LA MIRADA INCÓMODA

“La sociedad de la transparencia es un infierno de lo igual”: Byung Chul Han. 

Por Alfredo César Dachary – cesaralfredo552@gmail.com

La semana pasada escribimos una columna sobre el irreversible camino hacia la sociedad digital, y para ello comentamos primero ideas del libro de Lucía Velazco “Te va a sustituir un algoritmo”, que vamos complementar con la segunda parte del libro y otras ideas que navegan en el mar de la confrontación sobre estas dos visiones del mundo: la tradicional y la digital.

La aceleración de estos cambios se debe en gran parte por el uso intensivo de la Inteligencia Artificial (IA), que en los últimos cuatro años en Europa creció el uso de ésta en un 270%, una expansión hacia diferentes frentes desde la vivienda al automóvil y demás ayudas del humano en una sociedad en una constante transformación.

En una muestra del potencial de expansión de la IA tenemos que, en el 2019, el tamaño de la IA en la economía era de 1,200 millones de dólares y ocho años después, para 2027 se prevé que llegue a 70,000 millones de euros.

Lo primero que debemos asumir es que la IA es el presente, hablamos con ella a cualquier servicio de banco por teléfono y nos contestan los asistentes virtuales. La Domótica es el conjunto de sistemas y tecnologías capaces de automatizar una vivienda, mediante la gestión inteligente de la energía, las comunicaciones, la iluminación, la seguridad y todos los elementos de una vivienda o edificación con el fin de aportar seguridad, bienestar y confort.

Estos sistemas pueden estar integrados por medio de redes interiores y exteriores de comunicación, cableadas o inalámbricas, y cuyo control goza de cierta ubicuidad, desde dentro y fuera del hogar.

Primeros tuvimos un invitado en la casa, la radio; hoy varios, en los diferentes televisores, divididos por edad, mientras otros están en redes sociales o buscando terminar las tareas por Internet, pasamos de vivir en familia a una verdadera nini sociedad con diferentes temas instrumentos para lograrlo y comunicarnos, un nuevo modelo de “vecindad digital postmoderna”.

Pero esto es lo más superficial, lo que hoy nos ayuda en la casa, apagar las luces, prender la alarma, cerrar trabas electrónicas y demás consumos del día, luces, aires acondicionados y así los temas de la IA crecen día a día, y no quedan allí, sino que se imponen y ya se los ve como parte de la cotidianidad.

Los traductores en un mundo casi sin fronteras son fundamentales para poder entender al mismo, y se dan desde programas en las computadoras o celulares y pequeños instrumentos que traducen más de treinta lenguas diferentes, y cada vez son más portátiles y manuables.

Otro gran frente de expansión de la IA son la salud, y comenzó con diagnósticos médicos, operaciones a tele distancia y consultas a equipos de temas difíciles, hoy fácilmente operados por diferentes modelos de video conferencias, y demás formas de comunicación que emergieron durante la pandemia.

Inicialmente hay tres grandes transformaciones que trae el uso de la tecnología, integrándose a la cotidianidad. El primero es la automatización de los procesos, eliminar trabajos repetitivos, como las respuestas en las oficinas bancarias o de teléfonos a las consultas de la gente, algo que aún hay parte de la población que cree estar hablando con un empleado, y no un robot o mecanismo tecnológico de respuestas rápidas.

El segundo son las plataformas (economía de plataforma) digitales una combinación con trabajo humano y para muchos las plataformas son la base de las empresas del futuro, hoy ya están en plena actividad en diferentes actividades, desde el turismo a otros servicios, como son los buses turísticos.

La tercera es la digitalización masiva de procesos, bienes y servicios, que ya llevan varios años áreas enteras de las fábricas de autos como montaje, pintura y pruebas de diferentes partes del automóvil o camión.

Sin embargo, en esta etapa pionera podríamos afirmar que todos los avances podrían ser comparados con las primeras máquinas a vapor, que fueron la base de nuevas máquinas y sistemas de transportación, al comienzo de la revolución industrial.

