Por Eugenio Ortiz Carreño/Cabo Corrientes

Fue una travesía a remo en un kayak. Él ya tenía tiempo que quería hacer esa ruta, como es parte de las actividades que se hacen en el Campamento Tortuguero Mayto, lo había planeado con unos amigos, pero al final se convirtió en un proyecto personal, con el fin de retomar algunos aspectos que le hacían falta.

Fue un encuentro con la naturaleza y se conjuntaron las fechas, el martes fue su cumpleaños y al día siguiente decidió lanzarse al recorrido.

Así inicia su crónica del viaje

Por Eugenio Ortiz Carreño/Cabo Corrientes

Fue una travesía a remo en un kayak. Él ya tenía tiempo que quería hacer esa ruta, como es parte de las actividades que se hacen en el Campamento Tortuguero Mayto, lo había planeado con unos amigos, pero al final se convirtió en un proyecto personal, con el fin de retomar algunos aspectos que le hacían falta.

Fue un encuentro con la naturaleza y se conjuntaron las fechas, el martes fue su cumpleaños y al día siguiente decidió lanzarse al recorrido.

Así inicia su crónica del viaje Israel Llamas González, quien comenta: “El primer grupo de ballenas se dejó ver antes de llegar a Boca de Tomatlán, eran seis jorobadas, cerca de Quimixto otro grupo de jorobadas brincaban repetidamente y otros dos avistamientos los tuve llegando a Pizota, bastante cerca”.

“Una enorme ballena jorobada paso por debajo de mi kayak y la filmé. Las guacamayas animaban mi remar mientras volaban sobre el denso y verde dosel de la selva, las escuche por un buen tramo (la hembra es la que grita)”.

Fueron tres días para llegar a Mayto; se trata de salir de la bahía y bordear toda la zona de Cabo Corrientes, es una travesía larga, al final fueron casi 80 kilómetros, es todo Cabo Corrientes, porque al inicio es un pedacito saliendo de Mismaloya, en Puerto Vallarta, pero todo lo que es boca de Tomatlán, Yelapa, Quimixto, Las Animas, Chimo, todas esas playitas que están escondidas es en Cabo Corrientes

– No se siente miedo en la noche.

Yo remaba entre seis y siete horas al día, desde muy temprano, dejaba las horas vespertinas para descanso y busqué sitios para acampar que tuvieran la facilidad y la seguridad de servicios, por ejemplo en Pizota, hay un pueblito, hay un servicio de internet, hay agua, entonces ahí busqué que los sitios de escala tuvieran esa seguridad y la garantía de buscar los servicios para poder viajar ligero, comprar algunos insumos y algo de comida, para seguir la travesía…

– Yo pensé que te la pasabas en el mar…

Sí, fueron de seis a siete horas en el mar, y bajaba a la playa para acampar, armaba la casa de campaña, llevaba mi sleeping y ahí me metía a dormir…

Es duro, rodear Cabo Corrientes, tuve la verdad mucha suerte, elegí estos días de noviembre porque ya no hay ni huracanes, ni tormentas ni lluvias, me tocó muy buen clima, fue acertado elegir estas fechas, el último día me tocó un poco impetuoso el oleaje, y algo de viento, pero los primeros dos días, dentro de Bahía de Banderas, me tocó mucha tranquilidad, fue muy grato el clima conmigo, y qué decir del espectáculo de admirar la fauna marina como las ballenas jorobadas, mantas, las guacamayas.

Cuando va uno bordeando por Quimixto, la vida silvestre es muy exuberante, por esa parte de la costa… es muy bonito. Yo había navegado y en las lanchas pasa uno rápido, pero ya sin el ruido de los motores de las lanchas, sin las prisas, sin el bullicio, pues, permiten entrar en contacto directo con la naturaleza, el sonido del remo, y se encuentra uno en forma total a la naturaleza, la fauna marina no se espanta, las mantarrayas, salían a un lado, las ballenas me pasaron por abajo del kayak, realmente fue un encuentro extremo con la naturaleza.

– ¿Recomendarías  a los jóvenes que les gusta el kayak que hagan esta travesía?

De hecho sí, y mucha gente después de las publicaciones que compartí, me llegaron muchas propuestas, que me dijeron cuando hacemos esa travesía, y un par de amigos que hacen tours, que les gustaría promoverlo. Valdría la pena hacer algo así… Si es demandante, no es una actividad fácil si no tienes condición física y un buen Kayak.

