“La fotografía submarina es un desafío increíblemente hermoso”: Samuel Reséndiz

Por Miguel Ángel Ocaña Reyes/Puerto Vallarta

La exposición Espejos de Sal de Samuel Reséndiz que se presenta en la Oficina de Proyectos Culturales, es una muestra del amor por la naturaleza y un llamado a la sociedad a cuidar sus recursos, una muestra conmovedora de imágenes de la fauna marina que cautiva por su  belleza.

En entrevista, Samuel Reséndiz comparte la experiencia de ser fotógrafo marino, preocupado por el entorno y enamorado de las espectaculares imágenes que el mar cuando lo desea, decide obsequiar.

¿Qué te movió a fotografiar la vida marina?

Siempre he tenido una atracción hacia el mar, y viene también por parte de mis papás, siempre nos trajeron a la naturaleza, siempre nuestra diversión estaba muy relacionada con pasar tiempo en el mar, ya sea pescando, snorqueleando, o simplemente en la playa, entonces cuando combiné eso que ya  traía, lo que era mi pasión por el mar con mi pasión con la fotografía, es cuando para mí empieza a tener sentido trabajar esto, y eso es lo que me inspira, lo he hecho por mucho tiempo, con tanto amor, que después cuando involucré la fotografía se me hizo algo muy congruente y muy sencillo de hacerlo.

En la fotografía como arte para captar imágenes de la naturaleza, ¿qué pesa más la técnica, la paciencia, la suerte?

Yo creo que todas las disciplinas artísticas tienen su grado de complejidad, en este caso en la fotografía, sobre todo en la fotografía submarina, es una combinación de todo lo que mencionaste, hay que tener suerte, primero que nada, hay que tener un sinfín de condiciones que se tienen que dar para que se preste a hacer una buena foto, y luego resolver el tema de la composición sobre la marcha, también las condiciones naturales, estas fotografías son tomadas buceando a pulmón en una técnica que se llama apnea, no utilizo tanque de oxígeno, ni nada, entonces todo eso es resolverlo muy rápido, y es parte del desafío y que me atrae tanto.

¿Es lanzarse al azar?

No tanto al azar, porque investigas previamente las condiciones, tienes una idea también de lo que te gustaría fotografiar, y se combina también la suerte, muchas veces vas con la idea de tomar algo, y se atraviesa algún otro animal, estás a merced de las condiciones que no impones, en el mar él es el que manda, entonces es un desafío muy bonito… no controlas ningún tipo de condiciones, nada, más que lo que puedas hacer tu, tu respiración, bajar tu pulso, tu ritmo cardiaco, y resolver la composición, hacer los movimientos adecuados para no espantar a los animales, son muchísimas variables que cuando logras estar en esa misma sintonía con el mar, es cuando suceden estos momentos efímeros que puedes capturar.

¿Es como mimetizarte en con el mar y sus elementos?

Sí, por ejemplo en la foto de la ballena con la lancha, yo sabía que esa zona era una migración muy grande de ballenas grises, estuve cinco días seguidos yendo al mar, y en el último día fue cuando pude tomar esa foto, entonces yo me expongo a las condiciones una y otra vez, y si al mar me permite, pues ya tomo la fotografía, pero aquí son 30 fotografías en un transcurso de tres o cuatro años, y un sinfín de veces que he ido al mar, no te puedo enumerar las veces que he ido, y que regreso con una sonrisa, pero sin fotografías.

¿Qué tipo de peligros enfrentas en el mar?

Tienes que ser muy cuidadoso, muy, muy cuidadoso, tienes que conocerte muy bien, conocer tus límites, nunca tratar de imponerte al mar, en el momento que tú metes un pie, estás a merced del mar, siempre con respeto, siempre con amor, y realmente no hay peligro si lo haces con respeto, yo he estado, como puedes ver, hay muchas fotos de tiburones, he estado con ballenas, he estado con todo tipo de animales, con medusas, marlins que me pasan a 15 centímetros comiendo sardinas, y nunca me he sentido en riesgo o en peligro a causa de los animales.

