Por José Mario Rizo Rivas 

Para erradicar malas prácticas como el mansplaining, primero hay que iniciar con uno mismo.   

El New York Times definió el mansplainer “Un hombre compelido a explicar o a dar su opinión sobre cualquier cosa, especialmente a una mujer. Habla a menudo con condescendencia, incluso aunque no sepa de qué está hablando o no sea asunto suyo”. 

¿Qué es el mansplaining?: Es Cuando un hombre interrumpe a una mujer para explicarle algo por el simple hecho de asumir que él tiene un mayor conocimiento del tema que se esté tratando sin ningún tipo de prueba, desacreditando a su interlocutora simplemente por su género a manera de ejemplo es en la que un hombre trata de explicar a una mujer cómo darle leche a su bebé 

Rebecca Solnit, una escritora estadounidense, se encontraba en una reunión donde la conversación era dominada por un hombre que comenzó a interrumpirla para decirle que había leído un libro genial sobre lo que ella intentaba platicar. La amiga de Solnit tuvo que llamarle la atención al caballero, varias veces, para que entendiera que ese libro genial era precisamente de Solnit y que, por lo que decía él, ni siquiera lo había leído. Ahí nació el ensayo Los hombres me explican cosas y el nombre de la actividad favorita de los que se sienten superiores a sus colegas mujeres: mansplaining o, en español, machoexplicación. 

Me gusta pensar que, en muchas ocasiones, los hombres caemos en la trampa del mansplaining sin intención, porque es parte de eso que nos ha formado y se queda en el inconsciente. Sin embargo, este fenómeno se repite con frecuencia en las organizaciones, y las empresas familiares no se salvan de esto. Así que vale la pena reconocer si se es culpable de machoexplicación y, de serlo, eliminarlo del sistema porque no aporta nada a nadie. Y quién mejor para dar algunos consejos que una experta en el tema: la diseñadora de producto Kim Goodwin. Las dos preguntas principales que se deben analizar para reconocer la mala práctica son estas: 

¿Ella pidió que se le explicara el tema? Esta es la señal inequívoca de si se comete mansplaining o no, porque esa acción generalmente no es requerida. El hombre que lo hace asume, sin pruebas, que la profesional frente a él no tiene el mismo nivel de conocimientos y que debe agregar datos que nadie le pidió. Por otro lado, se recurre a la interrupción o cambio de tema abrupto, lo cual demuestra que quien hace machoexplicación no tiene interés en sumar, sino en convertirse en el centro de atención. 

¿Se está siendo útil o condescendiente? Por supuesto, nadie tiene todo el conocimiento en sus manos, y añadir valor a una conversación siempre es bienvenido. Así que es importante reconocer si la intervención se impulsa por un auténtico deseo de enriquecer la información o simplemente establecer dominio, menospreciar a colaboradores en puestos de menor responsabilidad o asumir que los demás saben menos por su género, edad, contexto social o económico. 

La machoexplicación es responsable de que muchas mujeres prefieran guardar sus mejores ideas y análisis, porque ya saben que uno de sus compañeros no les dará la importancia que merecen y las descartarán de inmediato, incluso si es evidente que ellas tienen más experiencia, conocimientos y carrera sobre el tema. De esta forma, el crecimiento profesional individual, pero también el de la empresa familiar entera, se impacta negativamente. Si el mansplaining persiste, es cuestión de tiempo para que ocurra una fuga de talento, principalmente de mujeres: hijas, hermanas, etcétera, para alejarse del ambiente tóxico. A nadie le gusta lidiar con colaboradores o directivos que cortan el diálogo o desprecian el conocimiento del resto. Además, es una reputación con la que se identificará a la empresa que no conviene si hay deseos de continuar vigente y con más oportunidades de desarrollo. 

Sin embargo, la definición mansplaining ofrecida por Lili Rothman, presenta un concepto más neutro y amplio, ya que lo define como el acto de explicar sin tener en cuenta el hecho de que la persona que está recibiendo la explicación sabe, igual o más, sobre el tema que la persona que lo está explicando. A pesar de mantener neutra la base de su definición, Rothman puntualiza que este comportamiento es más común por parte de los hombres hacia las mujeres. 

De acuerdo con un estudio publicado en 2019 en el Journal of Language and Social Psychology, es más probable, que tanto hombres como mujeres interrumpan a su interlocutor si se trata de una mujer 33 por ciento para ser exactos. 

Por lo anterior también puede ser que una mujer lo aplique para con un hombre en ambos casos es importante evitarlo de ambas partes en todas nuestras relaciones ya sean de negocios, en la familia, académicas o simplemente sociales. 

This div height required for enabling the sticky sidebar