En los posteos en su perfil de Facebook, Israel Llamas comentó en diversos momentos refiriéndose al viaje: “Un viaje de aventura rodeado en todo momento de encuentros silvestre y mares de abundancia, cerramos con un digno festejo así que no queda más que continuar celebrando haciendo honor a la vida y que mejor que compartir el verdadero tesoro de esa felicidad encontrada con nuestros seres queridos, esa familia que siempre me ha acompañado en esta playa, no siempre presentes en forma física, pero sé sin duda que cada uno me acompañó y me esperó a la orilla del mar.

TERCER DÍA DE TRAVESÍA: MARIPOSAS MONARCA EN EL MAR

Y relata que en la parte final del viaje salió de Corrales, dejando un amanecer naranja que pintaba el mar del mismo tono metálico.

“Fue un viaje con mariposas monarca, cientos, tal vez miles de ellas revoloteaban junto a mi haciendo su migración por el mar y adornando el cielo rojizo. Los delfines por fin se dejaron ver al pasar bajo el faro de Cabo Corrientes y en repetidas ocasiones salieron a resoplar cerca de mí (los delfines ayudan a los humanos perdidos en el mar)”.

“También vi tortugas negras, es una zona donde últimamente se han dejado ver en mayor cantidad y fue sorprendente ver decenas de nidos de esta especie en playas nuevas que se formaron entre el Faro de Corrales y Playitas, en 15 años no se había visto algo así”.

“Fui dejando el último efecto de las aguas calmas de Bahía de Banderas. Sin embargo, el paso por Cabo Corrientes fue bastante tranquilo, sitio característico de choque de mareas y muy turbulento, el día de hoy se presentaba con quietud, pero una ligera corriente del Sur se manifestó apenas giré en Roca Negra, esa última sección de mi viaje hasta Mayto fue la más demandante de toda la travesía, pasando frente a Aquiles Serdán, 7 kilómetros antes de mi meta final, el viento del Sur me encontró y el resto del camino fue una lucha contra el mar que no me quiso poner fácil la llegada a casa”.

“Después de 26 kilómetros y poco más de seis horas toqué playa exitosamente frente al Campamento, agotado y sediento, pero con una gran sonrisa, gracias al staff del Campamento por la recepción, gracias  Alain Rubio Cuevas y Ann Yiie Antov”.

“Este día fue de mobulas, decenas de ellas saltando cerca de mí, haciendo piruetas y resonando con sus planos cuerpos la superficie del mar; de nuevo las guacamayas, ahora en mayor cantidad y todas en parejas (son monogamas) volando sobre Tecomata,  Las Animas y el último parche de selva antes de que la vegetación se vuelva escasa y la montaña baje su perfil en Chimo, ahí desayuné con Máster Chicueto Guzman y como siempre largas pláticas de medregales enormes”.

“Me detuve en las Iglesias a filmar una manta gigante, fue la única que se dejó acercar de 7 individuos que pude ver más no pude bajar a bucear con ellas”.

, quien comenta: “El primer grupo de ballenas se dejó ver antes de llegar a Boca de Tomatlán, eran seis jorobadas, cerca de Quimixto otro grupo de jorobadas brincaban repetidamente y otros dos avistamientos los tuve llegando a Pizota, bastante cerca”.

“Una enorme ballena jorobada paso por debajo de mi kayak y la filmé. Las guacamayas animaban mi remar mientras volaban sobre el denso y verde dosel de la selva, las escuche por un buen tramo (la hembra es la que grita)”.

Fueron tres días para llegar a Mayto; se trata de salir de la bahía y bordear toda la zona de Cabo Corrientes, es una travesía larga, al final fueron casi 80 kilómetros, es todo Cabo Corrientes, porque al inicio es un pedacito saliendo de Mismaloya, en Puerto Vallarta, pero todo lo que es boca de Tomatlán, Yelapa, Quimixto, Las Animas, Chimo, todas esas playitas que están escondidas es en Cabo Corrientes

– No se siente miedo en la noche.

Yo remaba entre seis y siete horas al día, desde muy temprano, dejaba las horas vespertinas para descanso y busqué sitios para acampar que tuvieran la facilidad y la seguridad de servicios, por ejemplo en Pizota, hay un pueblito, hay un servicio de internet, hay agua, entonces ahí busqué que los sitios de escala tuvieran esa seguridad y la garantía de buscar los servicios para poder viajar ligero, comprar algunos insumos y algo de comida, para seguir la travesía…

– Yo pensé que te la pasabas en el mar…

Sí, fueron de seis a siete horas en el mar, y bajaba a la playa para acampar, armaba la casa de campaña, llevaba mi sleeping y ahí me metía a dormir…

Es duro, rodear Cabo Corrientes, tuve la verdad mucha suerte, elegí estos días de noviembre porque ya no hay ni huracanes, ni tormentas ni lluvias, me tocó muy buen clima, fue acertado elegir estas fechas, el último día me tocó un poco impetuoso el oleaje, y algo de viento, pero los primeros dos días, dentro de Bahía de Banderas, me tocó mucha tranquilidad, fue muy grato el clima conmigo, y qué decir del espectáculo de admirar la fauna marina como las ballenas jorobadas, mantas, las guacamayas.

