Gestionan acciones para evitar el atropellamiento de mantas en la bahía

Por Eugenio Ortiz Carreño/Bahía de Banderas

Biólogos marinos que integran el Proyecto Manta Pacífico México, hacen esfuerzos y dialogan con pescadores y capitanes de embarcaciones, para evitar la muerte de mantas oceánicas en la Bahía de Banderas o que estas sean atrapadas en redes de pesca, donde muchas especies en peligro de extinción mueren de forma irremediable.

Aldo Zavala Jiménez, biólogo egresado del Tecnológico Nacional de México e integrante del Proyecto Manta Pacífico México, informó lo anterior luego de diez días de trabajar en campo en la zona de Yelapa donde se hizo un trabajo intenso para instalar una ecosonda para detectar los parches de zooplancton (de lo que se alimentan las mantas), poniendo marcaje satelital en individuos de mantas para entender un poco más sus movimientos verticales y horizontales durante el día.

Entrevistado al respecto el joven biólogo e investigador refirió que el equipo en el que se ha integrado estuvo dos semanas poniendo marcas de señuelo a algunas mantas, GPS a algunas embarcaciones. con la finalidad de evitar que continúen los atropellamientos.

El trabajo se llevó a cabo en las aguas de Yelapa, donde se trabajó con mantas gigantes y las embarcaciones con el objetivo de ver en qué áreas las mantarrayas y las embarcaciones coinciden en su locación, porque se ha estado tratando de ver una forma de poder solucionar porque hay muchas mantas gigantes que son heridas de golpes por embarcaciones, y con heridas de redes de pesca de los que les dicen chinchorros.

Reconoció el investigador que el uso de artes de pesca inadecuadas también afecta a la especie y a otras especies en la Bahía de Banderas y añadió que el objetivo no es erradicar la pesca, sino encontrar maneras de que se pueda hacer de forma más eficiente, de manera que no dañe a las mantas.

“Entendemos que los pescadores de eso viven, esa es su tradición, y la respetamos más que nada, pero creo que hay maneras de que puedan llevar a cabo sus actividades pesqueras y al mismo tiempo que las mantas puedan desplazarse libremente sin peligro de que queden enredadas en las redes”.

Además reconoció que esas prácticas de pesca,  implican muchas pérdidas para todos y ese es un punto que hemos estado tocando con los capitanes y los pescadores, ya que por ejemplo para los pescadores si una manta se enreda en su chinchorro, lo destruye o se lo lleva, y ese chinchorro es una pérdida para los pescadores, que tienen que invertir para comprar otro además de que pasan días sin pescar, entonces si les afecta.

De igual manera a los capitanes de embarcaciones, los que tienen sus taxis acuáticos de Boca de Tomatlán, a Yelapa, de repente les llegan a pegar a las mantas y además de que se les causa una herida mortal a las mantas, es una inversión muy grande para los capitanes porque tienen que reparar sus motores, que generalmente se descomponen con esos golpes.

Por eso ya se ha hablado con pescadores y organizaciones, nos juntamos con pescadores de Yelapa y Pescadores de Boca de Tomatlán, y nos propusimos trabajar juntos, la mayoría aceptó. Hay uno que otro que no está convencido, pero si primero que nada nuestra intención fue primero comunicarles a ellos qué queremos hacer y cómo ellos pueden apoyarnos y de la misma manera nosotros apoyarlos a ellos.

Muchos de ellos entienden que es una pérdida para todos y están interesados en ver cómo o de qué manera con los rastreadores GPS en sus embarcaciones se puede hacer un “Mapa de Riesgo”, que marque las temporadas del año y las zonas en la Bahía de Banderas, donde es más probable que las redes de pesca pueden atrapar una mantarraya oceánica sin querer, porque además, reconoció, no toda la pesca se aprovecha y es complicado, porque con esos métodos de pesca selectivos como les llaman, de repente se capturan especies que no tienen importancia comercial y las tienen que descartar y hay algunas veces que como que dicen, que de todo lo que atrapan solo pueden vender la mitad, o un 60 por ciento o incluso lo peor es que pueden vender todo, pero tienen que desbaratarlo, para que pueda ser comercializado.

Expuso que asimismo se trabaja por llevar un registro o una estadística de los atropellamientos que se registran y se busca desarrollar, aunque se debe reconocer que es muy difícil saber si es de pesca, porque la manta es una especie protegida por la normas mexicanas y los pescadores son muy reservados a la hora de mencionar cuantas mantas se quedan atrapadas en sus cargas o redes y los entendemos, de igual manera con las embarcaciones es muy difícil poder estimar de alguna manera, cuantas mantarrayas son golpeadas al mes o al año, pero lo que queremos es ver y trabajar un poco más con las comunidades que confían en nosotros para poder hacer encuestas entre los capitanes y los pescadores de manera anónima y poder calcular qué tantas colisiones y enmalles accidentales están sucediendo.

Lo importante es que el Proyecto Manta tiene muy en cuenta la perspectiva de todos los que estamos utilizando la costa, pescadores, capitanes, científicos, y lo que queremos al final es hacer unas mesas de diálogo o talleres de discusión para que todos podamos dar nuestras opiniones y expresar nuestras preocupaciones, nuestras sugerencias y tratar de desarrollar un ordenamiento espacial marino, que se refiere a que entre todos podamos decidir cómo se usa la costa, en cuanto a tránsito, en cuanto a pesca y con el objetivo de que la mantarraya tenga menos amenazas de origen humano, y al mismo tiempo, que los pescadores sufran menos pérdidas económicas por estos accidentes o acciones negativas que afecta a la manta.