Mujeres de la mesa directiva “limpiarán” el Ejido de la Cruz de Huanacaxtle

Por Eugenio Ortiz Carreño/Bahía de Banderas

Estela Cortez, presidenta del Ejido la Cruz de Huanacaxtle, y otras mujeres que la acompañan en la mesa directiva, tienen frente a ellas el gran “paquete” que como ellas mismas dicen, se trata de “limpiar” todo el “cochinero” que dejaron las anteriores mesas directivas.

Pese a ser la mayoría mujeres y a que han dado una lucha intensa en contra de los señores que durante décadas manejaron el ejido y pese a que el actual gobierno del estado presume haber integrado a muchas mujeres en cargos importantes, desde el Congreso y presidencias municipales, las mujeres del Ejido de la Cruz de Huanacaxtle “navegan” solas en el mar de los conflictos agrarios.

Patricia González, una aguerrida luchadora desde hace varias décadas, que le ha plantado cara a los “varones” del ejido, para que se cumpla la ley en cuanto a la venta de terrenos y demás operaciones, señala que a varios meses de haber asumido la dirigencia ejidal, tratan de que se arregle “el cochinero” que tenían los “otros”, “los malitos”, y refiere que lo que ellas encontraron “es un relajo, porque vendían y revendían los terrenos y hacían lo que querían, nos encontramos un desastre, toda la porquería que dejaron”.

En varios meses las mujeres han tratado de hacer todo con prudencia, debido a que realmente los “señores”, “no nos están dejando trabajar, porque ellos están demandando”. La realidad es que la están haciendo muy difícil, pues José Cuevas es abogado y “está demandando por todo”.

Ellas confían en avanzar, aunque a “pasitos lentos” pero sí se está tratando de llegar a un acuerdo con los ejidatarios en lo individual, pero “pasito a pasito” porque sí está muy difícil limpiar todo lo que dejaron y además compromisos que dejaron, ya que andaban regalando tierras, sin pedir permiso a la asamblea, hacían y deshacían con el patrimonio ejidal”.

EL EJIDO MÁS RICO

Con su habitual costumbre, el ex presidente municipal, Héctor Paniagua Salazar, en un acto público definió el ejido de la Cruz de Huanacaxtle, como “el más rico” de la Bahía de Banderas, y no le faltaba razón, ya que sus tierras se localizan en el litoral de la Punta de Mita, y por el otro lado la carretera federal 200, lo que podría considerarse como “la pechuga” del desarrollo de la zona.

Solo como ejemplo vale comentar como se  refieren a la Cruz de Huanacaxtle en los folletos publicitarios y promocionales de sus atractivos turísticos, se le define como “Villa de pescadores durante generaciones”, donde conviven armónicamente la vida típica de un pueblo mexicano con la sofisticación de modernos proyectos inmobiliarios.

“Tiene además un encanto marino y pesquero no podría estar completo sin la dorada playa de La Cruz, que se extiende en cinco kilómetros divididos en cinco secciones: El Tizate, Cruz de Huanacaxtle, La Manzanilla, Piedra Blanca y Arena Blanca”.

Durante las dos últimas décadas el ejido ha sido fuente de conflictos, que hicieron “crisis” en 2016 cuando un grupo de mujeres comenzaron a reclamar los bienes del ejido. El grupo de mujeres fue conocido como “las viudas del ejido” y es que muchos de los titulares del ejido habían muerto y le sobrevivían sus mujeres, que también muchas estaban enfermas.

El año de 2019 el ejido se registró una nueva confrontación entre los grupos, uno de ellos encabezado por los ejidatarios Salvador Machuca y Patricia González, quienes protagonizaron una de esas luchas en contra de los dirigentes del ejido.

En esa ocasión se dieron a conocer una serie de irregularidades como se han presentado durante varios años y que tienen que ver con el manejo de los dineros que deben ingresar al ejido del cual no se rinden cuentas e incluso se mostraron estados de cuenta de tan solo uno de los bancos que maneja que es Banorte, donde se observó un ingreso de 154 millones de pesos, durante el comisariado que encabezó Roberto Martínez, quien junto con el José Cuevas, ha manejado el dinero del ejido sin rendir cuentas claras”.

Todo eso se han encontrado las señoras que hoy junto con Estela Cortez y Patricia González, dirigen el Ejido de la Cruz, el ejido más rico de Bahía de Banderas, que ha dejado morir a sus integrantes en la miseria, porque no se reparten los beneficios de la tierra.