Por Eugenio Ortiz Carreño/Bahía de Banderas

El pueblo de Sayulita se encuentra “a reventar” de turismo, incluso desde septiembre, el mes de más baja ocupación, los hoteles de esa comunidad estuvieron llenos y desde el día de Acción de Gracias el flujo de visitantes se incrementó considerablemente, informaron prestadores de servicios.

Lo único malo es que también se encuentra inmerso en la ilegalidad, ya que el 80 por ciento de los negocios son ilegales; hay fondas en la calle que invaden banquetas y hasta el arroyo de la circulación vehicular y lo más evidente es que no hay quien aplique la ley o los reglamentos municipales.

Los negocios no tienen ni licencia ni permisos y operan libremente sin que nadie les diga nada, es un abandono total de los gobernantes. La población está abandonada por la autoridad y quien busque a un policía, a un inspector o a un agente de tránsito, pierde su tiempo, porque esos representantes de la autoridad no existen en Sayulita.

Gracias a eso opera en las calles céntricas, y en diversos puntos el famoso juego de la “bolita” mediante el cual se despoja de su dinero a numerosos incautos.

Negocios de venta de alcohol se instalan en pleno centro y hasta la plaza se convirtió en un mercado y es la única plaza pública de un “pueblo mágico” que está invadida por negocios, lo cual contraviene completamente el criterio de los pueblos mágicos y lo peor es que nadie sabe de donde son tantos comerciantes ambulantes y puesteros que llegan y se instalan en donde sea.

ALTAS RENTAS, OTRO PROBLEMA

Como resultado de esta intensa afluencia de visitantes,  la gente llega y renta lo que puede, para restaurantes o para hospedarse, aunque sea ilegal porque nadie da recibo o firma un contrato, nadie da una factura por la renta y cobran carísimo.

Una cochera en el centro para establecer un restaurante, sale hasta en 20 mil pesos, un cuartito que les dicen “estudios” o “lot set”, con una barra de cocina, y una cocina todo junto con techo de asbesto, cobran hasta 7 mil pesos o más.

Este tipo de inmuebles no los renta el turismo de lujo que llega a Sayulita, porque estos se hospedan en residencias de los otros lugares cercanos como San Pancho o en Higuera Blanca y hasta Punta de Mita, donde rentan casas por temporada o por semana, o por 10 días para una boda, y mucho del turismo va y viene a Sayulita, y viene de Four Seasons, o del St Regis, llegan a comer, a pasar el día y se regresan a sus hoteles.

Incluso todos esos hoteles venden su hospedaje con un día en Sayulita, aunque en el pueblo todo  esté al margen de la ley, por la total ausencia de autoridad.

Los prestadores de servicios recomiendan que si usted llega al pueblo, no se acerque a jugar el juego de “la bolita” porque le pueden quitar su dinero.

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