Puñado de irresponsables sigue como si nada en fiestas y reuniones

EDITORIAL VALLARTA OPINA

El gobierno del estado de Jalisco descartó que vaya a haber cierres totales de negocios o un paro de actividades económicas en la entidad con la entrada en vigor del semáforo epidemiológico rojo a partir de este lunes 9 de agosto.

Sin duda, es una buena noticia para las empresas y los negocios del estado, incluidos todos los de Puerto Vallarta, en donde había muchas dudas sobre la reacción que tendría el gobernador frente al cambio de color del semáforo epidemiológico.

El gobierno estatal dio a conocer que, por lo pronto, no habrá medidas adicionales a las que ya se aplican desde hace dos semanas en los municipios de Jalisco, Puerto Vallarta entre ellos, en donde no cayeron nada bien las nuevas medidas restrictivas, por más necesarias y urgentes que éstas fueran frente al desmedido aumento de contagios de Covid-19.

Hay que aclarar que el hecho de que el gobierno del estado de Jalisco no haya decidido recortar más las actividades económicas en esta ocasión, no significa que no lo pueda hacer en la siguiente semana, sobre todo ante el impresionante crecimiento que se reporta en el número de contagios de coronavirus, especialmente en Puerto Vallarta, que en menos de una semana brincó del sexto al cuarto lugar en Jalisco por el nuevo número de casos positivos.

La decisión, en caso de haberla para decretar más restricciones, se tomará con base en los análisis realizados por los integrantes de la Mesa de Salud Estatal, conformada por representantes de los diferentes sectores productivos, incluidos del sector Salud y académicos.

El asunto es harto interesante, sobre todo porque es necesario saber y determinar cómo es que llegamos como sociedad a esta situación tan desastrosa frente a la pandemia del coronavirus, porque la explosión de contagios no solo se dio en antros, bares, centros nocturnos y restaurantes -que sí incurrieron en prácticas de alto riesgo-, sino también en eventos, fiestas y reuniones familiares.

Apenas el pasado fin de semana, nos tocó ver en la colonia Portales una reunión de amigos jóvenes, entre 16 y 24 años de edad, departir con gran felicidad en el patio de una casa. Eran, al menos, 30 personas sin ninguna medida de prevención, poniendo en riesgo su salud y la de los demás por unas horas de diversión en momentos en los que no estamos para eso.

Ah, pero apenas empiezan a surgir más contagios, más enfermos y más fallecimientos, tanto en las redes sociales como entre los amigos, compañeros y conocidos se empiezan a buscar culpables. Para ellos todos son culpables, menos esos irresponsables que abusaron de los antros, bares, centros nocturnos, restaurantes, eventos, fiestas y reuniones familiares. Así no se puede. Están viendo cómo están las cosas y en la colonia Portales hacen fiesta. Lo mismo pasa en muchas otras colonias, como Mojoneras.

Una vez más estamos, todos, al borde del cierre casi total de actividades y eso no mueve las conciencias y la responsabilidad de las personas que aún no se contagian; no sabemos qué hará que los jóvenes y adultos de entre 18 y 40 años sean más responsables para que eviten fiestas, reuniones y prácticas de riesgo frente al Covid-19.

Francamente, muchos ya estamos cansados de resistir una especie de semiencierro en casa, de acudir a los supermercados con doble cubrebocas, de evitar ver a los amigos, de mantener la sana distancia con muchos compañeros. ¿Y para qué? Para que un puñado de irresponsables sigan como si nada en fiestas y reuniones, contagiándose ellos y contagiando a quienes sí se cuidan siguiendo todas las indicaciones de las autoridades. De lo que no se entera este puñado de irresponsables es que habrán de llevarle el virus a su familia cuando regresen a casa.