Por Eugenio Ortiz Carreño/Bahía de Banderas

Los pueblos costeros y de la sierra cuentan con grandes atractivos, que los turistas que llegan a Puerto Vallarta y Riviera Nayarit se regresan sin conocerlos, porque en los hoteles se les confina los cuatro o cinco días de sus vacaciones y se regresan a sus lugares de origen sin haber conocido nada de las comunidades rurales de Bahía de Banderas.

Así lo consideró el académico de la Universidad Autónoma de Nayarit, originario de San Juan de Abajo, maestro Pedro Luna Jiménez, quien lamentó que en la zona desde hace muchos años se ha priorizado una práctica turística muy orientada hacia el confinamiento de forma que el visitante tiene todo resuelto en el hotel, en un gran confort, donde tienen desde comida, bebida, diversiones, etcétera.

Por eso apuntó, “yo muchas veces he sugerido la importancia que tiene que el visitante se quite las pulseritas de colores que les ponen y que se involucran con las poblaciones vecinas, locales que tienen toda una oferta de atractivos, que tienen que ver con una cultura, con tradiciones que vienen de siglos”.

“Yo digo en Valle de Banderas cuando son las fiestas de nuestra señora del Rosario, con sus peregrinaciones, con las organizaciones de los barrios, con la música, con la pólvora en la noche; esto mismo se puede decir de San Juan de Abajo, con todas esas fiestas y todas esas fondas que tiene de cenadurías, donde se puede saborear la gastronomía popular, y que permite disfrutar la gastronomía de los pueblos de la montaña, como Mascota, San Sebastián del Oeste, Talpa, Ameca”.

“Yo sí creo que es muy necesario alentar la posibilidad de que los visitantes se involucren más y recorran calmadamente, vivencialmente y se involucren más con estas poblaciones locales, que tienen mucho que ofrecer como sus fiestas patronales, sus fiestas ejidales, en el Colomo por ejemplo hay una preocupación por hacer la feria del maíz, pero también que la gente llegue al Colomo y de ahí se vaya al río donde está el origen del canal, la presa derivadora, que es una delicia conocer”.

Es bello conocer un río que no está contaminado gracias a Dios, observándolo, con un anzuelo, en fin, y todo eso permite que el visitante cuando regrese a sus lugares de origen pueda decir que conoció una parte de México, que conoció una parte del occidente mexicano, porque de lo contrario, nadie puede decir que conoció un destino si solo llegan y están cuatro o cinco días  en confinamiento en el hotel.

PREOCUPACIÓN CONSTANTE

Esa es una preocupación que siempre he tenido, como hacer. para que desde Valle de Banderas o desde la Bahía de Banderas jalar turismo hacia Compostela, hacia, Jala, donde está el volcán del Ceboruco, que es uno de los 13 volcanes que existen en México que está en actividad: todo eso, pienso que lo que tienen ahí más cerca esta partecita como Bucerías, donde ya tienen una cultura antigua en la plaza, en San José, o San Juan de Abajo que tiene un sabor muy mexicano, donde el visitante puede sentarse por ahí en las bancas de la plaza o en el camellón de la calle principal y ver cómo pasa la gente a caballo.

Todo eso tiene un sabor provinciano que incluso puede ser una estrategia mercadotécnica para los turisteros y promover para que la actividad del turismo no excluya a los pueblos y se creen destinos para ampliar la derrama económica.

La realidad es que al margen de los grandes centros turísticos hay poblaciones que están viviendo muchas dificultades económicas, con gran diferenciación social, entonces ese turismo que llegue por ahí buscando la gastronomía o las fiestas y las tradiciones, ese turismo que llega viendo una puesta de sol a la orilla de un río, ese turismo que llega buscando los pueblos que hay en la sierra de Vallejo, como Fortuna de Vallejo, donde los campesinos son quienes pueden llevarlos a conocer una cascada, o a conocer un manantial, campesinos que lleven a conocer los petrograbados. Eso además le da mayor variedad al producto turístico y se convierte en un “plus” de la oferta  que tienen, en un todo incluido; se puede anunciar la fiesta mexicana y se dan espectáculos maravillosos, con temas, internacionales, con música argentina, bebidas y todo un montaje, pero que también un elemento de esta forma de hacer turismo fuera el hacer que la gente viviera la experiencia de involucrarse con las culturas del entorno. Eso enriquece la oferta, recalcó Pedro Luna Jiménez.

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