Por Miguel Ángel Ocaña Reyes/Puerto Vallarta

Vallartense de nacimiento, Giancarlo Velmarch es un joven de 19 años quien desde los trece años que compró su primera cámara, se sintió fascinado por la fotografía, más allá de todas las diferentes disciplinas deportivas que practicó, pues encontró en esta actividad una nueva forma de comunicarse.

Al tener bien definida y enfocada esta pasión por la fotografía, decidió tomar un año sabático al concluir la preparatoria, y enfocó sus energías a viajar por el mundo, teniendo como destino Uganda en África, donde vivió una importante etapa de aprendizaje y reforzó su vocación por estudiar la carrera de biología. En entrevista comparte su visión de la fotografía.

¿En qué radica tu pasión por la fotografía?

Desde que tengo memoria tengo una fascinación por los animales, en Vallarta en invierno tenemos las ballenas, todo el año están los delfines, los cocodrilos en el estero, y todo el tiempo estuve rodeado de fauna y me apasionaba, pero nunca supe cómo darle dirección a esa pasión, al principio era como cualquier niño al que le gustan los animales, pero mis papás empezaron a notar que ya desde muy pequeño veía documentales para niños mayores, ya empezaba a leer, y fue hasta que tuve una cámara en mis manos y lo primero que fotografié fue un ave, también mamíferos, pero por la gran cantidad de aves que hay, empecé a desarrollar más esta actividad.

¿A dónde te ha llevado esta pasión por la fotografía?

En México me ha llevado a muchas partes, en el sur a la península de Yucatán, Chiapas, en el norte he ido a Canadá, y trato de hacer esto siempre con el fin de tomar nuevas especies de aves, este año sabático que tomé fui a estudiar a San Diego en Estados Unidos en la Sociedad de Observadores de Aves más grande de América, por seis meses, y con ese dinero viajé a África otros seis meses para hacer dos voluntariados, uno en Uganda y otro en Kenia, todo en torno a mi pasión por la fotografía de fauna.

¿Te interesa otro tipo de fotografía?

Sí, realmente todo lo que sea fotografiable es bonito, es padre tener ese recuerdo, mi pasión es la fotografía que tenga que ver con el entorno ambiental de la fauna, claro que  paisaje es hermoso, la arquitectura es hermosa, pero para mí lo importante es la fauna, en mi portafolio con los Masái  en Kenia, vivií con ellos durante dos semanas, y en ese periodo las cosas que podía hacer es tomarles fotos y ellos encantados.

¿En qué diferencias tu estilo de fotografía?

Los fotógrafos buscan que toda el ave esté en foco, que la rama esté bonita, la composición, yo lo que trato de hacer es ir un poco más allá, hacer que el ojo del ave me vea directamente, usualmente está viendo la comida, está viendo hacia arriba, y el verme directamente le da un poco el sentido en qué podría estar pensando el ave, o la interacción entre las aves, algo en movimiento, en tanto que los fotógrafos de fauna lo que hacen es captar muy bien al animal para identificarlo después, y lo que yo intento es captar el sentimiento del animal, el ave, el reptil, el mamífero tiene al verme, al cazar o estar con su familia.

Como fotógrafo empírico, ¿qué ha sido lo más difícil de aprender?

Siento que ahora nuestra generación, cualquier cosa, si quieres, es fácil de aprender, toda la información está en internet, cualquier cosa que quieras aprender la encuentras en tutoriales de quince minutos, solo es cuestión de practicarlo y lo haces, entonces lo más complicado de aprender es la composición, quizá hay decenas de composiciones, pero ya eso el fotógrafo lo elige de acuerdo a su estilo, lo más difícil de aprender en la fotografía de fauna es cómo va a reaccionar el animal, la fotografía es poner los parámetros y dar un click pero lo que hay detrás de la fotografía es acercarte, la mayoría del tiempo agachado o arrastrándote hasta donde está el animal, que el sol esté a tu espalda, sabes que el animal irá hacia el agua, peleará, jugará, es saber qué hará el animal para tomar la fotografía, esos son los pequeños detalles que mucha gente toma por suerte, pero que un fotógrafo de naturaleza sabe lo que implica llegar a ese momento.

¿Qué porcentaje de suerte y de preparación hay en una fotografía?

En un entorno conocido, un diez por ciento de suerte, porque ya se conocen las circunstancias, iluminación, lugares, etcétera, pero la planeación de la fotografía lleva mucho tiempo, tres, cuatro días en prepararla.

¿Hasta dónde quieres llegar con esta actividad?

