By OPINIÓN
Por Jorge Berry (*) – m.jorge.berry@gmail.com
Fui a Punta de Mita el viernes. La carretera está en pésimas condiciones. Me pongo en los zapatos de cualquier turista, y me llevo una imagen nada agradable. Los baches son gigantescos y muy frecuentes. Por momentos, el tránsito se vuelve difícil. Llegué hasta Sayulita. El atractivo principal de Sayulita está siendo afectado por la falta de servicios. Sobre todo, de limpieza. Aparenta ser un lugar sucio y descuidado. Fuera de un hotel, ese sí muy agradable, que se llama Puerto Sayulita, la experiencia me dejó insatisfecho.
No sé por qué ni el gobierno municipal, y menos el estatal, parecen preocupados por la situación. Creo que ni el gobernador, Miguel Ángel Navarro, ni la alcaldesa de Bahía de Banderas, Mirtha Villalbazo, entienden que la principal fuente de recursos para el gobierno viene del turismo. Y no solo el gobierno es el afectado. Hay cientos de miles de empleos que dependen del turismo, y lo están descuidando.
En la carretera de vuelta, me llama la atención la nueva señalización que, de manera hasta obsesiva, insiste en rebautizar a Nuevo Vallarta como Nuevo Nayarit. Solo en señalización, el gobierno ha gastado millones. ¿No sería más productivo y benéfico para los habitantes de la zona que ese dinero se hubiera usado en bacheo para mejorar las deplorables condiciones de la carretera? Pero no. El gobernador sigue terco en cristalizar su capricho, muy al estilo de su jefe, el presidente Andrés Manuel López Obrador. Los amparos contra el tren maya son inobjetables, pero el presidente es capaz de desacatar a las cortes. No sería la primera vez.
Veremos cómo reacciona el gobernador Navarro cuando empiece a perder los amparos interpuestos contra el cambio de nombre. Un cambio que, dicho sea de paso, no tuvo siquiera una consulta pública para saber la opinión ciudadana.
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De nuevo, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador usa a la Fiscalía General de la República, (FGR) como arma política. El viernes, se realizó la detención del ex-procurador, Jesús Murillo Karam, y se le acusa de haber participado en una conspiración para desaparecer a los 43 semi-estudiantes de Ayotzinapa. La fiscalía, y todo México saben que Murillo Karam investigó los hechos de manera vigorosa. Es debatible que sus resultados hayan sido los correctos, pero su participación en la conspiración rebasa la descripción de un absurdo.
Murillo Karam está siendo usado como un chivo expiatorio, en una de las operaciones más burdas del sexenio.
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Finalmente, el viernes a las 10 pm, Rosario Robles recuperó su libertad. Ella fue víctima de una de las primeras grandes injusticias de este régimen. Como no la pudieron encarcelar por fraude en el asunto de la estafa maestra, recurrieron a falsificar un documento y “arreglar” a un juez, para mantenerla encerrada. El juez, por cierto, pariente del clan Bejarano-Padierna.
Nunca hubo una justificación legal para mantenerla en la cárcel. Fue una presa política, en cualquier definición. Nunca podrá recuperar los años perdidos encerrada, y por ello admiro sus convicciones, que la llevaron a preferir la cárcel, que ceder a la presión del Estado, y mentir para inculpar a otros. Todos ellos tienen una deuda pendiente con Rosario Robles.
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Tuve un muy agradable desayuno con mi colega y compañero de páginas en Nayarit Opina, Ezequiel Parra. Igual que yo, lleva toda una vida dedicada al periodismo. Nuestra conversación fue, sin duda, enriquecedora. Si bien no coincidimos en algunos temas relacionados con la mal llamada Cuarta Transformación, ambos pensamos que la principal función del gobernante es mejorar la vida de los ciudadanos que los pusieron ahí.
Coincidimos también en la desafortunada costumbre de los gobernantes de Morena de escoger como servidores públicos a los leales a la causa, o bien a sus parientes o amigos, en lugar de contratar especialistas que tengan conocimientos técnicos sobre las áreas de gobierno. Los improvisados han demostrado una y otra vez que su incapacidad cuesta no solo dinero, sino bienestar a la población. Un saludo caluroso, admirado Ezequiel. Y gracias a Arturo Ibarra, director comercial de nuestras publicaciones, por juntarnos.
¡Hasta el viernes, amigos de Bahía y Vallarta!
(*) Periodista, comunicador y líder de opinión con casi 50 años de experiencia profesional.
