OPINIÓN

Por Marc Murphy (*)-Marc@MexicoPacificLifestyle.com

¡Hola a todos!

Hace unos días se anunció con “bombos y platillos” la inauguración del segundo entronque

La Florida-Cruz de Huanacaxtle de la nueva autopista Las Varas-Puerto Vallarta, con una extensión de 30.8 kilómetros, una obra en la que se invirtieron 4 mil 900 millones de pesos y que, de acuerdo a la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), beneficiará a nueve comunidades.

La dependencia señaló que un tramo más está en construcción, para una longitud total de 86.5 km, además de que contará con 45 puentes, siete entronques, tres túneles y tres viaductos, con un tiempo de ahorro en el recorrido de los vehículos de entre 60 y 80 minutos.

Se trata, pues, de un ambicioso proyecto, cuya importancia es que dará acceso a distintos puntos a través de la carretera Guadalajara- Tepic, conectando a estas ciudades con la zona turística de la Riviera Nayarit y Puerto Vallarta, reduciendo en gran medida el tiempo de recorrido.

Como toda gran obra, la autopista no está exenta de polémica. A solo unos minutos de la apertura del segundo tramo, las redes sociales “explotaron” con los comentarios de miles de usuarios, cuando cayeron en cuenta de lo que tendrán que pagar para utilizar esta vía que, seamos sinceros, no es barata si la comparamos con otras autopistas del país, con más extensión.

A lo anterior habrá que sumarle el reciente aumento en las tarifas de autopistas nacionales concesionadas, por parte del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), por lo que para viajar a Puerto Vallarta o Riviera Nayarit desde Guadalajara se deben gastar alrededor de 900 pesos, incluyendo los nuevos tramos: Autopista Jala-Compostela (una de las casetas clave para llegar a Puerto Vallarta), con un costo de peaje que pasó de costar 138 pesos a 150 pesos. Además, los viajeros deben pagar las siguientes casetas si van desde Guadalajara: El Arenal (193 pesos), Plan de Barrancas (288 pesos), Compostela (38 pesos), La Peñita (62 pesos) y Bucerías (223 pesos). 

Desde mi punto de vista, el costo-beneficio todavía está por verse, aunque, de entrada, ya se vislumbra un probable ahorro de gasolina al reducir el tiempo de recorrido, además de otros beneficios como seguridad, reducción de accidentes, etcétera.

Sin embargo, el servicio más grande será, según mi apreciación, darle “un respiro” a la carretera federal 200, uno de los ejes carreteros más importantes de México, pero también uno de los más saturados, cuyo problema crece año con año y se recrudece sobre todo en periodos vacacionales. Esta vía comunica nada menos que a siete estados de la República Mexicana, como son: Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Colima, Jalisco y Nayarit, por lo que al paso del tiempo se ha quedado “pequeña” y no hay un día en que no se reporte un accidente, algunos de ellos fatales.

Por supuesto, no faltan los detractores que ven en la nueva carretera una manera de catapultar el efecto de “acapulquización” de Puerto Vallarta-Riviera Nayarit, un concepto que se refiere a un destino de talla internacional venido a menos, o que puede llegar a destruirse debido a diversos factores como la gentrificación, la inseguridad, entre otros factores.

Finalmente, es importante recordar que, ya tenemos en puerta el periodo vacacional de Semana Santa, el cual será la “prueba de fuego” no solo para la autopista, sino para toda la región y los prestadores de servicios, que podrían recibir -o no- a miles de turistas, y también para los usuarios, que decidirán si vale la pena utilizarla o si se siguen yendo “por la libre”.

¿Qué piensan ustedes? Envíenme sus comentarios.

(*) Especialista en consultoría y desarrollo turístico/inversión y gestión inmobiliaria.

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