Por Eugenio Ortiz Carreño/Bahía de Banderas

El hotelero Francisco Landín, propietario de dos hoteles chicos, uno en Bucerías y otro en Puerto Vallarta, observa que el problema de la falta de personal capacitado se viene padeciendo en el destino Vallarta-Nayarit desde antes de la pandemia del coronavirus, cuando se registraba un déficit de más de dos mil puestos de trabajo.

El problema es que cada vez se incorporan más muchachos a la industria, pero que carecen de capacitación, desconocen la historia, no conocen bien los menús de los restaurantes, algo que en el pasado los meseros e incluso los estudiantes de hotelería se los aprendían de memoria.

La falta de personal se concatena con una muy buena temporada, como no la habíamos tenido desde hace muchos años en Puerto Vallarta y en la Riviera Nayarit. En particular esta temporada “ha sido muy buena por eso falta tanto personal” aunque ya “habíamos tenido problemas”.

La razón es que ante la inseguridad que priva en varios estados del país como en Tamaulipas, Michoacán, Guerrero, Veracruz y Estado de México, la zona occidente resulta privilegiada con una tranquilidad excepcional y por eso se disfruta de una de las mejores temporadas, porque “hace años no había tanta preferencia por Vallarta y ahora nos agarró un poco desprevenidos”.

CRECIMIENTO TURÍSTICO

Todo esto se refleja en un importante crecimiento que marcan nuevas prioridades para los diferentes niveles de gobierno, una es la movilidad, la otra es la basura, así como el abastecimiento de agua y saneamiento.

Como propietario de un pequeño hotel en la zona de Emiliano Zapata de Puerto Vallarta, Francisco Landín conoce el tema del saneamiento y recuerda que el ingeniero Rodolfo González Macías (alcalde de Vallarta en 1991-94) proyectó el colector y la planta de tratamiento hace 25 años, pero ya se saturó.

DESTINO PRIVILEGIADO

Retomó el tema de la falta de personal y añadió que “tenemos un destino muy privilegiado, además la gente es noble, es muy amable, atiende bien al turista, en el mercado, en los negocios de los pueblos, pero falta capacitación, porque no hablan inglés, o andan mal vestidos”.

Lamentablemente las nuevas generaciones, ni hablan bien inglés ni conocen la historia de Puerto Vallarta y además se han incorporado a la industria mucha gente venida de otros lugares.

Mencionó que con la pandemia esta falta de mano de obra se agudizó, porque al comenzar los contagios por Covid-19 se hicieron recortes masivos de personal y la hotelería contrató eventuales cuando pasó lo más fuerte, y durante la pandemia se llegó a trabajar con bajos porcentajes de personal, tanto en restaurantes y bares, como hoteles, ahí están las arrendadoras que no tienen carros para renta.

Al referirse a la dinámica laboral, hace 25 o 30 años, la gente de Sayulita, San José y San Juan iban a trabajar a Puerto Vallarta, pero ahora la gente de Puerto Vallarta viene a trabajar a este lado, porque la hotelería como St. Regis o Four Seasons pagan muy bien y como resultado el tráfico es intenso a por las mañanas y por las tardes, por la circulación de los autobuses de personal de la hotelería.

EDUCACIÓN Y CAPACITACIÓN

Para mejorar la planta laboral de ambas partes de la Bahía de Banderas se requiere que los empresarios trabajen con más intensidad el tema de la capacitación, aunque también se requiere mejor educación.

Reflexionó que hace 30 años, Puerto Vallarta ya contaba con instituciones como el Cecatur y el Conalep, y el CBTis que capacitaban a personal de la industria con muy buen nivel. Hoy solo se ha incorporado la UTBB, pero forma licenciado e ingenieros.

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