OPINIÓN

Por Jorge Berry (*)m.jorge.berry@gmail.com

Es decepcionante constatar las prioridades de nuestros políticos. Convendría que recordaran que, una vez electos, tendrían que despojarse de afiliaciones partidarias y dedicarse a servir a TODOS los ciudadanos. Pero no lo hacen.

Hace unos días, en Nuevo Vallarta, al que ahora todos los boletines oficiales llaman “Nuevo Nayarit”, llegaron a un acuerdo de promoción turística 5 estados de la república Mexicana que tienen costa con el Pacífico.

Baja California, Baja California Sur, Sinaloa, Sonora y Nayarit firmarán un documento en que comprometen recursos y difusión para el área. Uno diría que esto es buena cosa, y lo es, excepto que dejaron fuera a Jalisco, que está justo en el centro de este esfuerzo interestatal. ¿Y por qué quedó fuera Jalisco? Pues es que es el único estado de la zona que no gobierna Morena, y eso les produce ictericia.

No descarto la posibilidad de que sean instrucciones directas de Palacio Nacional, pero en cualquier caso, la omisión es injustificable. Junto con Los Cabos, Puerto Vallarta sigue siendo el destino internacional más importante del Pacífico, dejando atrás a Acapulco, cuyo estado, Guerrero, también quedó fuera del acuerdo. Aunque también sea de Morena, deberían participar.

Lo curioso es que, en nuestra zona, los empresarios de Bahía de Banderas y Puerto Vallarta siguen trabajando juntos para hacer el destino cada vez más atractivo. A ellos, como debe ser, no les importan las lealtades partidarias, sino las cifras del crecimiento. El gobierno, en cambio, tiene como prioridad aislar a Jalisco, con sus absurdos cambios de nombre, sin importarle que el avance y desarrollo de uno, implica lo mismo para el otro.

Entiendo que el gobernador de Nayarit, el Dr. Navarro, no ejerce la independencia de gestión que corresponde a un estado soberano, porque cuida las asignaciones presupuestales federales, y prefiere no hacer olas con el presidente López Obrador. Pero creo que le vendría bien escuchar al sector empresarial con más cuidado, y procurar llevar la fiesta en paz con todos. En fin.

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Ahora fue Diego Verdaguer. El cantautor argentino, durante muchos años pareja de Amanda Miguel, murió la semana pasada a causa de complicaciones causadas por COVID. Era, junto con su mujer, un ardiente anti-vacunas. A todos esos fanáticos ignorantes que persisten en no vacunarse, ¿cuántos ejemplos más de muertes innecesarias requieren para convencerse? Las vacunas funcionan. Si bien no son garantía de no contraer la enfermedad, si la hacen mucho menos peligrosa. Las cifras de hospitalizaciones no mienten. Cerca del 80% de los pacientes que ingresan a hospitales por COVID no se vacunaron.

Me resulta incomprensible que gente tan exitosa como el tenista Novak Djokovic (ahora le dicen Djokovid) o el QB de Green Bay Aaron Rodgers, de la NFL, persistan en defender posturas anti-vax. Revelan una ignorancia científica abrumadora, y, peor aún, difunden un mal ejemplo a sus millones de seguidores. Eso, sin contar que ambos ponen en peligro sus propias vidas.

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Ya que toqué el tema deportivo, el sábado Tom Brady, el legendario mariscal de campo de Patriotas de Nueva Inglaterra, anunció su retiro a los 44 años de edad. Un verdadero anciano para el promedio de la NFL, quien sin embargo, tuvo una de sus mejores temporadas en 2021. Ganó 6 SuperBowls con Patriotas, y otro más con Bucaneros en 2020.

Tuvimos todos la fortuna de ver en acción al mejor mariscal de campo de todos los tiempos. Y quienes, como yo, alcanzamos a ver a Lawrence Taylor, el maravilloso apoyador de Gigantes de Nueva York, hicimos el doblete: vimos a los mejores de la historia en ambos lados del balón.

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Vaya semana que le tocó al presidente López Obrador. Empezó tratando de convencernos de que un cateterismo es un procedimiento de rutina, cuando cualquier médico lo puede desmentir.

Después se fue a jugar béisbol, y se enfureció porque los medios lo siguieron. Por supuesto que no hay imágenes de él jugando. Y termina la semana con el escandalazo de la casa en Houston en la que vivió su hijo José Ramón López Beltrán y su esposa Cindy. El asunto es, en esencia, lo mismo que la Casa Blanca de La Gaviota.

El dueño es un contratista de Pemex, para quien trabaja la esposa de José Ramón. ¿Cómo es la relación contractual entre Pemex y este señor? ¿Es acaso un intercambio? El tema verdaderamente huele mal.

El presidente no comentó nada en la mañanera del viernes, pero tendrá que hacerlo el lunes. Para entonces, ya habrá estrategia. Les adelanto que tratarán de linchar al mensajero, que fue Carlos Loret de Mola, quien dio a conocer los detalles de la casita en Latinus. Conozco a Loret desde que salió de la escuela, y es un periodista que no se dobla. Estará interesante.

¡Hasta el viernes, amigos de Bahía y Vallarta!

(*) Periodista, comunicador y líder de opinión con casi 50 años de experiencia profesional.

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