OPINIÓN

Por Jorge Berry (*) – m.jorge.berry@gmail.com

Es verdaderamente notable cómo les gusta perder el tiempo a los políticos en tonterías. Toda la semana pasada hubo un acalorado debate público porque el presidente de la Cámara de Diputados, el panista Santiago Creel, impidió el acceso de soldados armados al recinto. Eso no lo determinó el diputado. Está en el texto de la Constitución, y hasta Sedena confirmó que se había respetado el protocolo.

Pero Morena no estuvo de acuerdo. Sufrieron, dicen, el gravísimo agravio de no poder rendir los honores a la bandera. Que la ceremonia se realizó en el vestíbulo de la cámara, les tiene sin cuidado. Decidieron aprovechar el momento, y exigieron la renuncia de Creel.

Luego está el caso de Claudia Sheinbaum, la jefa de gobierno de CDMX, y todavía corcholata favorita del presidente, a quien se le cae la ciudad a pedazos, mientras ella pasea alegremente por las calles haciendo su campaña ilegal adelantada. La más reciente puntada que se le ocurrió, es subirse al auto de un u-tubero encapuchado, conocido como “Escorpión Dorado”, para una entrevista que debe quedar en la historia como un insulto al periodismo. Esto, desde luego, no es gratis. Le permitió continuar con su absurdo argumento de que las fallas en el Metro de deben a sabotaje, cuando todos sabemos que es por falta de mantenimiento.

Pero doña Claudia no paró allí. Después de no sé cuántas horas tiradas a la basura, debatiendo si convenía a su campaña o no, ofreció disculpas a las víctimas del derrumbe de la escuela Enrique Rébsamen, en Tlalpan. Recordará, querido lector, que esa escuela operaba de manera irregular, al no cumplir con los códigos de construcción en la delegación Tlalpan, que en ese año de 2017, tenía como delegada a Sheinbaum. Murieron muchos niños ahí, las familias demandaron a la delegada, pero no la encontraron responsable. Al único que le fue bien en esto fue al abogado de las familias, porque aunque perdió el caso, fue premiado por su ineptitud con un puestazo en el actual gobierno capitalino.

Pero esto no es solo en México. Van tres días de controversia por un globo hidrostático perteneciente a China, que apareció a enorme altura en el espacio aéreo de Estados Unidos. Esto produjo la cancelación de la visita de Anthony Blinken, secretario de estado de EU, a China. China aceptó que el globo era suyo, y que los vientos inesperados lo desviaron. Los gabachos dicen que era un globo espía. Por fin, el sábado, la fuerza aérea de EU derribó el globo. Ahora, andan apareciendo globos chinos por todos lados, el más reciente avistado ayer en Costa Rica.

Que los chinos espían por todos lados, no es novedad. Y no con globos. China tiene más de 600 satélites espía en órbitas geoestacionarias vigilando el planeta entero. Los americanos tienen más, así que se espían uno a otro sin parar, y con las herramientas más sofisticadas que existen.

Son las oportunidades perdidas y el tiempo desperdiciado en tonterías las que acaban costando muy caro. La cámara de diputados en México seguramente podría ocupar mejor su tiempo en legislar para el bienestar del país, en lugar de ocuparse en pleitos partidarios y, a veces, personales. La jefa de gobierno de CDMX podría invertir más en el mantenimiento del Metro, que en los actos anticipados de campaña que hace casi a diario. China y Estados Unidos podrían reunirse para discutir sus diferencias, y tratar de mejorar las condiciones que nos están llevando al abismo ecológico.

Ya después de ocuparse de lo importante, podrán disfrutar, como decía Renato Leduc, de “la dicha inicua de perder el tiempo”.

+++++

El equipo de béisbol de los Dodgers de Los Ángeles anunció que la próxima temporada retirará el número 34, que inmortalizó el legendario Fernando Valenzuela. La carrera del zurdo de Etchohuaquila, Sonora, si bien no ha alcanzado para su ingreso al Salón de la Fama de Cooperstown, sí marcó, durante más de un lustro, a la franquicia angelina. Tuve el privilegio de vivir en Los Angeles esos años, de verlo lanzar docenas de veces, de experimentar lo que se llamó la “fernandomanía”, y de hacer una cercana amistad con Fernando. Nunca olvidaré nuestras jugadas de golf.  

¡Hasta el viernes, amigos de Bahía y Vallarta!

(*) Periodista, comunicador y líder de opinión con casi 50 años de experiencia profesional.

This div height required for enabling the sticky sidebar