ANSIEDAD TECNOLÓGICA Y TECNO FOBIA

En el 2021, la consultora PwC encargó una encuesta a más de 30,000 personas sobre ansiedad tecnológica y tecno fobia y los resultados fueron muy claros dado el gran universo que encuestó, 40% cree que el trabajo que realizan será obsoleto en 5 años, y en paralelo 6 de cada 10 personas temen que las máquinas los reemplacen, o sea, el temor a un cambio existe en el imaginario de la sociedad a la vez de pensar en la obsolescencia de sus conocimientos frente a las nuevas tecnologías.

En el 2010, podemos decir que hubo un verdadero salto cualitativo, emergen las nuevas plataformas con Uber y Cabify, empresas con mayor número de automóviles de renta con chofer, pero que no tiene ningún automóvil en propiedad.

El proceso de cambio tuvo importantes avances ya que con la globalización se deslocalizó gran parte de la sociedad, las industrias y millones de empleos se van del continente a países de bajos salarios. En Estados Unidos se llevaron las fábricas a otros lugares y en las que quedaron se instalaron sistemas robotizados.

Estos cambios no siempre se pueden absorber o aprovechar plenamente, ya que muchas veces el reasentamiento de industrias, especialmente las muy contaminantes, se dan más fácilmente en las ciudades pequeñas sin clase media, con menos opciones de mano de obra especializada.

Con respecto a lo actual, el trabajo híbrido, algunos estudios señalan que más del 20 % podrá trabajar a distancia entre tres y cinco días a la semana, con igual o mayor productividad, y si esto se impone, el trabajo desde la casa se multiplicaría por tres o cuatro y tendría un gran impacto en la sociedad en que vivimos.

Pese a las ventajas, las desventajas son grandes; los empleos por lo que las empresas pagan menos son: empleos temporales que generan tecnoestrés y la sobrecarga tecnológica, el aumento del consumo del alcohol, las malas posturas al sentarse y todo esto asociado a la temida hiper vigilancia digital a través de herramientas tecnológicas, que le generan una situación estresante.

Los empleos por los que pagan menos las empresas son: empleo temporal, trabajo a tiempo parcial, el trabajo bajo demanda y contratos cero horas, estos empleos aparentan cubrir parte de las pérdidas de empleo, pero son precarios y sirven para salir del paso, ¿están generando falsos autónomos?

En Europa, unos 172 millones de personas trabajan como independientes, la pregunta es ¿quiénes se harán cargo de sus pensiones y los gastos de salud?

La zona gris es la cumbre el autoempleo, el por cuenta propia y el formal, muy difícil de solucionar son un tema que quema al Estado, ya que el problema es saber quiénes quedan en la zona gris.

Los nuevos derechos laborales y digitales, se habla de no permitir la pérdida de los derechos sociales, pero no hay solución efectiva y esto envenena a la sociedad de rabia, al ver que pierden sus derechos, obtenidos por décadas de luchas sociales.

Las plataformas disfrutan de una desregularización generalizada e incumplen la legislación laboral, sin grandes repercusiones. Hay formas de controlar al trabajador por el algoritmo, una pulsera que marca las tareas previstas y da resultados, que pueden incidir en el despido.

La gran competencia a emerger será la IA, por todo lo que puede hacer, incluso estudiar los procesos y cambiarlos si los ve defectuosos. El trabajo bajo control tecnológico, una invasión al proceso, genera problemas y costos de salud, tecnoestrés, agotamiento y fatiga. Ocupan todos los tiempos y hasta reciben en su casa nuevas instrucciones por correo electrónico. En Francia no se puede mandar correos fuera de horas de trabajo salvo excepciones.

A esta situación hay que agregarle la pérdida de los derechos sindicales que va en contra del trabajador, el cierre de fábricas y la apertura de nuevos modelos de empresas juegan en contra del trabajador; el boom digital ha individualizado más la relación laboral.

Las plataformas utilizan la “gestión algorítmica” para saber el tiempo que tiene dentro de internet, y así se llegó al extremo del “paso Amazon”, la velocidad que han visto es la ideal para andar dentro de la fábrica o depósito, a un paso firme, que permita recuperar tiempos.

Hoy es casi imposible crear un sindicato en una compañía en la que cada trabajador es un trabajador independiente, el individualismo domina la sociedad y reina sobre el sujeto haciéndolo un rehén del nuevo modelo deshumanizado.

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