Oriente y Occidente: del redescubrimiento a la competición

LA MIRADA INCÓMODA

“Toda la filosofía occidental es una serie de notas a pie de página de la filosofía platónica”

Alfred North Whitehead.

Por Alfredo César Dachary - cesaralfredo552@gmail.com

Hoy el fantasma de la guerra es una realidad en todos los frentes, en el militar en este momento Estados Unidos sostiene directamente dos de los cinco frentes de guerra que hay en la actualidad. La más publicitada, por ser parte de una estrategia general de enfrentamiento, es la de Rusia - Ucrania, pero hay más muertos en la que promueve Estados Unidos e Israel para exterminar Siria, como antes lo fue con Libia.

La guerra desigual Israel - Palestina solo concluirá con el exterminio o expulsión de éstos; la de Arabia Saudita y sus aliados apoyados por Estados Unidos contra Yemen es una masacre donde hay ya miles de niños en el límite de la supervivencia por falta de alimentos y Etiopía enfrentado a una región, la del Tigray, ha destruido gran parte del país.

En zonas del Sahel se están produciendo combates y la presencia de los yihadistas también se extiende al norte de Malí, Níger y las áreas rurales de Burkina Faso y a otros frentes yihadistas en Mozambique o el Congo.

Ésta es la cara exterior del gran conflicto por la hegemonía y el fin del discurso occidental euro centrista y universalista, ya condenado por gran parte de los países, más los colonizados.

La otra es la gran batalla que Estados Unidos, ante la falta de nuevas ideas, utiliza la lógica escolar de los castigos, algo fuera de tiempo más allá del siglo XIX, período en el cual se consolida el matrimonio por amor y no acuerdos de familia, y el trabajo es el eje de la nueva reina: la revolución industrial.

Hoy la puja por los mercados a la mala, chantajes, castigos o expulsiones, camino incorrecto ante la carencia de verdadera competición, tendrá que pagarla Europa, el rehén desde el fin de la segunda guerra mundial, y la cuna del eurocentrismo, hoy una visión del pasado.

Así se llegó a lo que Estados Unidos no quería reconocer, pese a ser autodefinido como el líder del libre comercio, máscara que ya se le cayó hace mucho tiempo; en México desde los embargos pesqueros a los actuales energéticos y la creación y consolidación de un grupo paralelo, con la mayor parte de la población del planeta y una importante participación en el PIB mundial.

ORGANIZACIÓN DE COOPERACIÓN DE SHANGHÁI (OCS)

Esta organización de cooperación internacional se creó en 2001, tomando como base un acuerdo marco para fomentar la cooperación económica entre los Estados, y se planteó lograr un acuerdo de libre comercio, que tres años después se había concretado en 100 medidas específicas para aplicar en el corto plazo a fin de facilitar el intercambio de mercancías en la región.

La organización generó varios encuentros en diferentes capitales para integrar a varios países euroasiáticos, llegando a la XXII Reunión en Samarcanda, Uzbekistán, el 16 septiembre de 2022, con la presencia de China, India, Kazajistán, Kirguistán, Rusia, Tayikistán, Pakistán y Uzbekistán, se suman Afganistán, Bielorrusia, Irán y Pakistán  que ya fueron aceptados y Mongolia es país observador, mientras que Armenia, Azerbaiyán, Camboya, Nepal, Sri Lanka y Turquía figuran entre los países asociados y además  se hace referencia a la concesión del estatus de socio de diálogo de la OCS al  Reino de Bahréin, las Maldivas, el Estado de Kuwait, los Emiratos Árabes Unidos, la República de la Unión de Myanmar, Egipto, el Reino de Arabia Saudita y al Estado de Qatar.

Del total de países participando, 12 son miembros plenos y 8 están como país asociado, pero, además 7 son socios de diálogo, sumando 27 Estados.

La OCS creció rápidamente, impactante fue el ingreso de India, Pakistán e Irán que se han unido a esa organización, y Bielorrusia ‎se prepara para hacerlo, junto a Afganistán y Mongolia que ya tienen estatus de observadores.

La OCS tiene características muy diferentes de las organizaciones occidentales y podemos ver en ella la prolongación de los principios de Bandung: respeto por la soberanía de los Estados, no injerencia en los asuntos internos de los Estados y cooperación. Actualmente representa una cuarta parte de la población mundial, incluso dos tercios si contamos los Estados observadores, todos países colonizados o agredidos de diferente manera por Estados Unidos y Gran Bretaña.

La Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) es una organización intergubernamental que se fundó en Shanghái el 15 de junio de 2001, y sus antecedentes vienen de la época anterior cuando presidia Rusia, Boris Yeltsin, y se integró como una estructura de contacto entre Rusia y China.

Siendo jefe de gobierno Yevgueni Maksímovich Primakov, que había reconocido fronteras estables con China en 1966, este primer grupo de contacto, post caída de la URSS se convirtió en un foro internacional de los estados del Asia central, que eran Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán y antes de los atentados del 11-S en el 2001 se transformó en la OCS, ya que China y Rusia habían entendido que se estaban fomentando desordenes en la región a fin de abrir brecha en un área desconocida y geopolíticamente importante, el centro de Eurasia según lo plantea el geógrafo inglés Mackenzie.

Desde su creación en 2001, la Organización de Cooperación de Shanghái se ha centrado principalmente en cuestiones de seguridad regional, la lucha contra el terrorismo regional, el separatismo étnico y el extremismo religioso. Hasta la fecha, entre las prioridades de la OCS también figura el desarrollo regional.

Esta Organización ha sido observadora en la Asamblea General de las Naciones Unidas desde 2005. En abril de 2010, la Secretaría de las Naciones Unidas y la Secretaría de la Organización de Cooperación de Shanghái firmaron una Declaración Conjunta sobre Cooperación. La Secretaría de la OCS también ha establecido alianzas con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Organización Mundial del Turismo (OMT) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), además de continuar cooperando con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia y el Pacífico (CESPAP) y la Oficina de Lucha contra el Terrorismo (OLCT).

El Departamento de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz, y el Centro Regional de las Naciones Unidas para la Diplomacia Preventiva en Asia Central (CRNUDPAC) mantienen contactos periódicos con los funcionarios de la Organización de Cooperación de Shanghái. Las actividades de cooperación se centran en acontecimientos de seguridad en la región y en cuestiones claves relacionadas con la lucha contra el terrorismo y la prevención del extremismo violento.

En julio de 2017, el Departamento de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz envió a un Oficial de Enlace a la Organización de Cooperación de Shanghái en Beijing.

Pero la OCS emergió en una época delicada a raíz de la respuesta antiterrorista de Estados Unidos en Afganistán y en Irak a los ataques del 11 de septiembre, la instalación de bases occidentales en Kirguistán y Uzbekistán y una presencia fuerte de la OTAN en el área, lo que motivó el recelo tanto de China como de Rusia, por ello la OCS fue inicialmente una organización que ponderó el aumento de los niveles de seguridad regional.

Pero prontamente derivó hacia objetivos comerciales que tomaron fuerza en 2003 con la propuesta china de crear una zona de libre comercio a manera de proyecto a largo plazo de la organización, unido a lo que luego se planteara como la nueva Ruta de la Seda, un plan estratégico fundamental para Eurasia.

En 2005, a raíz de la Cumbre en Moscú, se estructuraron proyectos energéticos conjuntos como la exploración de nuevos yacimientos petrolíferos y de gas y se crearon entidades financieras como el Consejo Interbancario para la futura financiación de los proyectos.

La base jurídica de la OCS fue acordada con la firma en Kirguistán en 2007 del Tratado de Buena Vecindad, Amistad y Cooperación, en donde la OCS es, pues, una organización internacional con tres objetivos claramente definidos, la cooperación militar en la lucha contra los tres males; un importante componente económico y comercial y una necesaria cooperación energética.

Lo reafirmó el presidente chino Xi Jinping en la Cumbre OCS de Jefes de Estado en Bishkek 2019, cuando, entre otras, abogó nuevamente por una seguridad común, integral, cooperativa y sostenible, seguir con un enfoque multidimensional contra los tres males, y concentrarse en la paz y el desarrollo en Afganistán; llamando a la defensa del sistema de comercio multilateral, la facilitación del comercio e inversión, con el liderazgo chino en pro de una mayor apertura económica, intercambio e integración; eso sí, enfatizando en su iniciativa B&R y con la Unión Económica Euroasiática (UEEA) para lograr una conectividad.

Hoy la OCS, es un proyecto de cooperación, desarrollo y a la vez seguridad que se ha consolidado frente a las amenazas de Occidente que ve la decadencia de su hegemonía año a año, y a la cual responde con un viejo modelo: guerras y sanciones, todo lo contrario, a libertad y democracia, el eslogan que desde hace siglos ampara imperios, atropellos, extinción de pueblos y culturas y una colonización que ha profundizado la asimetría planetaria.