Plaza pública de Valle de Banderas se convirtió en un gran “panteón”

Por Eugenio Ortiz Carreño/Bahía de Banderas

La plaza principal de Valle de Banderas, la cabecera municipal, se convirtió literalmente en panteón en el que abundan las tumbas con nombre y apellido, así como calacas de ojos pelones y huesos gigantes por todos lados así como alebrijes y un sin fin de figuras decorativas que solo a los niños daba miedo.

La ocurrencia al menos dio la oportunidad a las amas de casa del pueblo, de acudir y tomarse fotos entre las osamentas tiradas en el piso, o junto a las tumbas, o incluso con las figuras de Chapulín Colorado, con sus ojos vacíos y sus dientes pelones, entre otros personajes famosos de la farándula televisiva, pero que son ampliamente conocidos de los pobladores.

No bien se llega a la plaza por la calle Hidalgo se topa el visitante con las jardineras llenas de lápidas con el nombre de los presuntos “difuntos”, y más adelante una osamenta cierra el paso, y más allá la supuesta calaca de un niño. que solo se adivina por su aspecto infantil, pero igual puede ser un adulto, por el tamaño de los huesos.

Dos señoras guían a una pequeña entre los huesos y le toman fotos y le dicen cómo se recargue de los terroríficos huesos. Más adelante, casi en la esquina hay varios alebrijes salidos de quien sabe dónde, y más calacas parecen descansar en el suelo.

Las jardineras en su totalidad cuentan con lápidas con los nombres de los difuntos, mientras algunos empleados municipales simulan que “trabajan” acomodando otros “adornos” de miedo en los stands que se pusieron en la calle a nombre de los pueblos del municipio. Están ya montados El Porvenir, San Vicente, San José del Valle, San Pancho, Sayulita y toda la geografía política de Bahía de Banderas.

Los trabajadores municipales hasta se quitan el supuesto “sudor” de la frente, aunque realmente no hacen nada que les reclame mayor esfuerzo. Varios vendedores de golosinas ya se acomodaron en algunas de las esquinas, y procuraron ganar el frente de la iglesia, porque son los sitios más concurridos por las bancas donde la gente se sienta a descansar.

Hasta el kiosco fue adornado con la figura de un águila pintada como si fuera otro alebrije y en fin, para donde el paseante voltee se encuentra con figuras de terror.

Muchas de las figuras montadas en la Plaza Principal de Valle carecen de gracia y se explica porque como dice el licenciado Crescenciano Flores Alvarado, primer presidente Municipal de Bahía de Banderas, esa no es una tradición propia de la gente de Valle de Banderas.

De hecho, desde Puerto Vallarta e incluso desde El Tuito, en el sur de la Bahía de Banderas, la costumbre solo era de llevar una corona de flores de papel a las tumbas de los seres queridos, la celebración de una misa en el panteón, que puede ser muy temprano y nada más.

Quien trajo la costumbre de montar altares de muertos e incluso llevar flores al panteón, fue el señor Andrés González Sahagún, quien fuera director del DIF, durante su trienio y quien era originario de Zinapecuaro, Michoacán, entidad donde la veneración de los muertos y la celebración de los Fieles Difuntos tiene más arraigo y popularidad, pero aquí en Valle no.

De todas formas, la tradición aunque sea adoptada, adquiere cada día más arraigo entre la población de Valle de Banderas, y de momento la gente se divierte al caminar entre tumbas, alebrijes y osamentas, tiradas al a'i se va, en la plaza principal de la cabecera municipal.