Es una situación muy íntima también…

Sí, es un baile, de verdad cuando te metes al mar, cuidas los movimientos hasta de las manos, por ejemplo, el cambio de la oscuridad a lo blanco de la palma de la mano, eso a algunos animales, los asusta, entonces imagina el nivel de detalles que tienes que estar cuidando, y que tienes que estar resolviendo para poder lograrlo, la fotografía submarina es un desafío increíblemente hermoso.

¿Cuánto ha sido el mayor tiempo que has pasado en el agua esperando tomar una fotografía?

Normalmente las jornadas con de cinco o seis de la mañana, hasta que anochece, estamos prácticamente todo el día cuando salimos, o cuando voy desde la orilla, que también es muy seguido, me meto en la tabla de surf en la mañana, en cuanto empieza a amanecer, y salgo tres de la tarde, más o menos así son las jornadas, pero eso no me garantiza que voy a tener una buena foto, la clave de todo esto es ir una vez, ir otra vez, y otra vez, y otra vez, hasta que el mar te regala la foto, no hay nada que puedas hacer para tomar la foto si no te la regala el mar.

¿Has fotografiado bioluminiscencia o foto nocturna?

No me ha tocado, pero es algo que definitivamente me gustaría explorar, la verdad es que si de día hay muchísimos desafíos por resolver, en la noche le agregas más elementos, pero definitivamente es algo que me gustaría explorar.

¿En qué piensas cuando estás esperando una buena fotografía?

No piensas, tu mente está completamente en blanco, y todo pasa tan rápido, que no te da tiempo de pensar, simplemente es como un impulso, el impulso y mis manos se mueven solas, no te da tiempo de pensar, todo se mueve muy rápido, si lo piensas, no sale, pierde esa espontaneidad, porque es cuestión de un instante que pierdas o ganes una foto, no te puedo contar cuántas veces se me ha ido la foto por estar pensando o por un movimiento mal hecho, por fallas de la cámara, por fallas mías, por mil cosas, pero es estar esperando la oportunidad.

¿Cuál es tu próximo reto?

Tomo fotografías de lo que me llama, no estoy pensando solo en el mar, pero sí tengo un impulso que siempre me lleva a regresar al mar, puedo estar en las montañas y me encantan, tengo algunas fotos, pero mi amor está en el mar y hay tantas cosas qué ver, y tantas cosas qué fotografiar, que creo que jamás voy a acabar.

¿Hay algo que te de miedo en el mar?

Sí, me da mucho miedo la contaminación, me da mucho miedo llegar a los lugares donde he ido, tengo 29 años, donde he ido por tantos años, y ver que ya no hay la misma abundancia de animales, me da miedo no cuidarlos, que no respetemos, me da miedo que yo le cuente a mis hijos  lo que yo veía y que no me crean, como mi papá me contaba a mí en algún tiempo, cuando me decía, yo cuando estaba chico, cuando estaba de tu edad, yo veía todas estas cosas aquí, y yo no le puedo creer, me da miedo eso, que no me puedan creer, por eso también tomo las fotografías. El cambio ha sido drástico de la generación anterior, la de mi papá, hacia la mía, me ha platicado historias de las cosas que él veía, y que él hacía con sus amigos, y es algo que no quisiera que se siga repitiendo.

¿Tus fotos son un llamado a valorar lo que tenemos?

Sí, sin duda, muchas veces muestro alguna fotografía, y no me creen que es aquí, delfines, tiburones, subo una fotografía de un tiburón y me dicen, no puedo creer que sea aquí, y yo, claro que es aquí, mostrar esta biodiversidad es mostrar lo que tenemos para cuidarlo, los invito a ver esta exposición y también a cuidar el mar y toda la naturaleza.