Gran presentación de “Jardín”, nueva obra del poeta Raúl Gibrán

Por Jorge Bátiz Orozco/Puerto Vallarta

En una presentación amena, llena de poesía y literatura, el embajador de la poesía vallartense, Raúl Gibrán presentó su nuevo trabajo, “Jardín”, un híbrido entre poesía y fotografía análoga en el patio de la presidencia municipal de esta ciudad, ante numerosos asistentes.

Estuvieron presentes en dicho acto poético, el escritor Luis Armenta Malpica, director de Mantis Editores, el cronista de la ciudad Juan Manuel Gómez Encarnación, Ada O’Connor y Gabriel Martín, además de la presidenta del DIF María de Jesús López Delgado y el director del  Instituto Vallartense de la Cultura, Ing. Luis Escoto.

Fue el cronista de la ciudad, Juan Manuel Gómez Encarnación el primero en hablar del trabajo más reciente del poeta patasalada, Raúl Gibrán, tocando cinco puntos a los que llamó como tomas, como si fuera a fotografiar con una de esas cámaras analógicas, los puntos a destacar de la poesía de Gibrán.

Un ingenioso relato fue el que obsequió Juan Manuel, haciendo referencias a la mitología griega, a la Odisea de Homero, “en el Jardín de Raúl el protagonista observa o es observado a la vez por su conciencia y ésta, por el lector en una sucesión de imágenes espejo como en las cajas chinas”, dijo el cronista.

En el regreso al paraíso, una idea latente en la especie humana, un constructo mental, que se manifiesta en la conducta, está forjada en el paradigma del regreso al paraíso, estableció Juan Manuel en relación al retorno del hijo pródigo –Gibrán- a su tierra, a su Jardín, cuyo tema constituye la primera de tres partes de la obra.

Luis Armenta Malpica, más mesurado, dijo que Raúl Gibrán es capaz de hacernos ver lo que no está, dice Malpica, “Raúl siembra las palabras, pero no puedes ni cultivarlas ni controlarlas, la experiencia de cada uno es lo que vivimos, al internamos en el Jardín encontraremos lo que no está, que es lo que ve todo lector de poesía, a uno mismo”.

Para finalizar, fue el propio autor quien finalmente apareció en escena con un diálogo ameno, directo y de agradecimiento.

Jardín ya se tradujo a diferentes idiomas como el inglés, el francés, alemán, chino, italiano y rumano y serás presentado este mismo mes en Taiwán.

Jardín, señaló el autor, es un trabajo de cinco años, dividido en tres momentos, “no busco una historia personal, no busco hablar del yo, sino que cada quien se descubra a sí mismo en el Jardín, cada uno con un enfoque diferente, ésta es una obra narrativa”.

Jardín es un recorrido por el estudio y la fotografía, apuntó Gibrán, “se usaron más de 20 cámaras analógicas, lugares históricos que son muy significativos, en donde se van combinando los elementos”.

Se trasforma en tres momentos, y el cuarto sería una cuestión visual, además, dijo Raúl, la obra Jardín tiene una curiosidad tecnológica, ya que se puede bajar un QR para ver los negativos, que se convierten a positivos, y así se aprecia de mejor forma.

“Jardín es un juego de simbolismos que se van reafirmando, lo que busca es que sea una obra degustable para todos”, agregó el embajador de la poesía vallartense.

Para Gibrán está muy en duda esa frase del escritor y filósofo español, José Ortega y Gasset en el sentido de que la poesía es para los artistas, sino por el contrario, “yo pretendo que mi poesía se pasee por los empedrados vallartenses, por las escuelas, que llegue hasta el último rincón y que les pueda agradar a todos”, finalizó el poeta Raúl Gibrán durante una emotiva ceremonia.

“Algunos helechos vuelan, otros se conforman con meditar

Mirar desde altura de adulto

Y desde ahí tan poco se ve el estanque

Aunque sea con ojos de helecho

Se conforman con su celda

Redonda

Casi imperceptible

El helecho se come su prisión

Algunos helechos vuelan

Otros vuelan más alto

Los dedos firmes corren por el tallo

Verdes diminutos

Se doblan

Se abrazan al plástico

Y abren las alas

El estanque se ve con ojos de helecho

También las tejas

De dos aguas

Pero no la gran luciérnaga

Que el cable está próximo

Siempre se vuelve tierra

Los papalotes no se vuelven eternos

Pero vuelan

Cuando menos intermitentes

Quizá el helecho no vuela,

Quizá el abuelo no vuela

Quizá la medusa no vuela

El humo en los pulmones