Observatorio ciudadano, una posible respuesta para Vallarta

+ Hay quienes buscan la permanencia del status quo, pero a otros grupos no les conviene que perdamos el miedo y recuperemos el espacio público

+ Con un observatorio ciudadano la sociedad civil construye sus propias herramientas de información confiable, a fin de evaluar el desempeño de las autoridades y proponer soluciones a los problemas colectivos

Generar información confiable, que se tome desde los datos que arroja la realidad que vivimos y nos ocupa, y procesarla de manera profesional para obtener conocimiento sin sesgos para la toma de decisiones, es no solo necesario sino urgente.

Las fuentes de información con las que contamos para pensar y planear Puerto Vallarta y Bahía de Banderas, al provenir de las instituciones públicas, corren el riesgo de proteger los intereses de las instituciones que se autoevalúan con estas.

Es claro que, sin importar de donde provengan las encuestas, todas revelan una ausencia de confianza en las instituciones y la política; además que esa desconfianza generalizada es la causa de la polarización que hoy pone en riesgo nuestro desarrollo.

Considero que una vía para derrotar el divisionismo y las crisis que nos está acarreando, es la participación de la sociedad civil, con el liderazgo de académicos, empresarios y activistas. Está muy claro, si cada uno de nosotros permanece inmóvil, esperando que alguien más resuelva nuestros problemas, estos se van a quedar ahí; hay quienes buscan la permanencia del status quo, mientras que a otros grupos interesados no les conviene que perdamos el miedo y recuperemos el espacio público; ellos no van a tomar acciones reales para salir de su zona de confort.

Nosotros, los ciudadanos, estamos obligados a actuar. Reflexionando sobre esta realidad, no tengo dudas que una de las mejores formas que tenemos para participar y generar la participación de otros sectores sociales en la vida pública de nuestro entorno es a través de observatorios. Por eso, esta semana me interesa hablar de esta forma de organización de la sociedad que puede aportar muchísima información, ofrecer certidumbre sobre el destino que estamos construyendo y permitirnos recuperar la confianza que contribuya a impulsar un Puerto Vallarta y Bahía de Banderas mejor para todas las personas.

Otro empresario, Luis Apperti, quien lucha contra una realidad compleja como la que se vive en Tamaulipas, define a los observatorios ciudadanos como mecanismos y herramientas que “buscan el empoderamiento de la sociedad a través de transparentar y legitimar información sobre las distintas actividades de la administración pública”, esto es: con un observatorio ciudadano, la sociedad civil busca, antes que nada, construir sus propias herramientas para contar con información confiable que le permita evaluar el desempeño de sus autoridades y a partir de eso proponer soluciones a los problemas colectivos.

Y hay muchos casos de éxito. Hace no muchos años, en Durango surgió un observatorio ciudadano enfocado específicamente en monitorear los indicadores de seguridad pública y en vincular a las organizaciones de la sociedad organizada y las empresas con los distintos órdenes de gobierno para juntos reducir el delito. Hacia 2021, sus aportaciones, permitieron que todos los índices de seguridad presentaran una tendencia a la baja.

En Jalisco, la organización Jalisco Cómo Vamos, ha permitido evaluar algo que es muy importante para que todas y todos los ciudadanos podamos convivir y vivir mejor: el bienestar subjetivo. Conocer qué tan felices somos, a partir de qué tan satisfechos nos sentimos con nuestra ciudad, el transporte público, la movilidad alternativa, el estado de nuestras calles y parques, su limpieza, la seguridad y muchos otros servicios y factores que influyen en que nuestra calidad de vida sea mejor; eso también permite influir con mayor fuerza en las decisiones de los gobiernos. Y lo hemos visto, del empuje de esta organización han surgido proyectos que más tarde se traducen en políticas públicas. La cosa es que esos datos, se enfocan principalmente en el Área Metropolitana de Guadalajara y no llegan a evaluar otras regiones.

Lo cierto es que, con casos de éxito como esos, ahora estoy convencido de que el primer paso que debemos dar desde la sociedad civil para hacer de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas, lugares donde todas y todos vivamos mejor, con prosperidad y oportunidades para el futuro, es precisamente el de conformar un Observatorio, que nos permita tener información confiable para después proponer y exigir soluciones.

Se trata de tener información que tenga consenso y confianza, que sea útil para la iniciativa privada, medios de comunicación y, por supuesto, para las propias autoridades en sus distintos niveles de gobierno para el desarrollo de políticas públicas e intervenciones a la ciudad.

(*) Maestro Fernando Castro Rubio, presidente de la Asociación de Empresarios de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas.