ACCIONES SOSTENIBLES

Por Dr. Francisco Suárez Hernández (*) – francisco.suarezh@gmail.com

Leer el título de esta columna y encontrar la correlación entre neuroplasticidad y las respuestas del cerebro humano, puede ser un tanto voraz pero sumamente necesario, ya que la mente es una de las estructuras más complejas y extraordinarias que pueda existir.

De tal manera que iniciar con la definición de la idea central será crucial para buscar explicar el enlace sobre los humanos, el planeta y la misma capacidad de adaptación que hemos tenido por miles de años, al igual que la importancia de re-aprender cuestiones que implican un mejor trato a nuestra única casa, el planeta tierra.

Neuroplasticidad, también conocida como plasticidad cerebral, es un término que representa a la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse como resultado de la experiencia.

La plasticidad se refiere a la maleabilidad del cerebro, que se define como “fácilmente influenciable, entrenado o controlado”. Neuro se refiere a las neuronas, las células nerviosas que son los componentes básicos del cerebro y el sistema nervioso. Por lo tanto, la neuroplasticidad implica que las células nerviosas cambien o se ajusten.

Para poder llegar al concepto nodal de esta columna pasaron años de investigación, y es así como ahora se sabe que el cerebro tiene la capacidad de reorganizar vías, producir nuevas conexiones y, en algunos casos, incluso crear nuevas neuronas.

¿Crees que el aprender cosas nuevas es solo sentarte a leer un libro, o escuchar atentamente al profesor? Déjame decirte que no es así, esto se lo debemos a la neuroplasticidad, la cual permite que nuestro cerebro se adapte y cambie, promoviendo dicha capacidad.

Sabemos que uno de los mayores retos que está enfrentado la humanidad es el climático, desafío que nosotros mismos somos responsables. Pero, así como somos provocadores también tenemos en nuestras manos la solución, y el seguir aprendiendo del comportamiento humano para la mejora de decisiones, son noticias esperanzadoras a favor del medio ambiente.

En resumen, la conservación es un reto de comportamiento y por lo mismo debe ser basado en soluciones que lo impliquen, dejar de lado placebos como sanciones o regulaciones y propiciando cambios verdaderos que impliquen ser efectivos desde la raíz.

Requerimos conectar con temas tan directos como la extracción de combustibles fósiles que dañan el medio ambiente o la triste realidad de que una tercera parte de los alimentos del mundo no llegan a consumirse y se convierten en desperdicio, resultado de conductas y patrones de consumo.

Para tenerlo en términos de nuestro día a día, los hábitos financieros, de alimentación o salud requieren constantes esfuerzos y acciones para beneficios de largo plazo. Es lo mismo en sostenibilidad, pero el reto y trabajo como humanidad es encontrar en nuestro comportamiento la causa-efecto y más cuando se trata de acciones para beneficiar a generaciones futuras.

El reto es cómo convertir a millones de personas más en conservacionistas del planeta, en cambiar conductas en todos los sectores y empezar a incluir en tus proyectos, mensajes e iniciativas con ideas como las siguientes:

1).-Reconocimiento: una gran motivación el mostrar a los demás los logros de otras personas.

2).-Comunicación personalizada: tener un rostro humano y un mensaje entendible es más significativo que solo datos y términos científicos.

3).-Ser positivos ante el reto: es una medida muy efectiva para motivar a las personas ante luchas tan grandes como el cambio climático.

4).-Difusión: Dar a conocer y promover los casos de éxito es fundamental para inspirar a otros.

5).-Presentar y promover: Comunicar compromisos de proyectos en público es otra medida muy efectiva para estimular cambios de comportamiento a favor del medio ambiente.

6).-Redes de apoyo: Proporcionar recursos, ser mentor en la elaboración de un plan o proyecto es clave.

7).-Predicar con el ejemplo: “walk the talk”, las palabras mueven, pero el ejemplo arrastra, la esperanza personal recae aquí.

Los humanos tenemos una gran capacidad para cambiar a lo largo de nuestras vidas, aprender y re-aprender, somos seres tan complejamente maravillosos y holísticos que para tener una buena neuroplasticidad requerimos tratar bien no solo a nuestra mente sino también a nuestro cuerpo.

Pero de qué nos sirve tener un cuerpo sano, si no tenemos un medio ambiente sano, simplemente no puede darse una sin la otra, poder respirar aire de calidad, tener acceso a agua en cantidad y calidad necesaria para subsistir, suelo fértil con el valor nutricional para nuestros alimentos y tantos ejemplos más para realmente tener un balance sostenible con nosotros y el planeta, requiere de un trabajo en conjunto, dar a conocer, fomentar e incentivar a colectivos para conectar, cambiar y accionar conductas a favor de nuestra casa.

En términos prácticos: ¡¡¡Seamos embajadores de buenas prácticas y comportamientos a favor del planeta!!!

(*) Director general de AdeS para América Latina y ex presidente del Consejo del World Environment Center.

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