Mendicidad, negocio lucrativo en Vallarta; deja hasta $1,500 diarios

Por Miguel Ángel Ocaña Reyes/Puerto Vallarta

Entre mil y mil quinientos pesos diarios alcanzan a obtener los niños que practican la mendicidad en la Zona Romántica de Puerto Vallarta, por lo cual no están dispuestos a dejar de realizar esta actividad lucrativa que se ha convertido en un estilo de vida.

En la ciudad, al menos en la colonia Emiliano Zapata, se cuentan hasta 25 menores que en pocos casos son vigilados por sus padres mientras piden dinero al turismo extranjero.

Lo anterior se dio a conocer luego de que el pasado fin de semana el  Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Puerto Vallarta realizara un operativo para detectar y censar a menores que realizan esta actividad en la Zona Romántica.

Así lo informó su titular, Roberto Ramos Vázquez, quien destacó que se les ofreció apoyo a los padres de familia para retirar de esta actividad a los niños, sin embargo estos no respondieron positivamente.

“Levantamos un padrón de 256 niños que siguen estando en esta venta de productos, algunos de ellos van acompañados de sus papás, se les informó a los padres que no era lo adecuado para que estuvieran en esa situación, se brindó ayuda e informó que a través del Sistema DIF teníamos diferentes programas con los que podíamos apoyarles con psicología, despensas, apoyo escolar, talleres, capacitaciones, se les dejó un apercibimiento para que estuvieran en el DIF, pero prácticamente de todos los que registramos ningún padre de familia se presentó”.

ESTILO DE VIDA, FÁCIL

La problemática radica en que ya se convirtió en un estilo de vida muy conveniente tanto para los padres como para los infantes, pues ya saben qué historias contar o cómo moverse para generar lástima entre los turistas.

“Hay una situación muy complicada porque detectamos que sí existe una red, o bien (…) los niños ya están muy bien aleccionados, ya saben qué decir, son niños que ya traen experiencia, los niños ya están bien acostumbrados; había un caso muy particular de dos menores que eran de pueblos originarios, nos contaron primero una historia y al final no fue cierta, luego nos los volvimos a encontrar por el malecón, esa pequeñita refirió que se había perdido, pero a la media noche la mamá llegó por ella y era una persona de grupos originarios que están acostumbrados a que los menores anden mendigando y pidiendo dinero, vendiendo chicles, flores o demás”.

Explicó que esto niños “prácticamente están llevándose a su casa cerca de mil 500, mil pesos diarios por lo que el turista les da, por lo que venden, entonces ya es un estilo de vida, una forma de costumbre, a ellos se les hace más fácil estar en esta zona vendiendo o pidiendo dinero, en vez de estar en su casa o resguardados”.

Cabe destacar que este estilo de vida tiene tres variantes, pues el niño puede ir acompañado, solo o en grupos de infantes.

Roberto Ramos refirió que ya se está planeando una campaña para invitar al público y concientizar al turista para no dar limosna a los infantes para así desincentivar que los menores sean explotados laboralmente, lo cual podría incurrir en una variante de trata de personas.