Por Fernando Álvarez/Puerto Vallarta

En un viaje a la tierra milenaria de Egipto, el Dr. Jorge Villanueva Hernández, presidente de la Asociación de Empresarios de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas (AEBBA), mantuvo un diálogo abierto con personas locales para adentrarse en su realidad política y económica, y con estas opiniones reflexiona sobre la importancia de la clase media en la vida económica de los países, la sociedad civil siendo fiel balanza en el sistema democrático, y si éste se ha alcanzado en México, y de esta manera lo narra en un recuento histórico-político hasta nuestros días:

Hablar de Egipto no es nada fácil y menos para una mente Occidental, mucho menos cuando la pretensión no es incursionar en su indudable pasado majestuoso. ¿Qué sucedió con esa legendaria historia de Egipto que se remonta a unos 5 mil años? ¿Qué sucedió con esa tierra que es considerada como una de las civilizaciones más antiguas del planeta?

Como turista de visita a Egipto, los contrastes se hacen de inmediato evidentes. Solo queda la majestuosidad de lo antiguo, templos, pirámides, monumentos, tumbas, etcétera. En las ciudades y poblaciones se evidencia la pobreza, la decadencia de la educación y de la cultura. La suciedad y la basura acumulada, y la ausencia de una clase media que finalmente es quien le da desarrollo y riqueza a cualquier sociedad.

La época moderna de Egipto se pudiera considerar a partir de 1952 cuando fue derrocado Faruq por su régimen corrupto y dictatorial. El líder de este movimiento fue Abdel Nasser quien se convirtió en presidente del país. Son también años de reformas agrarias, la expulsión de los ingleses del Canal de Suez, y del inmenso proyecto de la presa de Asuán.

Nasser muere en 1970 y le sucede el vicepresidente Sadat y en 1979 se firma la paz con Israel junto con el primer ministro Menájem Beguín de los acuerdos de Camp David, lo cual le valió el Premio Nobel de la Paz. Los radicales islamistas lo consideraron como un traidor para el mundo árabe y murió en un atentado durante un desfile militar en 1981.

FECHA HISTÓRICA CONTEMPORÁNEA

El presidente Mubarak asume la presidencia de Egipto hasta el 2011, fecha histórica contemporánea, ya que inicia la segunda revolución egipcia. Este movimiento fue llamado mundialmente como la Primavera Árabe; este movimiento social se detona por el deterioro económico del país, por un pueblo agotado por tanta corrupción, el cual reclamaba la instalación de un sistema democrático.

Mohamed Morsi fue en el 2012 el primer presidente elegido democráticamente en Egipto, su partido Hermanos Musulmanes ganó con alrededor del 51 por ciento de los votos. Pero un año después, el 3 de julio de 2013, fue encarcelado tras un golpe de estado promovido por Abdul El-Sisi, el presidente del país hoy en día.

Fue entonces cuando miles de manifestantes inundaron las calles y el ejército con Abdul El-Sisi al mando derrocó a Morsi encarcelándolo. Abdul El-Sisi ganó las siguientes elecciones presidenciales y también lo hizo en las del 2018, así que hoy en día está desempeñando su segundo mandato como presidente.

Mi viaje a Egipto tuvo varios motivos; el primero no conocía esta hermosa y legendaria tierra, quería hablar con la gente local del tema, por lo cual contraté a tres diferentes guías locales que hablaran español y, durante 16 días intercambié ideas, intercambié impresiones y dudas del sentimiento actual del ciudadano egipcio común. No son pocos los que creen que con la llegada de El-Sisi al poder se volvió a instalar un modelo político autoritario.

Existe una tremenda represión de la libertad de expresión y hay miles de personas, entre ellos periodistas, que han sido encarcelados en condiciones casi infrahumanas. Existe un hecho real en el Egipto actual: está dominado por un presidente autoritario, aliado con los militares a quienes les ha dado una gran fuerza política y económica.

Desde estas lejanas tierras me preocupa si nuestro México va por buen camino, si hemos alcanzado una real democracia. El sistema político menos malo que la humanidad ha inventado es la democracia, ésta siempre será perfectible. Siempre la sociedad civil tiene que ser un fiel de la balanza, entre la democracia y autoritarismo disfrazado de democracia.

A los autoritarios les conviene la inexistencia de una clase media y, la existencia de una inmensa población pobre que se puede comprar electoralmente con dádivas disfrazadas de programas sociales, por el bien de México, por el bien de las futuras generaciones, no permitamos que nuestro sistema político se convierta en un sistema presidencial autoritario, que se pierdan las libertades ganadas, que volvamos al partido único y hegemónico.

Que prevalezca la maliciosa sentencia de “pueblo bueno y pueblo malo”. Y termino mi comentario deseándole a Egipto, a esta milenaria y maravillosa tierra que pronto alcancen una real y verdadera democracia que los lleve a mejores estándares de vida y que vuelva a surgir una valiosa y pujante clase media.

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