Cuando va uno bordeando por Quimixto, la vida silvestre es muy exuberante, por esa parte de la costa… es muy bonito. Yo había navegado y en las lanchas pasa uno rápido, pero ya sin el ruido de los motores de las lanchas, sin las prisas, sin el bullicio, pues, permiten entrar en contacto directo con la naturaleza, el sonido del remo, y se encuentra uno en forma total a la naturaleza, la fauna marina no se espanta, las mantarrayas, salían a un lado, las ballenas me pasaron por abajo del kayak, realmente fue un encuentro extremo con la naturaleza.

– ¿Recomendarías  a los jóvenes que les gusta el kayak que hagan esta travesía?

De hecho sí, y mucha gente después de las publicaciones que compartí, me llegaron muchas propuestas, que me dijeron cuando hacemos esa travesía, y un par de amigos que hacen tours, que les gustaría promoverlo. Valdría la pena hacer algo así… Si es demandante, no es una actividad fácil si no tienes condición física y un buen Kayak.

En los posteos en su perfil de Facebook, Israel Llamas comentó en diversos momentos refiriéndose al viaje: “Un viaje de aventura rodeado en todo momento de encuentros silvestre y mares de abundancia, cerramos con un digno festejo así que no queda más que continuar celebrando haciendo honor a la vida y que mejor que compartir el verdadero tesoro de esa felicidad encontrada con nuestros seres queridos, esa familia que siempre me ha acompañado en esta playa, no siempre presentes en forma física, pero sé sin duda que cada uno me acompañó y me esperó a la orilla del mar.

TERCER DÍA DE TRAVESÍA: MARIPOSAS MONARCA EN EL MAR

Y relata que en la parte final del viaje salió de Corrales, dejando un amanecer naranja que pintaba el mar del mismo tono metálico.

“Fue un viaje con mariposas monarca, cientos, tal vez miles de ellas revoloteaban junto a mi haciendo su migración por el mar y adornando el cielo rojizo. Los delfines por fin se dejaron ver al pasar bajo el faro de Cabo Corrientes y en repetidas ocasiones salieron a resoplar cerca de mí (los delfines ayudan a los humanos perdidos en el mar)”.

“También vi tortugas negras, es una zona donde últimamente se han dejado ver en mayor cantidad y fue sorprendente ver decenas de nidos de esta especie en playas nuevas que se formaron entre el Faro de Corrales y Playitas, en 15 años no se había visto algo así”.

“Fui dejando el último efecto de las aguas calmas de Bahía de Banderas. Sin embargo, el paso por Cabo Corrientes fue bastante tranquilo, sitio característico de choque de mareas y muy turbulento, el día de hoy se presentaba con quietud, pero una ligera corriente del Sur se manifestó apenas giré en Roca Negra, esa última sección de mi viaje hasta Mayto fue la más demandante de toda la travesía, pasando frente a Aquiles Serdán, 7 kilómetros antes de mi meta final, el viento del Sur me encontró y el resto del camino fue una lucha contra el mar que no me quiso poner fácil la llegada a casa”.

“Después de 26 kilómetros y poco más de seis horas toqué playa exitosamente frente al Campamento, agotado y sediento, pero con una gran sonrisa, gracias al staff del Campamento por la recepción, gracias  Alain Rubio Cuevas y Ann Yiie Antov”.

“Este día fue de mobulas, decenas de ellas saltando cerca de mí, haciendo piruetas y resonando con sus planos cuerpos la superficie del mar; de nuevo las guacamayas, ahora en mayor cantidad y todas en parejas (son monogamas) volando sobre Tecomata,  Las Animas y el último parche de selva antes de que la vegetación se vuelva escasa y la montaña baje su perfil en Chimo, ahí desayuné con Máster Chicueto Guzman y como siempre largas pláticas de medregales enormes”.

“Me detuve en las Iglesias a filmar una manta gigante, fue la única que se dejó acercar de 7 individuos que pude ver más no pude bajar a bucear con ellas”.

Foto 1 5 1024x682 - La vuelta a Cabo Corrientes en tres días

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