By Por Eugenio Ortiz Carreño/Bahía de Banderas
Si hace 20 o 30 años alguien hubiese podido imaginar que la Cruz de Huanacaxtle, el humilde y sencillo pueblito de pescadores, se iba a convertir en un gran mercado turístico, simplemente se le habría tachado de loco.
Pues eso es justamente ahora o al menos cada domingo cuando la Marina la Cruz de Huanacaxtle brinda espacio a cientos de mercaderes de toda clase de productos, los cuales se exponen a lo largo de casi medio kilómetro, que es lo que comprende el largo del espigón que va desde el inicio de la marina, hasta el fondo de la dársena donde remata el mismo espigón.
Es una larga fila de negocios pequeños que se colocan bajo un elegante toldo blando y ahí se cuelgan o se exhiben desde textiles originales, artesanías huicholes, hasta obras más elaboradas de metales como el cobre, o el acero, y desde luego panes exóticos, bebidas más exóticas aún, café o chocolate, quesos y todo lo que usted pueda imaginar.
Pero es que todo empieza en la misma plaza del pueblo, la plaza que en otros tiempos era aburrida y la gente que llegaba, no tenía otra cosa que hacer más que mirar los pájaros carpinteros que anidan en las parotas, ahora está llena de mercaderes y de extranjeros que buscan y rebuscan y dan vueltas, llevándose lo que pueden o les gusta.
La Cruz de Huanacaxtle tiene los domingos otro aspecto, otra vida porque los estacionamientos cercanos a la marina rebosan de automóviles, incluso el del mercado del mar, donde los extranjeros compran su pescado fresco o los camarones para el aguachile.
Pero es que no solo es en la Marina y en la Plaza principal, porque los restaurantes también tienen gente a mediodía, a la hora del almuerzo, según las costumbres de los americanos y sobre el malecón en torno a la marina van y vienen turistas extranjeros y algunos residentes locales, que son los menos, porque los superan de 5 a 1 los güeros.
Eso muestra que el pequeño pueblito de pescadores, ya cambió mucho en poco más de dos décadas para convertirse en un atractivo polo turístico con un mercado dominical que ya lo quisieran otros destinos.