Mi meta es ser fotógrafo de National Geographic antes de terminar la carrera y viajar por el mundo, aunque lo que quiero hacer, y por lo que tomo las fotos, es para que nosotros veamos el sentimiento de un animal, no nada más la estética por sí misma del animal, sino transmitir el sentimiento del animal, ya sea temor, amor, o cualquier otro sentimiento detrás, ya no solo es un animal, es un ser vivo que comparte nuestros mismos sentimientos.

¿Es generar conciencia y empatía con los animales?

Sí, a eso quiero llegar con la fotografía, que las personas vean más allá de un pájaro colorido, sino a una madre que alimenta a sus polluelos, que los cuida, los protege, que vean que tienen sentimientos al igual que nosotros, eso es lo que quiero provocar en la gente que vea las fotografías que tomo.

¿Ya te genera ingresos económicos esta actividad?

En la fotografía de fauna son ingresos muy esporádicos, he tenido ingresos en fotografía de bienes raíces y modelaje, no es mi pasión, lo hago por trabajo porque me representa un ingreso sólido, ahí radica la diferencia, en que por mi pasión lo hago por placer y en algún punto deberá tener una retribución.

¿Cómo te ves en diez años?

Yo voy a estudiar biología porque para mí es más importante cómo reacciona el animal, más que cómo funciona la cámara, en diez años me veo como un fotógrafo de fauna y conservación internacionalmente conocido, principalmente en National Geographic en cualquier parte del mundo, he estado por todo México, he estado en Sudamérica, Norteamérica, Costa Rica, Perú, en cualquier del mundo hay belleza natural y especies que nos pueden enseñar mucho.

¿Qué has aprendido de los animales tras observarlos por tanto tiempo?

No importa si es una manada de cebras o muchos elefantes, parvada de aves, no importa, cada animal tiene una personalidad diferente, ya sea una vaca, una ballena o un pollo, incluso los reptiles, y eso es lo que los hace diferentes.

¿Cuál es el mayor reto que se te presenta ahora?

Yo voy a estudiar en España, y allá la fotografía es diferente a lo que es acá, aquí vas, caminas una larga distancia, llegas a donde quieres y tomas la foto, o buscas al ave por el bosque y la tomas, allá es diferente, te escondes en un hide y puede estar esperando hasta ocho horas y no llega el animal que estás esperando, es una nueva forma de fotografía que nunca he hecho, se hace también en el norte de México para fotografías coyotes, linces, es esconderte porque si te escuchan a 500 metros, no lo viste, se va, por eso tienes que esconderte y esperar.

¿Qué es lo más difícil de la fotografía?

Mucho del trabajo, es algo que no se sabe, y que la mayoría de las personas desconocen, es que gran parte de la fotografía, quizá un tercio del tiempo, se lo lleva la edición de la fotografía, puedes tener el momento perfecto, la fotografía es una imagen, tú lo ves con colores brillantes y demás, pero lo ves en la cámara y te preguntas qué es esto, si es el momento y lo captaste en el momento perfecto y los colores no son como los viste, o el sol está pegando y  ves todo naranja, entonces el trabajo de edición es muy laborioso para llegar al resultado que quieres presentar.

¿Te interesa vender fotos como una forma de vida?

Quiero que mis fotografías creen algo, no venderlas, sí es padre y estaría bien ser remunerado por mi pasión, pero lo que yo quiero es publicar artículos de investigación, o trabajar en la revista National Geographic, generar algo que cree algo más allá de dinero, quiero que mis fotografías creen conciencia sobre por qué necesitamos cuidar nuestro planeta, por qué necesitamos cuidar nuestros bosques, nuestras selvas, no solo tomar fotos bonitas y ya, quiero que mi fotografía haga reflexionar a la gente.

¿Cómo te autodefines?

Como una persona híper activa, apasionada, que busca hacer que lo que hace vaya más allá.

¿Te identificas con tu generación?

No, porque los fotógrafos de aves son ya personas mayores de 50, 60 años, hay pocos jóvenes, y en mi generación, claro que hay excepciones, pero sí siento que yo siempre tuve bien claro lo que quería, por ejemplo un año sabático para hacer voluntariado en África o en otra parte.

¿Cómo te gustaría ser recordado?

Me gustaría que ya después de lograr mis objetivos, ser recordado como una persona que dio todo para que podamos salvar o recurar lo que tenemos en este planeta, que dio otro punto de vista para que las personas vieran a la naturaleza como algo grande de lo que somos parte.

fotografodenaturaleza 683x1024 - “Quiero que mi fotografía haga reflexionar a la gente”: Giancarlo Velmarch

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