de Tijuana, en el norte de México.

Pero hay otros: “¡Aquí es! Más barato que en USA. Servicio y calidad”, dicen.

Apelan a los mexicanos que cada día acuden al otro lado de la frontera, a la ciudad californiana de San Diego o alrededores, a trabajar.

Y, cada vez más, a los estadounidenses que hacen el viaje al sur exclusivamente por el precio de la gasolina.

“Yo cruzo precisamente a llenar el tanque de combustible”, le dice a BBC Mundo Jason Wells, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de San Ysidro, California.

Vive en el sur de San Diego, a apenas unos kilómetros de la línea que divide México de Estados Unidos.

“El depósito lleno en Tijuana me cuesta unos US$40, mientras que en San Diego pago más de US$120”.

PRECIOS RÉCORD EN CALIFORNIA

Hace meses que en EE.UU. el precio de la gasolina, como en muchas partes del mundo, no deja de subir.

De enero de 2021 al de este año aumentó en un 40%, según datos del Departamento de Trabajo estadounidense.

Pero el inicio de la invasión de Rusia —el tercer mayor productor mundial de crudo— a Ucrania hace algo más de un mes hizo que el precio se disparara. Y desde entonces rompe récords.

El costo promedio nacional de un galón (3,78 litros) alcanzó este mes los US$4,33, el máximo en 14 años, de acuerdo a datos de la Asociación Estadounidense del Automóvil (AAA, por sus siglas en inglés).

La cifra palidece al compararla con el precio en California, que, por una combinación de impuestos elevados y leyes ambientales, es el más alto del país.

Este miércoles se pagaba de media en las gasolineras del estado US$5,91 por galón, frente al precio promedio nacional de US$4,24.

EN MÉXICO, LA HISTORIA ES DIFERENTE

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador se ha comprometido a mantener los precios bajo control concediendo subvenciones al sector.

Desde marzo, ha renunciado a cobrar el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS) —el gravamen que se paga por la producción y venta o importación de gasolinas— y la Secretaría de Hacienda autorizó un estímulo fiscal adicional.

“El Estado no debe descuidar su responsabilidad social, y está aquí para proteger a la gente”, dijo el presidente en una conferencia de prensa a mediados de mes. “No se trata de dejar todo en manos del mercado”.

Al tiempo, recomendó a su homólogo estadounidense, Joe Biden, establecer un precio máximo al combustible.

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